Ahí estaba esperando impaciente la llegada del caballero de Piscis, Albafica había salido a una misión y hoy es precisamente el día en el que regresaba.
Era el único con el que podía hablar sin problema sobre sus últimas molestias.
Tomó una varita del suelo y comenzó a trazar figuras sin sentido en en el suelo intentando pasar el tiempo.Para su buena suerte el caballero de cabellos celestes subía lentamente las escaleras, ante eso Régulus corrió para poder ayudarlo sin embargo Albafica se negó.
- ¡No me toques! No quiero meterme en problemas si llegas a envenenarte con mi sangre.
- Lo siento - Respondió esbozando una cálida sonrisa.
- Traté de llegar lo más pronto posible a tu llamado, tu cosmos ha estado muy alterado estos días y no es muy común en ti Régulus. Vamos adentro y ahí podemos platicar con calma.
Albafica extendió su mano invitando al joven de cabellos castaños a entrar a su templo; admitía que venía sumamente cansado pero tampoco le gustaba ver al joven santo de Leo demasiado preocupado.
Al ingresar al templo, Albafica colocó su Pandora box en la entrada de su habitación, se retiró su abrigo y lo colgó en el perchero que se encontraba en su lado izquierdo, después ambos se dirigieron a la cocina donde el santo de Piscis se prepararía una buena infusión como calmante después de su exhausta misión.
- Tengo muchas dudas y me siento muy inseguro señor Albafica.
Régulus tomo asiento en la mesa mientras Albafica tomaba una olla que le sirviera para poder calentar un poco de agua.
- Eso puedo notarlo... ¿Hay algo que te molesta o que te preocupa? - Le pregunto con toda la confianza que le tenía al joven castaño.
Régulus no sabía cómo empezar a preguntarle sobre esa molestia que lo aqueja cuando mira al caballero de la onceava casa.
Al menos agradecía que el francés no estuviera en su templo de lo contrario no hubiera tenido el valor de pasar y pedir permiso para ingresar por Acuario.
Jugaba con sus manos calmando sus nervios, jamás se imaginó sentirse de ese modo, no cuando él mejor que nadie sabía leer a los demás pero cuando intentaba averiguar un poco analizando al francés no lo lograba, era como una enorme barrera difícil de traspasar.- Pues... - Se llevó su mano a su brazo y desviando su mirada para otra dirección - Yo, no sé porqué siento como mi corazón quisiera salir de mi pecho cuando veo pasar a alguien en específico y mis manos empiezan a sudar al tenerlo de frente, yo... - Titubeaba nervioso pero la voz de Albafica interrumpió sus palabras.
- ¿Tenerlo?... ¿Es un él? - Rápidamente se dió cuenta de la situación que el joven de Leo pasaba, colocó dos tazas sobre la mesa para poder servir el agua caliente en ellas junto con un poco de hierbas relajantes que le ayudaran a calmar el dolor de su cuerpo.
Régulus no pudo evitar sonrojarse, lo había descubierto, en eso pudo acertar para pedirle algún consejo. Regularmente cuando alguno de los caballero necesita un consejo o ayuda suelen recurrir a Dégel por ser el más sabio de todos los demás caballeros, con Asmita también lo hacen sin embargo esto sería una mala idea dado que el santo de Virgo simplemente juzgaría a mal que el pequeño Régulus como todos suelen llamarlo estaba totalmente equivocado al pensar en el amor de una persona mucho mayor que él.
- Yo... Esto es normal ¿Verdad? - Preguntó con nerviosismo - Espero que no sea una enfermedad mortal en mi cuerpo.
El agua estaba lo suficientemente caliente, Albafica comenzó a servir en cada una de las tazas acompañado de unas hierbas aromáticas y relajantes.
- Eso que sientes es normal Régulus, debes saber que como caballero de Athena se nos tiene prohibido mirar a alguien más con esos sentimientos... Aunque aquí en el santuario más de uno le importa poco esa regla puesto que somos seres humanos que somos capaces de amar y sentir, hasta de odiar.
El caballero de Piscis tomo asiento en su lugar y le ofreció unas galletas de la charola al joven de cabellos castaños.
Régulus tomo algunas ya que eran sus favoritos; mientras le daba un mordisco a cada una Albafica retomo la misma plática.- Estar enamorado es muy normal a esta edad, irás descubriendo poco a poco más cosas, entre ellas es que quizá existan lugares o situaciones que te resulten aburridas, querrás salir y conocer un poco más a las personas de tu edad...
En ese momento Régulus comenzó a reírse, porqué aquél que tanto soñaba día y noche no era precisamente alguien de su edad.
- Siento decir que no es alguien precisamente de mi edad... Ese es el grande problema, creí que podría ayudarme a comprender estas extrañas sensaciones ya que usted alberga un sentimiento muy distinto por la joven del pueblo - Respondió Régulus esperando que Albafica no se molestara ante tal comentario.
Albafica dejo escapar un poco de aire entre sus labios y se acomodo mejor en su silla de madera para poder responderle esa duda - Verás, como un caballero de la constelación de Piscis jamás tendré la oportunidad de vivir lo que ustedes pueden hacer, no te voy a negar que esa joven despierta sensaciones inexplicables en lo más profundo de mi ser pero también soy realista y se que jamás podré darle un abrazo porqué corro el riesgo de matarla con mi sangre envenenada... Ese siempre ha sido mi destino, vivir en completa soledad.
- Entonces...
- Tu puedes amar sin condición, recuerda que la guerra santa está comenzando y en un escaso parpadeo puede suceder todo... Incluso hasta podemos perder la vida.
Régulus le dió otro mordisco a su galleta, quizá en esa parte tenía razón pero ese no era el gran problema, si no más bien de quién se había enamorado.
- ¿Aunque implique amar a alguien mayor que yo?
- Soy la persona menos indicada pero soy de la idea que muchos difieren... El amor no tiene edad cuando de verdad se entrega el corazón.
Ante esto el caballero de Leo espero un poco pensando si era buena idea revelarle aquella noticia; se quedó callado un largo momento.
Sin embargo en su mente al venir ese efímero recuerdo de aquel bello ser hizo que sonriera ante la nada.- Me gusta Dégel de Acuario.
Al escuchar esto Albafica no pudo evitar escupir el té que estaba tomando en ese momento.
¿Acaso había escuchado bien?- ¿ Te refieres al guardian de la onceava casa? - Preguntó con asombro, esa noticia no se la esperaba.
Albafica creía que se trataba de un simple joven del pueblo o incluso de cualquier lugar pero jamás se imaginó que podía ser su vecino de la casa de abajo.
Régulus se llevó una mano a su cabeza después de esa inesperada revelación, aunque en su cuerpo sentía una sensación de alivio ya que ahora su sentir lo había confesado y no era un sentimiento que albergaba el mismo.- Vas a dejar muy confundido a Dégel.
- ¿Que me sugiere? La verdad me siento nervioso al verlo, es como si el tiempo se detuviera... Es el culpable de mis sueños extraños cada noche y...
Albafica interrumpió sus palabras - Tienes dos opciones querido y tierno león, puedes decirle la verdad y hablar de frente con él o bien callarse el sentimiento hasta el fin de tus días. Debes ponerte a pensar si esto que sientes es de verdad amor o una simple obsesión...
A la mañana siguiente después de haber pasado una mala noche por culpa de sus sentimientos y de las dudas que albergaba a su joven corazón, decidió que finalmente lo mejor será confesarle su sentir para no seguir teniendo problemas de insomnio a causa del bello francés.
Sin perder mas el tiempo saco una pequeña hoja de su mueble y redacto un pequeño recado, para su fortuna aún estaba llegando el amanecer en el santuario por lo tanto los demás caballeros seguramente se encontraban dormidos.
Aprovechó para salir corriendo hasta el templo de Acuario esperando que su guardián estuviera profundamente dormido.Al llegar se percató que la puerta de su recámara se encontraba cerrada y eso era un punto a su favor.
Tomó la nota que guardaba celosamente en su bolsillo del pantalón y deslizó lentamente aquel papel doblado con la esperanza de que Dégel lo leyera.
Solo rogaba para si mismo que por lo menos sus sentimientos fueran correspondidos.💖❄️💖❄️💖❄️💖❄️💖❄️💖❄️💖❄️💖❄️💖❄️
Mañana nos leemos con el final y veremos qué dice Dégel al respecto ,🥰🥰🥰
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No me trates como a un niño
FanfictionSiempre lo había admirado desde la lejanía y es que el santo de Leo miraba al caballero de Acuario como alguien difícil de alcanzar. Aquella sublime confesión podría ser la oportunidad para luchar con detenimiento ante los nuevos sucesos de la batal...