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Naruto no dejó de bostezar durante toda su jornada laboral.
Estaba oscureciendo y estaba cansado de todo el trabajo que había hecho en el día, su cuerpo se sentía pesado. Pero su humor estaba tan jodidamente bien, gracias a como su novio lo atendió en la madrugada y a pesar de sus ojeras, pensó que realmente valió la pena haberse trasnochado.
No pudo evitar pensar en Sasuke y en como esa boca tomó y degustó toda su polla, misma que empezaba a crecer bajo la tela fina de su pantalón.
Se manoseó un poco para bajar la calentura, cuidadoso de que no le pillaran por una de las enormes ventanas de cristal de su oficina. Y sin poder aguantar más, se dirigió hacía el baño de su oficina, cerró la puerta con seguro y se sentó encima de la taza del baño que permanecía con la tapa abajo.
Se refregó por encima del pantalón su notable erección, desabrochando su cinturón, bajando la cremallera, liberando su pene que ya dolía. Rodeó su falo con la mano y suspiró cuando comenzó a masturbarse, mordiendo sus labios por la exquisita sensación, imaginando que su mano cerrada alrededor de su miembro era el precioso culo de su novio que tanto extrañaba. Se arrepintió por no haberlo jodido en la noche tras su insistencia, el maldito trabajo los tenía distanciados, aunque fuese algo esencial para que siguieran viviendo en tan buenas condiciones.
Necesitaba a Sasuke, su boca, sus caricias, sus manos, su cuerpo, necesitaba tenerlo debajo o encima suyo y ver la expresión de deleite que su novio siempre colocaba cuando él lo tocaba.
Siguió masturbándose, su miembro húmedo por el presemen, cada vez yendo más rápido, al borde del orgasmo solo con el pensamiento de su novio, quien lo ponía demasiado duro y caliente.
Por supuesto que se lo follaría ese día, hasta el cansancio, hasta hacerlo lagrimear de placer, hasta que los vecinos se quejen para que dejen de ser tan ruidosos, cosa que no haría hasta llenarlo y saciarlo por completo.
Escuchó unos toques en la puerta principal de su oficina, pero él estaba demasiado concentrado en venirse. Se levantó y de paso, levantó la tapa de la taza del baño. Continuó embistiendo su mano, ya con una capa de sudor rodando por su sien. Pensó en Sasuke una vez más, recordó como se corrió en la boca del azabache esa noche, y como él tragó toda su esencia. El pensamiento le hizo estremecer y sentir una oleada de placer en el momento que se corrió encima de la taza del baño, hilos de semen cayendo directamente al agua.
Terminó recostado en la pared, respirando agitado. Tragó saliva e intento calmarse ya que su cuerpo temblaba. Había sido la mejor paja que hace tiempo no se hacía.
— Naruto, ¿Dónde estas? — Habló su jefe desde afuera.
— Ya voy. — Dijo, intentando hablar correctamente. — Un momento Sr, Jiraya.
Naruto tomó unos paños para limpiarse a él mismo y de paso limpiar todo el desastre que había hecho en el baño. Cerró su cremallera y cinturón, estiró su chaqueta, acomodo su corbata, se miró al espejo después de mojar sus manos y pasarlas por su cabello, peinándolo. Ya sintiendo que se veía decente, decidió salir.
