𝗖𝗮𝗽í𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟰: 𝗟𝗼 𝗮𝗺𝗼 𝗪𝗵𝗶𝘁𝗲

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Pov Black

Cuando en toda tu vida lo único que conoces es el odio, la decepción, la soledad, el no ser suficiente, no ser el favorito, hace que aunque te griten en tu cara que te aman lo dudes.

¿Cómo podría alguien amarte si ni tu propia madre lo hace?

Escuchaba a Gram repetir mil veces cuánto me amaba en más de una ocasión, incluso ahora con lágrimas en sus ojos me dice que sus sentimientos son reales pero algo en mi corazón se niega a creerlo ¿Si nunca fui suficiente para mis padres como podría serlo para Gram?

Me acuesto junto a él después de estar minutos en silencio, escuché a Lucky su perro regresar junto con su madre pero Gram cierra la puerta, Lucky entiende deja de patear por un segundo pienso que sabe que su dueño necesita un momento conmigo a solas, me abraza, se vuelve acuestar a mi lado y me permito cerrar mis ojos, siento su respiración en mi nuca, sus manos están frías puedo sentir que está nervioso, su corazón se acelera, el mío probablemente está igual, mi dulce Gram siento mucho no poder darte lo que te mereces.

–Solo quiero dormir así, una última noche quiero dormir con tu respiración en mi nuca –Gram me da un besito en el cuello y sonríe.

–¿Eres hermoso lo sabes no? –Asentí.

–Lo sé.

–¿Sabes que te amo?

–Lo sé

Él me abrazó mucho más fuerte al escuchar mi respuesta como negándose a dejarme ir.

–¿Sabes que aunque no tengamos sexo siempre podemos ser amigos?

–Lo sé, Gram. –Sonríe falsamente y me di la media vuelta para mirarlo a los ojos los cuales estaban llenos de tristeza. –Fuimos amigos mucho antes de esto, lo seguiremos siendo ahora.

Gram asintió –Está bien Black, lo haremos.

Me di la vuelta de nuevo, él volvió a tomar mi mano y por un par de minutos nos quedamos así en silencio, no cerré mis ojos, estoy viendo fijamente un cuadro de su habitación, lo miro de reojo y noto que él sí lo ha hecho, pero sé que no está dormido sigue aferrado a mi mano haciendo imposible que me vaya, sin que lo sienta ese es su objetivo quizás no dejarme ir.

Ha pasado una hora y ambos seguimos igual, Gram sigue con los ojos cerrados pero no está dormido, sus manos siguen entrelazadas con las mías y yo sigo negandome a cerrar mis ojos al contrario observó toda la habitación detenidamente, mi investigación es interrumpida cuando escucho a Gram hablar.

–¿Recuerdas esa vez que me dijiste marica?

Trato de recordarlo de verdad, lo intento pero sé lo he dicho muchas veces a lo largo de nuestra amistad así que no sé a qué momento se refiere específicamente.

–Mmhh...

–Fue cuando éramos niños, me dijiste marica porque te pedí que ya no me golpearas porque estabas comenzado a lastimarme en lugares visibles y mi mamá se estaba dando cuenta.

–Ohhhh si, lo recuerdo–Desde ese día traté de golpearlo en lugares no visibles y mediante fue pasando el tiempo simplemente dejé de golpearlo.

–Cuando me levantaste me dijiste "No seas marica tienes que aguantar" sin embargo te explique la situación y nunca me volviste a golpear en esos lugares, tus golpes cada vez eran menos y me defendias de cualquiera que intentaba molestarme, no estaba seguro entonces pero para ese momento ya estaba enamorado de ti.

–Fue hace tanto tiempo ¿Cómo puedes recordarlo?

–Recuerdo cada minuto de mi infancia contigo.

Una lágrima salió de mis ojos al escuchar eso, me acaba de regalar un recuerdo que atesora con su vida, yo también puedo regalarle uno de los míos.

𝑰𝒏𝒄𝒐𝒏𝒅𝒊𝒄𝒊𝒐𝒏𝒂𝒍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora