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La azabache entró por la puerta del apartamento, suspirando y con la mirada perdida, dejó su bolso en la mesa de la entrada.

-Llegaste.- Escucho la voz de su pareja, quien se acercó a ella con la intención de abrazarla.

Sin embargo, la azabache interpuso las manos y volteó la cara, rechazando la muestra de afecto antes de recibirla.

-Hoy no, Diego... hoy no...- Se abrazo a si misma y se fue a su habitación, dejando al castaño confundido.

La azabache entró a su habitación, cerrando la puerta tras ella; sintió su nariz picar y sus ojos cristalizándose, sorbió la nariz para luego tallarla bruscamente con su mano. Quería aguantar su llanto tanto como pudiera. Visualizo su cama y camino hasta ella, dejándose caer en la suavidad de las sábanas y el colchón; se metió bajo las suaves y tibias ropas de cama, abrazo el peluche de pato que el castaño le había regalado cuando empezaron a salir... oh, ese pequeño de cabello rizado, el la hacía totalmente feliz...

Pero justo ahora, quería estar sola, quería desahogarse consigo misma por el día que había tenido; sabía que el castaño le haría preguntas, se asustaría o trataría de hacer algo para hacerla sentir mejor... pero ahora solo quería llorar.

Quería descargarse a pesar de no saber bien porque quería hacerlo, sin darse cuenta, las lagrimas ya caían por sus mejillas, sollozando mientras abrazaba a aquel suave peluche que le recordaba a su persona amada; lo apretó contra su pecho, tratando de buscar el calor que abrazar a su novio le daba.

Poco a poco, las pocas lagrimas y sollozos que salían de ella, se empezaron a convertir en llanto, dejando salir más lagrimas y sollozos que hacían doler al alma.

Cuando menos se lo esperaba, el castaño entró por la puerta; es verdad, había olvidado poner el seguro.

-Diego...- Su voz salió como un susurro perdido entre el sonido de su llanto. Sorbió su nariz más y trataba de limpiar sus lagrimas, pero ya no ponía ocultar el hecho de que estaba llorando.

Sin decir ni una sola palabra el castaño se acercó a la cama, se subió a esta junto a la azabache y la abrazó, apretándola contra su cuerpo; la chica sintió caricias en su espalda, y besos en su frente y hombros. Pero ni una palabra salió de los labios del contrario...

La chica al final dejó de contenerse, rodeando el abdomen del contrario con sus manos temblorosas y dejó caer las lagrimas que quedaban en el hombro contrario, mojando aquella zona de su camiseta oscura.

El castaño no hizo ni una sola pregunta, ni abrió la boca para decir algo, solo dejó que su novia se desahogara de lo que sea que la hubiera hecho llorar. El tenía que estar para ella, después de todas aquellas veces que la azabache le había ayudado cuando se sentía horrible consigo mismo, el debía devolver el favor.

Una relación se construía de dos partes, donde ambas ponían empeño para mantener aquel vínculo; si uno de los dos dejaba descuidada a la otra parte, la relación se destruía lentamente. La azabache ya había puesto mucho empeño en aquella relación, ahora era el turno del castaño de poner de su parte; estar ahí para la castaña y no hacer preguntas, simplemente estar ahí, ser su hombro para que ella se desahogara de lo que sea que hubiera pasado.

Cuando ya no escucho los sollozos en su hombro, volteo su mirada, viendo que la chica ahora yacía dormida en su hombro, una pequeña sonrisa se formó en su rostro. Con mucho cuidado, acomodo a la de mayor edad en la cama, su cabeza en la almohada roja y cubrió su cuerpo con las mantas moradas; fue al baño por papel y con el podía limpiar los restos de lagrimas de su rostro.

Cuando limpio su cara se quedó unos segundos más observándola, su nariz roja, sus ojos rosas y sus labios también rojos. Todo a causa del llanto.

"Linda" pensó.

Le dejó un beso en la frente y acomodó el peluche de animal junto a ella antes de irse de su cuarto. Tiro el papel a la basura y fue a la cocina para prepararle algo de comer a la azabache cuando despertara, le haría algún manjar, así podía ver su mirada brillante cuando probaba algo que le gustaba... ahora el castaño sonreirá como un niño.

Soltó una risita, el amor si que te hacía sentir como un niño otra vez...



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[Este "pequeño" (748 palabras) escrito, lo escribí porque me surgió la idea y quiero un abrazo-

Este es algo original mío, no es ninguna situación que viene en el libro (hasta donde yo se).]

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⏰ Última actualización: Mar 09, 2022 ⏰

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𝗔𝗾𝘂𝗶𝗻𝗼 𝗶𝘀 𝘁𝗵𝗲 𝘁𝘆𝗽𝗲 𝗼𝗳 𝗯𝗼𝘆𝗳𝗿𝗶𝗲𝗻𝗱 - 𝗢𝗻𝗲𝗦𝗵𝗼𝘁𝘀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora