PRÓLOGO

24 5 0
                                    

Mi vida no había sido lo más normal del mundo que digamos, mi familia contaba con más dinero del necesario. Mi hermana y yo vivíamos con nuestros padres en una preciosa villa a las afueras de Barcelona.

A pesar de estar los cuatro, mi familia no era pequeña, mis padres tenían unos amigos geniales. Primero estaban Chad y Ronda, una pareja peculiar, pero nos querían como si fuéramos familia de verdad, siempre que venían a casa nos traían regalos de los sitios que visitaban.

Después estaban Miriam y Marcos, padres de Diego y Hugo. Diego y yo teníamos la misma edad, habíamos ido al colegio juntos toda la vida. Con Hugo el tema iba diferente, él era tres años mayor que yo, nuestra historia era la típica de dos adolescentes que se conocían de toda la vida y acababan enamorados, pero no todo había sido camino de rosas.

Mis padres murieron cuando tenía nueve años, Hugo me había consolado en todo momento, nuestra relación poco a poco fue subiendo de nivel, hasta que no pudimos negar lo que nos pasaba.

Mi vida había sido una mierda, desde el primer momento que me fui a vivir a casa de Chad y Ronda, ellos habían estado mintiendo toda la vida a mi hermana y a mí no nos querían habían fingido todos y cada uno de sus sentimientos hacia nosotras. Hugo era el único que sabía toda la verdad, porque como le explicas a tu hermana de 7 años como es que tienes el ojo morado, pues no se lo explicas porque no puedes.

Dicen que la vida son instantes y que te hacen disfrutar la vida de una manera u otra, yo creía que eso es mentira, hasta que una noche un error lo cambio todo. 

EN UN INSTANTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora