Lovely ❥ Shuumatsu No Valkyrie.

One Shot (Poseidon) (1/2)

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│❦: ❝Los herederos de los Dioses olímpicos se manifiestan, la heredera de Poseidón resultó ser su llama gemela. ❞ꨄ 「♥」
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↷♥︎愛する♥︎↶

«Mire, Poseidón-san, puedo hacer hielo con el agua qué hay en el aire»

«Bien, entiendo que aunque ha sido un progreso, no es algo útil, lamento molestarlo»

«Poseidón-san, puedo hacer creer plantas, y también puedo sacar grandes raíces de la tierra y controlarlas»

«Por lo que veo, eso tan poco es algo importante, lo lamento, no volverá a pasar de nuevo»

«¿Mi control del agua? Aún se me dificulta un poco, pero se que voy a mejorar»

«Maestro, ya puedo crear una ola, y manejarla a mi voluntad»

«¿Acaso eso tampoco es suficiente? Entonces seguiré mejorando, hasta que esté orgulloso»

Su mente le jugaba una mala pasada, reproduciendo en cámara lenta todo y cada uno de los momentos, en los que había hecho una mejoría significativa en sus habilidades, sin embargo a él no le importaba, jamás se digno a felicitarla, o darle algún consejo, simplemente le indicaba lo que debía de hacer, después de eso no le dirigía la palabra, es más ni siquiera la miraba a los ojos, a pesar de que era su maestro y pasaba la mayoría del tiempo entrenándola.

Ella sentía como si fuera un cero a la izquierda, era imposible captar la atención de él, o al menos recibir algún consejo para que tuviera un mejor manejo de sus habilidades, todo se reducía a un: «Inténtalo de nuevo, debes hacerlo mejor» era todo lo que le decía durante los entrenamientos, pero, que se podía esperar de alguien como él?.

Poseidón, el Tirano de los Mares, todos sabían lo frío e inexpresivo que era, sin embargo Rosanna sentía que había una posibilidad mínima de que el mostrara algún tipo de cariño o afecto por los demás, y aunque era de una en un millón, ella se aferraba a esa posibilidad, después de todo esa era la única razón por la que se esforzaba tanto, porque lo quería, realmente lo quería, y también quería hacerlo sentir orgulloso.

Ciertamente, la chica estaba totalmente harta de las miradas de pena que recibía por parte de los demás, era consciente de que ser la Heredera de Poseidón no sería nada fácil, pero eso no le daba el derecho a los demás para que la mirasen de esa forma, no quería que nadie sintiera lastima por ella, eso la hacía sentirse mediocre e incapaz, sumándole su complejo de inferioridad y la inmensa depresión en la que se sumía al no recibir apoyo por parte de su maestro porque aunque lo negara, él le gustaba y mucho, pero trataba de olvidarse de eso.

Ya que lo único que debía de tener en mente era mejorar sus habilidades, no tenía tiempo para estar pensando en amoríos y mucho menos con su maestro, además de que no iba a crearse ilusiones en su cabeza, debía centrarse en su entrenamiento y nada más.

Todos eran conscientes de que ella había llegado al Olimpo totalmente bien, con una gran sonrisa en el rostro y unos muy buenos ánimos, pero desde que comenzó su entrenamiento todo eso había desaparecido, apenas y sonreía, sus ojos siempre estaban rojos como si llorara por horas, tenía muchas ojeras porque aveces pasaba días sin dormir, solamente se concentraba en el manejo de sus poderes, también había bajado mucho de peso, probablemente porque tampoco comía como era debido, y todo por un maldito entrenamiento.