ᴛⷮhͪeͤ Mⷨuͧrͬdͩeͤrͬ нⷩoͦuͧs͛eͤゞᴷᵒᵒᵏᵐⁱⁿ

Tʀᴇs

8 de Octubre del 2021

"Run and don't stop"

–Y así es como exploté el laboratorio de química–río Jungkook hasta contagiar su risa con el rubio.–Los hijos de puta me suspendieron un mes completo, y obviamente reprobé el semestre–

–¿y como no querías que explotara? Por eso está prohibido fumar en esos lugares.–mencionó Jimin con una gran sonrisa en los labios.

Ambos estaban recostados sobre una alfombra de algodón, mientras contaban anécdotas o solo hablaban de sus pasatiempos favoritos, y así, poder conocerse mejor. Sus cuerpos estaban casi pegados, y sus rostros ladeados para admirar al contrario.

La canción de "Nothing's Gonna Hurt You Baby" sonaba por la bocina de la habitación, y Jimin no podía estar más que feliz con la compañía de Jungkook. Había pasado exactamente una semana desde aquel encuentro en el baño, y desde ese entonces, el tatuado siempre llegaba por las noches, o por las madrugadas antes de que Min-Ji se despertara.

Los primeros dos días, Jimin trataba de correr al más alto y se negaba rotundamente en entablar conversación con Jungkook. Porque...¿quien en su sano juicio hablaría con un tipo que, además de irrumpir en casas ajenas, también se te insinuaba?

Nadie, aunque el tipo fuera jodidamente atractivo.

Además Jungkook tenía una manera de ser un tanto intimidante, y se vestía como un Punk con botas  patea culos. Pero ese pensamiento cambió al ver que la compañía de Jungkook...no era tan mala.

Al cuarto día, Jimin se cansó de lo mismo y dejó que el tatuado se quedara a pasar el rato .Porque después de todo, Jeon  siempre ignoraría todas sus quejas e igual irrumpiría en su habitación. Algo demasiado irónico, ya que días atrás se prometió correrlo e ignorarlo. En fin, la hipocresía.

Pero a pesar de todo, esos últimos días finalmente pudo recordar lo que era reírse y sonreír sin remordimientos.

Jimin siempre recaía y aunque Min-Ji siempre intentaba dar lo mejor de sí mismo para hacerlo sonreír, Jimin siempre se quedaría con aquel vacío en su pecho.

El vacío de no tener a nadie más en su vida.

Min-ji era un excelente padre y más que nada un mejor amigo, pero el menor necesitaba un amigo
de su edad. Un amigo que lo escuchara y lo entendiera, una persona que estuviera junto a él en sus momentos más oscuros...alguien que en verdad no lo juzgara.

Y al parecer lo había encontrado junto a Jungkook. No de la manera en la cual esperaba, pero no se quejaba en absoluto.

Puede que fuera demasiado rápido para flashear una amistad con Jungkook, pero cuando has estado solo durante años y sin nadie en quien apoyarte, la urgencia de tener un amigo lo sobrepasaban.

—¿No deberías estar en clases a esta hora?–preguntó Jungkook, interrumpiendo los pensamientos del menor.