Lucille: El dolor.

꩜ Lucille, resiste

*IMPORTANTE AVISO AL FINAL DEL CAPÍTULO*

2 AÑOS DESPUÉS

Grace se había convertido en una madre comprometida por su hija, no comía si su hija no lo hacía, no dormía si Lucille no descansaba, no bebía hasta que la pequeña bebiera. Trataba de pasar todo el tiempo con la niña pues los doctores le habían advertido varias veces que no resistiría muchos años. Esto a veces dejaba a la muer hecha pedazos, se sentía completamente desamparada. Como madre nunca quieres pensar en la muerte de tus hijos, te dices una y otra vez que lucharás o que darás la vida por ellos, pero en estas cuestiones era difícil.

En algún momento, cuando el doctor le dijo que los riñones de Lucille fallaban, Grace se enojó con la injusticia de la vida. Su pequeña jamás iría a la escuela; no se graduaría de la preparatoria, no conocería el primer amor, el primer rechazo. No sabría lo que es entregarla al altar o ser abuela por ella, su nombre quedaría grabado en un epitafio que con los años perdería el color, que quedaría en el jardín del olvido. Pero Grace se preparó, asegurando que los últimos años de vida que ella tuviera serían dedicados a la felicidad y comodidad.

Negan no entendía esto, claro que no. Él sentía enojo cada vez que su esposa daba alusión a despedidas o hablaba de sacarla del hospital, le molestaba pensar que no lucharían por su princesa que merecía tener una vida larga y feliz. Pero también lo sabía, comprendía que algún día tendría que decir adiós, sólo que le molestaba admitirlo, el pensamiento lo hacía sentir extremadamente culpable.

Llegó al área infantil del hospital que atendía a Lucille, estaba terriblemente nervioso como nunca antes por el tema que le diría a Grace. La vio a lo lejos, leyendo una revista en el sillón que estaba al costado de la cama donde su hija descansaba después de una sesión de quimioterapias. En su pasado, este tipo de escenas sólo sucedían en las películas de tragedia que tanto odiaba, en un millón de años se imaginó que esta sería su realidad.

—Hey, muñeca —saludó llamando su atención, Grace le recibió el beso en los labios.

—Negan, creí que estarías trabajando, ¿pasó algo? —preguntó la mujer dejando la revista de lado, se sintió aún más confundida cuando notó que estaba ansioso —¿Estás bien, cariño?

—Me quedé sin trabajo —confesó con vergüenza.

—¿Cómo que te quedaste sin trabajo? —preguntó alzando la voz con molestia, se quedó callada cuando notó que todos en la habitación los voltearon a ver.

—Por la pelea del sábado...

—La de tu amante —susurró rodando los ojos.

—¿Estás loca? Ya te expliqué que su esposo la estaba agrediendo, yo sólo la defendí. Jamás me imaginé que el hombre era un padre de familia —contestó molesto —Es odioso que sigas desconfiando de mi.

—Negan, te puedo decir los nombres de todas tus amantes...

—¡Eso sucedió antes de que Lucille naciera! —interrumpió en voz abaja, exasperado.

—No discutiremos esto aquí. Sólo dime qué pasará ahora, tenemos dinero en el banco para sostener los medicamentos unos meses más.

—Sí, eso está bien. Me permitieron renunciar para que me dieran liquidación, no es mucho pero podrá servirnos —asintió con la cabeza sentándose en los pies de la cama, con cuidado de no aplastar a su hija, la miró suspirando —¿Cuánto tiempo deberá estar aquí?

—En una hora más nos podremos ir, el doctor quiere hablar con nosotros.

—¿Tendrá buenas noticias que darnos?