No comprendes muchas cosas

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Al ver a las chicas disfrutar mi humillación decidí irme del instituto,solo me di la vuelta y camine a mi auto,no fue necesario poner música o prender el radio,mis pensamientos ya hacían el suficiente ruido.
Al llegar a casa solo me quede en el auto,no lo apague,no abrí la puerta,dolo me quede en el auto,mis pensamientos estuvieron al mil por hora,me sentí patéticamente vulnerable,me odie aun mas por no arrepentirme de aquello,aunque me sentí usado lo único en lo que podía pensar era en ese roce de labios,el mejor de todos.
Paso algún tiempo y sin darme cuenta me quede dormido,es injusto,no pude soñar algo mas que con ella,por suerte unos golpes en el vidrio de mi auto me despertaron,era Alejandra ,su rostro confundido fue lo primero que vi al despertar.
-Sabes que adentro de la casa hay camas?-Alejandra alardeo entre risas mientras subía a mi auto sentándose en el lugar del copiloto
-Eres tan graciosa hermanita.
-Que hacías dormido en el auto?-pregunto dándome un corto empujón en el hombro.
-No lo se,solo estoy cansado.
-Ujum y por eso decides quedarte a dormir en el auto antes que entrar a la casa.
-Enserio tienes que ser tan pesada?
-Solo intento ayudarte Alexander
-Aun no comprendo tu concepto de "ayudar"
-No comprendes muchas cosas-Dijo riendo sarcásticamente
-Tonta-aquel comentario me causo risa,era verdad.
-Sabes que no te miento-siguió riendo mientras bajaba del auto,yo hice lo mismo.
Al entrar a casa Alejandra y yo nos dirigimos al hermoso teléfono el cual solo se usa cuando pedimos comida,esta vez comida china.
Mis padres casi nunca están,suelen viajar mucho por su trabajo,así que es muy común que Alejandra y yo comamos solos.
Durante la comida Ale estuvo hablando de la fiesta del fin de semana y algunas otras cosas que no recuerdo,estaba distraído.
-Estas escuchándome?-pregunto con la boca llena de arroz chino
-Si,si la fiesta será genial-no me tome el tiempo de voltear a verla y segui viendo a la nada.
-Tu me acompañaras a buscar vestido para la fiesta-se levanto de su asiento y tomo mi mano dirigiéndonos a la puerta.
-Te acompañe el fin de semana pasado,compraste algunos 10 vestidos,usa uno de esos Ale-dije intentando que cambiara de opinión
-Me acompañaras dije.
Sin darme cuenta yo me encontraba en el centro comercial rodeado de zapatos,bolsas y conjuntos de ropa llenos de lentejuelas,por un buen rato estuve dando mi opinión de lo que Alejandra se probaba y cargando sus bolsas hasta que algo mas llamo mi atención y fue justamente lo que no necesitaba.
Ahi estaba aquella chica en el mismo lugar,a la misma hora que yo,luchaba contra mi propia voluntad e intentaba dejar de verla cuando un solo acto fue necesario para que mis mejillas se sintieran calientes y mis sentimientos tuvieran celos de alguien mas.Iba acompañada de alguien mas,un chico.
-Ale-dije para llamar la atención de mi hermana.
-Ya voy ya voy Alexander,no nos iremos aun.
-Ya se eso.
-Vas aprendiendo hermanito-soltó una pequeña risa desde él probador donde se encontraba.
-Porque no haces la fiesta en casa?Tenemos casa sola hasta el martes.
-Eres todo un niño rebelde,me gusta.
-Entonces?-pregunte de nuevo.
-Hagámoslo-dijo asomando su cabeza por las cortinas que cubrían los probadores.
Después de hoy supe que no dejaría que esa chica me afectara,soy Alexander el más popular del colegio y no soy yo quien deba ser vulnerable ni creer en esas cosas del amor,asi que yo me divertiré en aquella fiesta tanto como pueda,no seré yo quien caiga a los pies de alguien.

El chico del pañuelo rojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora