Necesito conocerte.

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Parpadeo varias veces rápidamente y me pellizco fuertemente las mejillas para asegurarme de que estoy despierto. Desde hace mucho tiempo que no tengo un sueño tan inquietante y real como éste. Miro a mi alrededor, las ventanas estaban cerradas y la puerta de mi habitación también, no habían rastros de que me hubiera ido en algún momento pero sé que fue verdadero lo que viví, tan verdadero como las cicatrices que encontré en mis brazos y piernas de las espinas. Decido levantarme de mi cama para darme una refrescante ducha, por suerte en el baño de la habitación funcionaba tanto el agua caliente como la fría, algo bastante extraño para una mansión antigua pero era justo lo que necesitaba para aclarar mis ideas y centrarme en mi trabajo, pase lo que pase debo tener en mente mi objetivo, no debo entretenerme con distracciones. Al salir, me fijo en la cicatriz de mi rostro, la toco con mucho pesar, ese sueño revivió uno de los peores recuerdos de mi vida pero estoy dispuesto a investigar más sobre todo esto, hay algún tipo de conexión entre esta familia y mi sueño, no cabe duda. Suspiro y bajo las escaleras, dirigiéndome a la cocina, en mitad de camino me encuentro con una gran puerta de color verde oscuro, idéntico a los ojos de la pequeña del "sueño." Viendo más detalladamente me doy cuenta de que hay un candado en la puerta pero la llave esta colgada en el mismo, la tomo y consigo entrar en la intrigante habitación. Como siempre, está todo lleno de polvo pero la enorme ventana por la que entran rayos del sol, deja ver con claridad cada rincón.

Hay un gran escritorio lleno de papeles, noto que en algunos hay ¿sangre seca? bueno... eso me alarmó un poco —demasiado— pero no voy a dejar que me intimide, esto lo hace mucho más interesante de lo que ya era. Limpiando el polvo con mi mano de los papeles, los analizo dándome cuenta de que eran algunas deudas, supongo que era normal si terminaron en la ruina. Guardo los papeles en una bolsa que encontré por ahí, más tarde les echaría un ojo por si hay algo importante, mientras tanto veo un pequeño cajón en el escritorio que debía abrirse con llave, intento con la misma llave del espacioso despacho ya que la cerradura del cajón era la misma que la del candado y se abre. Me encuentro con un diario que estaba completamente limpio pero sus hojas si estaban algo amarillas, de lo viejo que es, algo obvio de esperar pero lo que no lo era, era una foto que cayó del mismo en la que se podía visualizar a la misma niña de mi —tan espantoso "sueño"—al parecer era la hija más pequeña de la familia, la famosa Anastasia Volkov, la cual desapareció sin dejar rastros. Junto a ella en la foto se encontraban sus dos padres, Irina y Sergei Volkov, ambos conocidos por su gran empresa (en especial su padre, por ser militar además de empresario) con sus otros dos "perfectos" hijos gemelos Katrina e Igor Volkov. Lo que más me extraña en esta foto es que los cuatro integrantes están juntos sonriendo mientras que la menor de la familia esta alejada y con una cara seria con un toque de tristeza se podría decir. Aparte de eso, en el diario se encontraban más papeles, al parecer fichas médicas donde se veía el nombre de Anastasia, eran demasiadas pero la que más llamó mi atención era una que decía:

Manicomio de Peterhof.
Ficha de médica de: Anastasia Volkov. nacida en 1901, 18 de junio.
Realizada por: Alexei Romanov.
Ingresada a pedido de: Irina Volkov.

La paciente entra al lugar por su misma madre, la cual la trajo agresivamente gritando que su hija estaba loca y era incontrolable, que debía ser encerrada hasta que estuviera bien mentalmente. Analizamos el caso y llegamos a la conclusión de que la paciente tiene diversos trastornos mentales, entre ellos: esquizofrenia, el mayor causante de todo...

No terminé de leer ya que estaba muy sorprendido, nunca hubiera esperado que una Volkov fuera una trastornada y menos a tan corta edad... esto era mucho más que un simple caso y recién empezaba. Obviamente todo tenía una clara conexión con el sueño que tuve e iba a descubrir que había atrás de todo esto. Quería continuar escarbando entre todos estos papeles pero me interrumpió el sonido del timbre, ¿quién podría ser? me dirigí hacia la entrada con unos pasos un tanto lentos, aún no había podido desayunar nada. Ya en la entrada, con la puerta abierta me encuentro con numerosos paquetes llenos de cosas básicas, alimentos y demás para poder subsistir y realizar mi investigación, encima de todos los paquetes se encontraba una pequeña nota.

"Querido detective Morozova,
le entrego con mucha gratitud todos estos elementos para que pueda hacer su grandioso trabajo.
Con cariño, Boris."

Sonreí con satisfacción, cada vez que me decían un cumplido solo aumentaba mi ego y mis ganas de trabajar. Levanto los paquetes y los llevo a la gran mesa de la cocina, abro uno de ellos y encuentro una cafetera con muchos sobres de café, se notaba que me conocían muy bien, era claro que sabían sobornarme. Conecto la cafetera y me preparo un buen café negro para asimilar las cosas ya que había pasado un buen rato y nuevamente se hizo de noche pero esta vez había conseguido mucha información valiosa, no como la anterior noche. Miro mis brazos y piernas, admirando las cicatrices... realmente había pasado lo de mi sueño y todo por esa chiquita.

Necesito conocerte... —suspiré cerrando los ojos, echando la cabeza para atrás y tocándome el cuello— Tal vez si me duermo, logre encontrarte otra vez.

Decidido a encontrarla de nuevo, me dirigí a su cuarto, reposando en la cama, deseando poder verla otra vez y descubrir la historia de su ahora muy tenebrosa familia, ¿que habrá pasado para que terminasen así? esa duda solamente podría resolverla ella, Anastasia. Pensando en todo eso, caigo otra vez en un profundo sueño.

Espejos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora