𝐋𝐢𝐭𝐭𝐥𝐞 R̶o̶c̶k̶ 𝐒𝐭𝐚𝐫 | 𝘚𝘶𝘯𝘢𝘰𝘴𝘢

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Se dice que dios y lucifer eran amigos, mejores amigos.

Lucifer era un pequeño Ángel creado por dios, el cual curiosamente era diferente a todos los demás. Los demás ángeles decían "Es el favorito de dios" y no es que Dios tuviera un favorito; el siempre decía que quería a todos por igual, mintiendoles inocentemente a los demás ángeles que rogaban por un poco de esa atención que le otorgaba a lucifer.

- Dios, no cree que le está prestando demasiada atención a ese Ángel que a sus responsabilidades? -Se acercó un Ángel, sentándose alado de dios-

- No digas esas cosas, soy responsable de lo que hago... -Dios sonrió y acarició la cabeza de su acompañante. Eso decía que la conversación había acabado y no volverían a tocar ese tema.-

Los días pasaron, y con el tiempo lucifer y dios se volvieron más cercanos, a tal punto en que el primero pedía algo y dios se lo daba. Y como siempre, algunos ángeles estaban en desacuerdo con ello, y no era solo por celos; eran tan pequeñas cosas que hacía lucifer y los angeles proclamaban en contra de el.

Un día justo antes del evento que solían hacer en el paraíso, normalmente llamado como "día de purificación". En donde los ángeles confesaban y decían cosas puras a otros cuidando de ellos mismos y de los demás, era una ceremonia pequeña que se hacía en un recinto donde brindaban tributos a dios. Ese día, dios no se estaba preparando para aquello, cosa extraña entre los ángeles mayores y menores.

Dios no estaba tomando la responsabilidad, aquel día sería en unas horas y dios no estaba en el recinto, dios no estaba bajo el árbol en donde se sentaba a leer o a darse unos minutos, dios no estaba cuidando de los ángeles.