Una Propuesta Bárbara

Capítulo 4

Plan de vida

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". . .¿Qué?"

La señora Flambard estaba tan sorprendida que soltó el cordón que estaba atando y la falda interior de Rienne cayó al suelo.

"¿En cuánto tiempo exactamente se empieza a notar un embarazo?"

"Oh, oh, bueno, eso es. . ."

Mientras la señora Flambard luchaba por encontrar sus palabras, los guardias se apresuraron a llamar a la puerta de Rienne.

'Toc, toc'

"Mensaje para la princesa. Hemos recibido noticias de que el líder de Tiwakan ha llegado y está en la puerta principal. Estamos esperando las órdenes de sir Weroz antes de permitirle la entrada."

De repente, los rostros de la señora Flambard y Rienne cambiaron una vez que notaron que Rienne todavía estaba en ropa interior. Haciendo contacto visual con su niñera, Rienne habló lentamente.

". . .Abre las puertas. Dile que estaré con él en breve."

Con eso, la señora Flambard se puso a trabajar rápidamente, atando el vestido de Rienne.

Aunque la señora Flambard le había dicho a Rienne que no se viera tan hermosa, desgraciadamente se veía radiante vistiendo ropa tan brillante.

Su piel blanca como la nieve se mezclaba extrañamente con lo delgado que era su cuello, dándole la imagen de una flor frágil que podría romperse en cualquier momento.

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". . ."

Había seis ataúdes colocados en el patio delantero. El silencio llenó el aire, excepto por el sonido de cada uno de ellos golpeando el suelo sin contemplaciones mientras los traían.

Olvidándose por completo de dar la bienvenida a sus invitados, Rienne se quedó mirando fijamente los ataúdes cerrados.

Al verlos así, todos parecían iguales. No podía decir cuál de ellos contenía a su amante muerto.

"Hemos traído los cuerpos sin daños, tal y como lo solicitó."

Dijo el extraño hombre con un artilugio de aspecto gracioso en su rostro, un hombre que se identificó como Phermos.

"Este es un pequeño regalo para usted, princesa de Nauk, quién amablemente aceptó nuestra propuesta."

". . .Gracias."

El primer regalo que recibió de su prometido fue un cadáver. Qué espeluznante.

Cuando Rienne asintió con la cabeza para agradecer el regalo, Black dio un paso hacia ella. Sus ojos se clavaron en su rostro, y se sintió como si le picaran la carne.

"Gracias por acceder a mi pedido. Y por los ataúdes."

Ya era un milagro que los cuerpos de los asesinados durante un ataque sorpresa fueran devueltos intactos, pero los ataúdes no eran un requisito.

Los bárbaros debían querer jugar limpio ahora que se encontraban comprometidos.

Rienne ahora estaba en posición de agradecer por este tipo de cosas.

El líder de Tiwakan dio otro paso más cerca, y Rienne reprimió el deseo de dar un paso atrás.

"El día ha terminado."

La forma en que lo dijo hizo que pareciera que había transcurrido un largo tiempo, pero en realidad, sólo había pasado un día desde que murió su amante.