Capítulo 18

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MATEO

Eunice se quedó pensativa, era como si dudaba en preguntarme algo, lo sospecho, hasta que finalmente se decidió y expresó:

-Por cierto Mateo, hablando de la entrevista, ¿Esas preguntas eran las que tenías escritas en tu tarjeta o eran personales?

-Fueron creadas por mí -susurré.

-¿Qué? -pregunto confundida.

-Que fueron creadas por mí -dije en un tono de voz más alto -yo quería hacertelas, y si sé que no era el momento adecuado, me desconcentre y pregunte lo primero que se me vino a la mente.

-¿Por qué hiciste eso?

-Porque mi jefe me indico que debía hacerte preguntas relacionadas con tu compromiso, principalmente, y me dolía tener que hacer eso, por eso las cambié aunque sé que no estuvo bien, por eso Mike estaba tan enojado.

-Espera, ¿Escuché bien? ¿Dijiste que te dolía hacer preguntas de mi compromiso?

-Si, eso dije.

Eunice abrió los ojos de golpe y segundos después me preguntó:

-Pero, ¿Por qué?

-Porque por más que pase el tiempo, hay cosas que nunca cambian, Eunice.

-¿Qué me quieres decir con eso, Mateo?

-Seré directo, yo nunca te he olvidado, ni el tiempo, ni la distancia, fueron suficientes... Para dejarte de amar.

Eunice quedó aún más sorprendida, su boca parecía una auténtica "o" dió unos dos pasos para atrás y luego vi como sus ojos en un instante se llenaron de lágrimas, me dolió e intenté tocarla, solo queria abrazarla, pero bruscamente se alejó y me dijo:

-¡No me toques! Y no te creo...

-¿Por qué no me crees? Te estoy diciendo toda la verdad, mi verdad.

-Nunca me escribiste ni un solo mensaje después de mi viaje.

-Eso no es cierto, la que nunca me escribió fuiste tú, cuando te fuiste al poco tiempo cambiaste de número, y admito que los primeros meses no te escribí, pero era porque me sentía deprimido, no porque no te extrañara, y después, cuando Javiercito compartió tu vídeo y te hiciste viral, te escribí por Flashtagram varios mensajes que nunca leíste.

-Mateo, yo, yo ¡Nunca los ví! Desde ese entonces recibo por redes sociales cientos de mensajes, pero es casi imposible leerlos todos.

-Te creo, pero entonces no digas que no te escribí, porque no es cierto.

-Pero no se trata sólo de eso -dijo con la voz llorosa- yo nunca fui suficiente para ti, siempre preferiste a Camila, aún lo recuerdo.

Eso sí que me dolió, Eunice García, el amor de mi vida, ha pasado estos casi cinco años pensando que ella no era suficiente para mí, solo por un estúpido mal entendido.

Con la voz llorosa le respondí:

-Nunca dije eso, nunca dije que no eras suficiente para mí, me duele mucho que hayas pensado eso, porque no es cierto.

-La noche de la fiesta de Natalia, fue la peor noche de mi vida, la recuerdo como si hubiera sido ayer aunque fue hace mucho tiempo -decía mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas- esa noche, lloraste porque viste a la Camila con otro y luego, prácticamente, me pediste que me alejará de ti.

-Por un tiempo, no para siempre.

-¡Da igual! -me gritó.

-Yo no quería hacerte daño con mis problemas, Camila me hizo mucho daño, solo quería solucionar eso y después, libre de todas mis cargas, poder estar contigo. Pero te fuiste. Tu viaje a Estados Unidos fue algo que no me esperaba.

-¿Y que querías que hiciera? Aún era menor de edad, y mi mamá me obligó a venir, aunque después de todo, ella tenía razón, en este país, que se ha convertido en mi segunda casa, he logrado cosas que nunca imaginé.

-Y quizás en Venezuela las hubieras logrado también.

-O quizás no... Pero al fin y al cabo, el hubiera o el hubiese no existen, ah y hace un tiempo, vi una foto tuya con una linda rubia en Flashtagram, ¿Quién es? Porque parecía tu novia.

¡Bien! Eunice hablo con un tono de voz celoso y me demostró que por lo menos no fui el único que estuvo al pendiente de las redes sociales en estos últimos años, ni el único que ha extrañado, además, no iba a negar la existencia de Julia en mi vida, si quiero recuperar a Eunice, lo haré diciendo toda la verdad.

-No viste mis mensajes, pero si estuviste pendiente de mis fotos, ah y la rubia se llama Julia, y no parece, ella es mi novia.

-¡Ja! ¿Lo ves?

-Pero eso no cambia las cosas.

-¿Cómo que no cambia las cosas? -preguntó mientras se cruzaba de brazos.

-Porque eso no cambia el hecho de que yo a ti te ame, estoy con Julia por cariño, por costumbre y por...

-Y porque es preciosa -dijo Eunice con un tono de voz celoso, nuevamente.

-Cariño, no te pongas celosa, para mí tú eres la mujer más hermosa del mundo.

Ojalá Eunice pudiera leer mis pensamientos y darse cuenta de que en nada miento, realmente para mí ella es la más hermosa, tiene la piel de porcelana y el cabello más largo y hermoso que he visto.

-¡No seas ridículo! Yo no estoy celosa, te recuerdo que yo estoy comprometida -dijo al mismo tiempo que levantaba su mano para restregrarme en la cara su anillo.

Admito que eso me dolió, y que me puso celoso, muy celoso, así que sin pensarlo le dije:

-Ya deja de restregrarme tu anillito, si de verdad estuvieras tan feliz por ese compromiso, no estarías aquí, a solas, bajo este hermoso cielo nocturno, conmigo ¿No crees?

Eunice enmudeció.

-El que calla otorga, cariño -le dije.

Ella dió media vuelta y rápidamente empezó a alejarse de mi, se dirigía a su auto pero yo la tomé por el brazo con cuidado y prácticamente le supliqué:

-Euni, por favor, ¡No te vayas!

-¡Suéltame! -dijo mientras se liberaba de mi agarre bruscamente.

Quedó parada justo en frente de mí y me dijo:

-¿Sabes qué es lo peor? ¡Que es cierto! Yo no debería estar aquí contigo...

-Pero quieres... ¿O no?

-Mateo, ¿Qué sientes por Julia? Responde sinceramente.

-He sido completamente honesto contigo en todo lo que te he dicho, y ya te dije, siento cariño, la quiero pero no la amo, a quien amo es a tí.

-Y si yo te dijera que también te amo, que nunca he dejado de hacerlo y que a mí me pasa con David lo mismo que te pasa a ti con Julia, ¿Qué harías?

Esperé más de cuatro años por este momento, un momento que creí que nunca llegaría, pero finalmente llegó.

-Yo, yo sería muy feliz, te besaría y óyeme bien, nunca, nunca más te dejaría ir...

Lentamente me acerque a ella, le quité la gorra, la lancé a un lado para que nada me estorbara, ella sonrió, luego tome su mentón entre mis manos para apreciar su linda cara y sus suaves labios, antes de besarlos...

Besé su mentón y llegué hasta sus labios, me deleite en ellos, había esperado tanto este momento. Posé mis manos en su cadera y poco a poco la fui atrayendo más hacia mí mientras profundizaba el beso, luego atrapé su labio inferior entre mis dientes para mordisquearlo un poco, sentía que estaba entrando en el cielo...

Mi PropósitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora