12.Gritos

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Lincy

Estaba camino a casa después de un día muy pesado de trabajo cuando el loco de mi padre se acerca bruscamente.

-Hey nena a dónde crees que vas?-
-Que te importa a vos-

Seguí caminando a paso rápido pero este má alcanzo, me agarró fuerte del brazo y me tiro al suelo.

-Que mierda te pasa a vos?, Ya déjame en paz maldito idiota-
-Te dije que volvería, pero no yo sí no Simon-

Al decir ese nombre mis piernas temblaron y mis recuerdos llegaron.

..............

Yo estaba jugando con mis muñecas en la recámara cuando de repente entra mi viejo.

-Nena hermosa-
-Papi-dijo inocente la nena-
-Necesito que juegues con un amigo mio-
-Jugar si si si-Dijo dando brinco-
-Bueno te presento a Simon, el va a jugar contigo y tienes que hacerle caso-

La nena asintió y el los dejo solos, la nena feliz por tener a alguien con quien jugar acercó dos muñecas al señor.

-Tu está y yo está si?-dijo alegre la niña entregándole una muñeca-
-Oh no princesa, vamos a jugar otra cosa y te vas a divertir mucho pero no le digas a tu mami-

La nena feliz asintió pero esa felicidad no estaría por mucho tiempo después de saber lo que le había hecho.

-Que buen juego no nena-Dijo el hombre abrochando sus pantalones-
-No fue bueno, me duele mucho-dijo cubriendo su cuerpo con toda la sábana-
-Tranquilo ya se te pasara-dijo este llendose de la habitación-

..............

-Bueno Simón es toda tuya-dijo mi padre llendose con el dinero que le había entregado este-
-Hola princesa vengo a jugar contigo-
-Andate a la mierda que yo no voy a ir contigo-
-No es pregunta-

Este me arrastró hasta un callejón cercano y empezó a tocarme, yo solo trataba de que no llegara a máximos, grite con todas mis fuerzas.

Tiago

Estaba caminando con los chicos por las calles iluminadas por los faros.

-Dale pelotudo que apoco no te gusto la mina-dijo Mauro a Duko-
-Que va boludo es re intensa-
-Dale pero buen que te besabas con ella-dijo Thomas-

Mauro y Thomas estallaron en risas y yo solo les seguía hasta que escuché unos gritos.

-Callense boludos-
-Que pasa?-Pregunto Duko-
-No escuchan?-

Todos nos quedamos callados y se oían gritos.

Corrimos en dirección hacia dónde se oían los gritos y la peor escena que puedes ver.

Abusando de alguien.

-Por favor no!!-decia la chica-

Sin pensarlo los chicos quitaron al hombre que estaba sobre la chica.

-No se metan hijos de puta-
-Nos metemos lo que queramos-dijo Mauro-
-O si no que?-
-Te cargamos a piñas entre todos-

Este se paró cara a cara con Mauro y volvió a habla.

-Mira que miedo te tengo a vos-

Mauro que estaba apunto de pegarle fue detenido por la chica.

-Mauro para, no vale la pena-
-Lincy?-dijo Duko-
-Por favor Mauro -dijo con sus ojos llenos de lágrimas -

Mauro se alejo con ella y yo me acerque al wacho, me hervía la sangre de lo que le estaba haciendo o lo que le quería hacer.

-Te.lo advierto, si te acercas una vez más considerate muerto-le di una patada en los bajos y este callo-

Fui hacia dónde estaban ellos y me acerque a abrazarla, ella lo correspondió al instante.

Después del abrazo caminamos unas cuantas calles.

Ella seguí aún callada y asustada, maldito enfermo de mierda, pero juro que si sr le acerca lo mato yo mismo con mis propias manos.

-Gracias-dijo con un hilo de voz-
-Hey no nos agradezcas siempre vamos a estar para ti me oiste-le dije y está me sonrio-

-Bien ahora vamos a dejarte a tu casa-Dijo Thomas-
-No,no a mi casa no-dijo casi suplicando-
-Por que no?-dijo Duko-

Ella suspiro y volvió a hablar.

-Mi vieja no deber saber lo que paso-
-Pero a dónde te llevaremos si apenas tienes 16 años, aún no eres mayor de edad-
-Lo se pero no debe saber nada de esto-

Con los chicos nos miramos y ella solo se sentó en la banqueta.

-Que hacemos?-
-Pues que se quede en la casa de alguno de ustedes-dijo Thomas-
-Amm se quedan en mi casa los 4-Dijo Duko-

Todos asentimos y le hablamos.

-Lin vení vamos a la casa de Duko-Dije ayudándola a pararse-
-Gracias-dijo-
-Volve a decir eso y te llevamos a tu casa-

Ella río y agarró mi brazo, la corriente que pasó en mi corazón fue muy fuerte pero no sé por qué pasó eso.

Caminamos así y los chicos jugaban y decían boludeces y ella se reía, aún seguía agarrada de mi brazo.

Siento está necesidad de protegerla siempre y no dejarla como si fuera una muñequita de cristal.

Tu managerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora