6:00 de la mañana, 1 de diciembre, primer día de invierno en Rusia.
Apenas me despierto, apago la muy irritante pero necesaria alarma del celular, todo sea por llegar a tiempo al trabajo. ¿Debería bañarme? —pensé para mí mismo— Supongo que si, una ducha no hace mal a nadie, a veces... Luego de salir de la ducha, logro ver mi pelo negro mojado, abdomen marcado y mi cicatriz en el ojo izquierdo de mi cara en el espejo, recordándome cosas del pasado —bastante dolorosas— que desearía olvidar. Volviendo a mi obvio objetivo de ir temprano al trabajo, procedo a ponerme mi típica ropa de siempre, una camisa blanca, corbata negra, pantalones negros, zapatos negros y saco negro, ¿mucho negro, verdad? pero me queda increíble el negro. Salgo de mi departamento, dirigiéndome a mi preciado Volkswagen Polo, —uno de los autos más vendidos de Rusia.— Estaciono frente a la empresa que me contrató, llegando a las 6:45 cuando debía llegar a las 7:00, hago tiempo en el lobby de la empresa intentando ubicar donde esta la cafetería, realmente necesito un café para funcionar bien. Luego de un rato, llego a la cafetería, habían varias personas pero ninguna parecía realmente importante, no eran de mi interés. Mientras esperaba en la fila llegó mi turno, la chica que me atendía me miraba de una manera un tanto tímida, me pareció algo tierna.
Acá está su pedido. —indicó con las mejillas de color rosa, entregándome mi anhelado café.—
Gracias, linda. —le respondí, regalándole un guiño y una pequeña sonrisa.—
La vi sonrojarse aún más después de eso y decidí sentarme en una de las mesas del lugar. Me di cuenta que en la bandeja que me entregó con mi café se encontraba un pequeño papel con un número de teléfono, supongo que era el de ella, al parecer no era tan tímida después de todo. Cuando termino mi café doblo el pequeño papel y lo meto en uno de los bolsillos de mi saco, tal vez algún día la llame. Ya son las 7:00, asi que debo regresar al lobby y me encuentro con el hombre que me contrató, Boris Novikov, un famoso empresario ruso que se dedica a hacer dinero sin parar gracias a que vende productos de belleza, limpieza y bebidas entre más cosas.
Nikolai, por fin nos conocemos en persona. —dijo con una sonrisa el tan famoso Boris.—
Boris, ya estaba ansiando poder cumplir con lo que usted desea. —contesté con una sonrisa también.—
Ya que estamos hablando de eso, mejor pasemos a mi oficina, este tema no es algo que pueda mencionarse por aquí. —esta vez, sonaba muy serio, por esa reacción, ya no puedo esperar a saber que quiere que haga por él.—
Como usted deseé. —respondí y nos dirigimos a pasos un tanto rápidos a su oficina.—
Una vez en su oficina, procedo a analizar cada rincón, era un despacho grande pero con muy pocas cosas... tenía los típicos cuadros de él con su familia y él con empresarios famosos, había una alfombra roja que cubría casi todo el centro del cuarto. Pasé por encima y sentí un pequeño ruido pero no le di importancia.
Bien, yendo al grano, deseo que investigues a la familia Volkov. —escuché ese apellido y me dieron escalofríos.— Estuve investigando por mi cuenta y encontré la mansión donde vivían, sinceramente estoy muy ocupado como para revisarla por mi cuenta así que decidí contratarte para eso. Ya tengo las llaves de la mansión y un auto preparado para que puedas irte ahora mismo, sin dar vueltas.
Me quedé unos segundos en silencio, realmente no esperaba algo así pero me hacía sentir algo eufórico, los Volkov solían ser una famosa familia en 1918 (por su gran negocio que generaba abundantes ganancias) que terminó en la ruina pero nadie sabe muy bien que sucedió para que terminarán así, estoy dispuesto a descubrirlo por mí mismo.
Está bien. —sonreí de punta a punta— voy a hacerlo, necesito las llaves del auto.
Acá están. —me las dió en mano— realmente confío en que vas a hacer un gran trabajo y va a quedar totalmente confidencial, te conocen por ser impecable, espero que no me decepciones.
Mi fama se debe a algo, señor Novikov. No espere menos. —le guiñé con una sonrisa un tanto juguetona y salí de la oficina jugando con las llaves del auto, sin dejar que responda.—
Enciendo las llaves del auto y logró divisar un coche un tanto viejo pero no estaba tan mal. Entro encendiendo el auto y pongo mis maletas con ropa mía y materiales de trabajo mientras reviso Google Maps para no perderme, realmente estaba muy lejos esa mansión sumando que estaba en un lugar algo vacío y alejado de la ciudad. Mientras viajaba se hicieron las 9:00 de la noche, apenas estaba llegando a mi destino. Menos mal que tomé un café, sino ya habría chocado. —dije para mí, observando cada detalle del lugar— estaba lleno de plantas muy verdes y hermosas, realmente me gustaba este ambiente, era muy admirador de la naturaleza y su belleza desde pequeño. Luego de un rato, logro ver la entrada de la mansión, unas rejas negras con plantas de decoración, parecía de película, casi irreal, me atrapa mucho este lugar a la vez que me da un poco de inquietud.
Apenas abro las puertas, noto que había polvo en todos lados, realmente la habían abandonado por años pero extrañamente era una muy hermosa mansión además de enorme. El olor a viejo inunda mi nariz pero mi atención se dirige hacia los espejos que hay en cada rincón de la mansión, habían muchos espejos por doquier, era un tanto extraño pero eran realmente bellos los espejos, no era realmente importante que tuvieran polvo. Uno de ellos en particular captó mi atención y no pude evitar caminar hacía el, noté que estaba roto y lo toqué por impulso con la consecuencia de cortarme un poco por ser tan despistado, normalmente nunca haría algo así pero... no sé, simplemente lo hice.
Será mejor que me instale en una de las habitaciones. —hablé en voz alta, entrando en confianza con el lugar, mientras me estiraba por el cansancio.— merodeando por la gran mansión, encontré una habitación que tenía una cama blanca llena de pequeñas y tiernas decoraciones con plateado y brillos, sinceramente no era de mi estilo pero se veía taaan suave... además de que el cansancio era más fuerte que yo. Al terminar de acomodar mis objetos en un rincón de la habitación y cambiarme a una ropa mas cómoda para dormir, caigo en un sueño profundo.
Me despierto en medio de la noche por el inmenso frío que invadió el cuarto, las ventanas de la habitación se encuentran abiertas y veo a través de la ventana una pequeña niña con un pijama blanco con decoraciones en color plateado y brillos, al igual que la cama. Me preocupo así que decido bajar las escaleras y salir a buscarla, no es seguro que una niña esté en un lugar así, tan solitario y aún menos en una noche tan helada como ésta. Abro las puertas y la encuentro mirándome, sus hermosos ojos verdes oscuros con grandes ojeras me miran y me quedo perdido en ellos... su largo pelo rubio se mueve a la par del viento, estaba congelado, hipnotizado, no podía decir ni una palabra hasta que veo que comienza a correr y la sigo corriendo también.
¡Hey!, ¡niña! no corras, por favor. —reaccioné por fin.—
La vi que volteó a verme pero no me hizo caso y siguió corriendo, pasando por el bosque. La perseguí hasta que pasó por un hueco que se encontraba en un gran conjunto de arbustos con rosas y espinas, era algo digno de ver pero era muy peligroso para una niñita como ella, sin embargo, inesperadamente pasó como si nada así que decidí hacer lo mismo, lo cual fue una —muy mala idea— ya que el frío hizo aún más contacto con mi piel y comenzó a arderme sumando que las espinas también chocaban con mi piel, podía sentir como se deslizaban gotas de sangre por mi piel pero logré llegar al final del extenso túnel de arbustos.
¿Ah? —musité un tanto asustado, ya que de repente aparecí nuevamente en la mansión, frente al precioso espejo roto que me cautivó— esta vez podía ver reflejada a la niña en el, lo toqué para ver si era real que estuviera ahí pero empezaron a caer gotas de sangre en el espejo, dirigí mi mirada hacia el piso y logré verlo lleno de sangre, me espanté. Levanto la vista y el espejo estaba igual, rompiéndose aún más de la nada. Comienzo a agitarme mucho del miedo, hasta que por fin... despierto empapado de sudor con la luz del sol reflejándose en mis ojos.
ESTÁS LEYENDO
Espejos.
Historical FictionNikolai era solo un detective que debía hacer su trabajo, hasta que se encuentra con algo mucho más grande que un simple caso, se encuentra a Anastasia y su inquietante pasado. ACLARACIONES. Todavía está en edición, ya que recién empiezo, voy a camb...