One-shot

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EE. UU., Brooklyn, 10 de marzo 1927, 8:23 a.m.

Un pequeño castaño se encontraba cómodamente dormido, era lunes y para su buena suerte ese día no había escuela, no recuerda el porque, solo recuerda las palabras de la maestra diciendo "Mañana no hay clases porque-" y de ahí, su mente se había cortado de la emoción. 

Media cabeza se asomaba de la cobija y se encontraba hecho bolita, durmiendo plácidamente, la puerta de la habitación fue abierta lentamente, dejándose ver a una pequeñita con pelo castaño, ojos grandes que dejaban ver un hermoso café claro en sus ojos, su piel blanquecina y unos labios delgados pero rositas, haciéndola lucir tiernamente, todavía llevaba puesto su pijama rosado y se encontraba descalza, lentamente se empezó a acercar a la cama, cuando estuvo enfrente de esta, destapó un poco la cobija, viéndose la pequeña cara de un niño, la niña dio una pequeña risa al ver como esté estaba todo despeinado y con la boca ligeramente abierta, acercó con mucho sigilo una pequeña silla que se encontraba en la habitación, la acomodó enfrente de la cama y subió a esta con sumo cuidado.

—Hermanito...—Susurro la pequeña— Despierta.... Hoy es tu cumpleaños —La pequeña al ver que James solo se removió un poco, hizo una pequeña mueca de disgusto con sus labios, se acomodó más cerca y empezó a darle muchos besos en la cara al castaño— Mua! Mua! Mua! Despierta dormilón! Mua! Mua!

James empezó a abrir los ojos a la sensación que tenía en su cara, hasta que logró ver como su pequeña hermanita le daba varios besos en toda la cara, todavía con sueño en sus ojos, la empujó levemente sin la intención de lastimarla ni un poco, agarro su almohada, hundió su cabeza en el colchón y se puso la almohada encima de la cabeza, evitando cualquier contacto con los pequeños besos de su hermana.

—Becca...déjame dormir... —Se quejó James— Ve a molestar a papá...a mamá no porque debe de estar cansada —Dijo James todavía adormilado—

—Pues si no te levantas me comeré todo el pastel que mami está preparando —Dijo sonriendo tiernamente, pero al ver que al castaño no le importo se le ocurrió otra mejor idea— bueno, si no te levantas le diré a mami que ayer dijiste una mala palabra.

James se quitó la almohada inmediatamente, observando con los ojos entrecerrados a la castaña sonriente.

—No te atreverías —Susurró de forma que no se lo creía—

—Pruébame —Susurró de vuelta la pequeña Barnes, mirándolo con los ojos entrecerrados y una pequeña sonrisa malvada plasmada en sus labios—

—Pues si lo haces le diré a papá que un niño te coqueteo en la escuela —amenazo ahora James, sentándose a la par de su hermana— 

—Y yo le diré a mamá que le pegaste una paliza!

—Mentira! No le pegue!

—Pero lo amenazaste! Ahora ya no me quiere ni hablar! Y era mi amigo!

—Un amigo no te coquetea señorita! —Reprendió ahora cruzándose de brazos—

—Pues si le dices a papá, yo le diré a mamá que una niña te quiso besar!

—No me beso y no me iba a dejar besar! Aparte, le diste una cachetada! Que tipo de hermana hace eso??

—Las hermanas que defienden a sus hermanos de zorras!

James se puso una mano en el pecho, mientras ponía una cara sorprendida, exagerando su expresión un poco.

—Y ese vocabulario!?

—Y esa boca sucia tuya!? Tú también dices groserías!

—No es cierto tarada!

—VES!

Cumpleaños/SambuckyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora