No

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Estábamos en un cuarto con la puerta cerrada y las luces apagadas.

Él me dijo que estaba aburrido, y que quería jugar, y yo acepté. 

Propuso jugar "Verdad o Reto", y acepté.

Al principio eran retos simples, como abrir las piernas lo más que pudieras.

Pero cuando me preguntó si era virgen, sentí inmediatamente el cambio en la atmósfera.

La tensión sexual sólo aumentó cuando asentí.

Y después estuvo ese reto.

-Quiero que te masturbes frente a mí.

Sentí miedo y vergüenza, y traté de esconderme detrás de una almohada.

Quería complacerlo, pero no pude, por más que traté de convencerme de que no pasaría nada.

Vi como se acercó a mi lentamente.

-¿Qué pasa? Es sólo un reto...

-Es que yo...Yo no...Yo nunca...- traté de aclarar mi voz- Yo nunca he hecho esto.

-¿En serio?- sus ojos se abrieron sorprendido, y yo asentí mirando hacia otro lado.

-¿Quieres que te ayude?- y ahí mi cerebro dejó de funcionar.

Asentí, tratando de imaginar que haría. Creí que me tocaría, y que probablemente también querría que hiciera lo mismo por él.

Sería comprensible: nadie da nada sin recibir algo a cambio. Y me preparé mentalmente para ello.

Podría hacerlo.

Pero nunca imaginé que sus intenciones serían otras.

Bajó toda mi ropa de mi parte inferior, y después la superior, y aunque me sorprendí, lo acepté.

Y después tuve sus manos sobre mí.

Oh, Ángel.

Solté un jadeo, lo más silencioso que pude. Se sentía delicioso, pero su familia y la mía estaban afuera, y no sabían lo que estábamos haciendo.

Entonces paró, y se quitó también la ropa.

Y entonces entendí lo que quería hacer.

Él quería todo.

Y yo no.

Pero no podía moverme. El terror me paralizaba.

Él tomó eso como consentimiento, y metió un dedo dentro de mí.

Dolió, e hice un sonido, que él interpretó como afirmativo, y metió otro.

Dentro, fuera, giros.

Dolía horrible, pero no podía encontrar mi voz.

No fue hasta que vi que alineó su miembro en mi entrada que pude reaccionar.

-No.

-¿Qué?- parecía sorprendido de que la primera palabra que saliera de mi boca fuera para negarle lo que quería.

-No.

-¿Por qué? Sólo es sexo. No es como que vaya a pasar algo entre nosotros - de alguna manera eso me hizo sentir más mal.

-No. No traes condón.
-Termino afuera. Estoy limpio, lo juro.
-No.
-¿Por qué no?

-Porque no.

Porque no me siento bien con esto.

Porque tengo miedo.

Porque no lo quiero hacer ahora, con mi familia afuera.

Porque no lo quiero hacer contigo.

Un millón de razones cruzaban por mi mente, pero no me animaba a pronunciar ninguna por miedo a herirlo.

Como pude tomé mi ropa y me vestí de nuevo, acuerucandome en una esquina.

Fue estúpido, lo supe cuando me acorraló.

-No pasa nada - yo estaba fuera de este mundo, como si no me estuviera pasando a mí.

No me di cuenta cuando me desnudó de nuevo,y apenas noté el beso que dejó sobre mi cuello.

Sin besos en la boca.

Como un juguete.

Y lo que me trajo a la realidad de nuevo fue su lengua en mi pezón.

-Ahhh.
-Shhh... Nos van a escuchar.

Demonios, se sentía tan bien.

Pero la culpa y el miedo competían con el placer.

Viendo mi indecisión, se puso sobre su espalda, tomándome de las caderas.

Quería que lo montara, pero en ese momento no lo entendí.

Y viendo mi torpeza, suspiró y se incorporó, haciendo que me quitara de él, y de algún modo dejando su miembro frente a mi cara.

Había escuchado a otras personas hablar del sexo oral, y quise intentarlo, pero no logré acercarme, así que sólo lo toqué.

Y después de poner una mano en mi cabeza y ver que no respondía, suspiró de nuevo y me puso boca abajo.

Me puse en alerta máxima. Si me quería tomar de ese modo, jamás lo sabría hasta que ya lo hubiera hecho.

Volteé la cabeza, y vi como puso su miembro entre mis nalgas y lo frotó.

Se sentía delicioso, y cuando menos acordé, estaba tratando de nuevo, y el pánico me volvió a invadir.

-No.

Y cuando abrió la boca para protestar, la puerta sonó.

-¿Qué están haciendo?

Palidecimos, y nos vestimos a la velocidad de la luz.

-¿Todo bien?

En un abrir y cerrar de ojos, las camas estuvieron tendidas.

-¿Por qué la puerta tiene seguro?

Me hizo una seña de que me arreglara el cabello, y se aclaró la garganta.

-Voy - se dirigió hacia la puerta, y la abrió, encontrandose con su madre y la mía.

-¿Por qué estaba la puerta cerrada con seguro?
-Relajate, madre. Me estaba contando unas cosas... privadas- me miró y me sonrojé

-Oh ¿Ya cenaron?
-Iba a hacerlo, pero no me dejó- me señaló y me sonrojé de nuevo.

Y después él salió de la habitación, y me dejó pensando.

¿Debí haber dicho que sí, aunque no quisiera?

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Ok, miren

Sé que en Malec ninguno es mujer (claramente), pero quería hacer algo por el 8M.

Y recuerden:

Cuando una persona se niega a algo, no es un reto, un intento de hacerse "difícil", una invitación a qué insistas, un "convenceme".

No, es NO.

Gracias por leer 💜

Sad One Shots - MalecDonde viven las historias. Descúbrelo ahora