Capítulo 18

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Sunoo observo su celular mientras tecleaba la pantalla avisándole a su padre que llegaría a casa en un par de horas, explicándole donde se encontraría para que esté no se preocupara, una vez que envío el mensaje, se dispuso a guardar su celular mientras volteaba a ver al peligris quien entraba a la habitación luego de unos minutos, el azabache se levantó de la cama y sonrió levemente al mayor quien lo observaba en silencio mientras cerraba la puerta detrás de su cuerpo.

El peligris fue hasta su escritorio para poder dejar su portaplano sobre este y su mochila en el suelo a un costado de su silla, una vez listo, fue hacia la ventana y tomó el taburete color negro que tenía en una esquina de su habitación cerca de la ventana.

— Siéntate a mi lado —Pidió él mientras volteaba para ver al menor.

Sunoo tomo su mochila con una mano y se acerco al más alto para sentarse en el taburete mientras el mayor imitaba su acción en la silla del escritorio.

— Estás tenso —Murmuró el menor sonriendo algo nervioso. — No creo que haya sido buena idea pedirte esto...

— Solo, la última vez que estuviste aquí se supone que sería realmente la última... —Habló él con algo de cautela mientras bajaba su mirada unos segundos.

— Lo sé, dijiste que querías estar a solas conmigo... yo también quería estar a solas contigo, no solo en el trayecto desde la universidad hasta mi casa —Confesó Sunoo jugando con las correas de su mochila.

— Tu sabes que Heeseung...

— ¿De verdad quieres hablar de él... ahora? —Preguntó el azabache algo avergonzado.

— No... pero no quiero lastimarlo, a pesar de todo, él no se metió entre nosotros cuando comenzamos a sentir cosas el uno por el otro —Comentó Sunghoon mientras acariciaba la mano del menor con algo de cautela.

— Yo tampoco quiero lastimarlo, pero... se me hace imposible no voltear hacia ti cada vez que estás cerca, ni siquiera era capaz de entender lo ansioso que me ponía cada vez que estabas cerca de mí, pero ahora lo entiendo, Sunghoon —Murmuró el menor tomando la mano del peligris sin atreverse a cortar el contacto visual que tenían, levantó si mano libre para colocarla en su pecho. — Tu siempre has estado en aquí, aún cuando no recordaba nada de nosotros, siempre estuviste y yo no era capaz de verlo, lo único que logré entonces fue lastimarte y hacer que te alejaras...

Sunghoon entre abrió sus labios soltando un suspiro entrecortado, mientras desvíaba su mirada, parpadeo un par de veces ante el ardor que sentía en sus ojos, algo avergonzado se levanto de su silla para evitar que el menor notará sus ojos cristalizados.

No iba a mentir, se sentía tan bien escuchar aquellas palabras, pero el tiempo había pasado y las cosas no eran como hace unos meses, aún si sus sentimientos no habian cambiado en absoluto, ya no eran solo ellos dos, no se trataba solo de ellos, por mucho que así lo deseara.

— Hyung...

— Tú sabés que eres... la persona más increíble que he conocido en toda mí vida —Intervinó él mientras se acercaba a la ventana, dándole la espalda al menor quien lo observaba con atención. — ... pero Sunoo, las cosas entre tu y yo han cambiado tanto -Dijo con voz débil mientras sentía un molesto nudo en su garganta.

— Lo sé —Intervinó el menor acercándose a él hasta colocarse a su lado. — Sunghoon yo solo quiero tenerte cerca cuando sé que tu quieres todo lo contrario

— Lo que digo está lejos de lo que realmente quiero —Murmuró él sintiendo la mano del menor tomar la suya.

El peligris giro hacia su costado mientras volvía a mirar aquellos brillantes y claros ojos del menor, quien al igual que él tenía sus ojos cristalizados, conteniendo las ganas de echarse a llorar como si fuera un niño chiquito.

Sunghoon inclinó levemente su cuerpo para poder apoderarse de los labios del más bajo en un lento y profundo beso, el más bajo correspondió de inmediato mientras envolvía el cuello del mayor, quién comenzó a avanzar hacia adelante, haciendo que el menor retrocediera hasta sentir el borde de la cama en sus pantorrillas.

— ¿P-puedo tocarte? —Murmuró el azabache algo nervioso mientras de alejaba unos cuantos centímetros del mayor.

Sunghoon contuvo su respiración por unos segundos mientras miraba fijamente al menor, asintió levemente luego de unos segundos mientras volvía a acercarse al más bajo, Sunoo coloco sus manos sobre los hombros del mayor quién era incapaz de pensar en otra cosa que no fuera en la increíble sensación de volver a tenerlo así de cerca, solo para él.

El azabache subió al regazo del mayor una vez que esté estuvo sobre la cama, con su espalda apoyada en el montón de almohadas que se encontraban en el respaldo de la cama, se alejo un poco haciendo que el mayor incorporará su cuerpo mientras colocaba sus manos en los muslos del menor, quien con los nervios a flor de piel deslizó sus manos por los hombros del mayor para empezar a bajar la chaqueta de cuero hasta hacerla caer sobre la cama dejando que está cubriera solo los brazos del peligris.

Sunghoon algo nervioso termino de quitársela mientras sostenía la mirada del menor, sin atreverse a dejar de mirar aquel par de ojos brillantes que tanto le encantaban; de repente el menor comenzó a desabrochar la blanca camisa que llevaba puesta sintiendo la yema de sus dedos acariciar su piel expuesta desde el cuello hasta su abdomen.

— Tu piel es muy pálida —Murmuró el menor algo sonrojado.

— Lo sé...

El menor observo al peligris tomar los bordes de su sudadera con algo de cautela mientras lo miraba por unos segundos, el menor levantó sus brazos algo cohibido pero aún así permitiéndole que este retirará su sudadera junto con la camiseta oscura que llevaba debajo, dejándolo completamente expuesto.

Sunoo bajo su mirada hasta las manos del mayor, y contuvo ligeramente su respiración, sintiendo su pulso acelerarse mientras sentía las manos del peligris acariciar su piel con tanta calma y delicadeza que se sentía como un pequeño roce.

— Tu cintura es pequeña —Murmuró el mayor acariciando aquella zona mientras levantaba su mirada para encontrarse con la del azabache.

— ¿Eso es malo? —Quiso saber él algo avergonzado por la situación en la que estaban.

— No, es lindo... y atractivo —Comentó el peligris sonriendo levemente.

Sunoo asintió débilmente, mientras veía al mayor acercarse otra vez para poder unir sus labios en un lento beso, sus manos no tardaron en comenzar a acariciar la suave piel del azabache quien, solo se dedicaba a corresponder el beso mientras sentía como este comenzaba a subir de intensidad, haciéndose le imposible no alejarse unos escasos centímetros en busca de aire.

Sunghoon deslizó su mano por la espalda del menor hasta su hombro mientras, sin poder evitarlo, comenzó a dejar pequeños besos húmedos en aquella zona, notando al menor voltear para verlo mientras sentía pequeños espasmos ante la sensación de sus labios sobre su piel.

Piwkenyeyu •Sungsun• #Parte2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora