Las paredes de aquella mansión esconden los peores secretos de aquellos siete magnates millonarios.
Hadara un día descubre que su hermana mayor que hasta el momento está desaparecida estuvo en la mansión Playboy gracias a una carta que dejó escondi...
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¿Es egoísmo pensar solamente en ti?
«SÍ» «NO»
—Hadara, despierta. —me sacude ligeramente. Yo sin abrir los ojos intento quitarme sus manos de encima para seguir durmiendo pero no funcionó, Hava siguió molestando hasta que me desperté.
—¿Que quieres?
—¿Qué haces dormida en el sofá?
—Estaba tan cansada anoche que no alcance llegar hasta mi cama. —bostecé.
—Mentirosa. —me apuntó. —Anoche llegaste temprano, y eso no sucede a menos que le hayas hecho un favorcito a tu jefe.
—No le hice ningún favor al idiota de Jun.
—¿Entonces? —estaba esperando una respuesta de mi parte. La verdad es que no quería contarle lo que pasó con Jun, no quería preocuparla y que hiciera un alboroto para ir a terminar de romperle la cara a ese infeliz. Aún no dejo de pensar en si lo dejé desmayado o de verdad lo maté con el golpe.
—No importa. Lo único que debes saber es que no regresaré al Bar. —me dirigí a la cocina.
Frunció el ceño.
—¿Por qué no? —me siguió hasta la cocina. Estaba preparándome un té para calmar mi ansiedad. —¿Fue Manoban, verdad? Ella te pidió que...
—Ella no fue, Hava.
—Lo digo porque ella es la que siempre te mete ideas tontas a la cabeza, tal vez ella te dijo que dejaras el bar.
—Pues no, Lisa no tiene nada que ver. Simplemente dejaré de ir y listo. —me llevé una quemada en la boca al tomar del té hirviendo.
—¿Y qué es lo que haremos? Aún falta un mes y medio para que cumpla dieciocho años, no me darán trabajo en ningún lado.
—No te preocupes por eso. Conseguiré otro trabajo.
—¿Y qué, planeas que nos alimentemos por medio de fotosíntesis hasta que consigas trabajo?
—No, Hava, no. —deje la pequeña taza sobre la mesa. Tomé la caja fuerte que había guardado bajo el mueble donde está la televisión. —Con este dinero podremos sobrevivir hasta entonces.
