Capítulo 2

22 0 0
                                    

Me subí al coche de mi abuelo, donde nos dirigimos al reformatorio, era definitivo, ya tenía la infancia manchada, una huella en mi corazón fue marcada, pero bueno sigamos con esta fumada de mierda.

Que bueno, no voy a ser serio siempre, así que me cago en todo, na mentira pero bueno, esto es una especie de libro, historia, escritura de mi vida, en fin, una fumada, pero de las que te lleva a otro sitio con estrellitas y Santa Claus, pero que cojones, ¿que hace Santa Claus aquí? ¿Y por que cojones te llevas la PlayStation 5 que me acabo de rob- que acabo de comprar con dinero 100% legal sin robar ancianos por la calle?

Que bueno, no voy a ser serio siempre, así que me cago en todo, na mentira pero bueno, esto es una especie de libro, historia, escritura de mi vida, en fin, una fumada, pero de las que te lleva a otro sitio con estrellitas y Santa Claus, pero que ...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Bueno no importa, sigamos con esta diarrea visual;

Llegué al pueblo, donde se encontraba el reformatorio, cuando vi este lugar supe que mi vida cambiaría, todo dejaría de ser normal, dejaría de tener una vida como un niño normal.

Entré en aquel edificio frío, bastante amplio y poco habitado, pero cuando entré a las habitaciones, vi que habían niños, pero no quise acercarme mucho por miedo a lo que puedan hacerme.

9 y media de la noche, fue la hora de dormir, tuve suerte, tenía habitación propia, así que solo tuve que relajarme y descansar, ya que el día siguiente tenía que ir a la escuela, concretamente a uno privado, no me gustaba la idea de ir con un uniforme escolar, no se me hacía agradable, pero bueno, quien soy yo para juzgar nada en este punto.

Dormí bastante mal, llorando por que sabía que no volvería a ver a mi familia en mucho tiempo, todo lo que conocía se derrumbó, así que tuve que empezar una nueva vida, una en la que tendré que formas mi propia familia yo solo...

Recuerdo que a medida que la noche pasaba, alguien golpeaba mi puerta con fuerza, hasta el punto de que tuvo que intervenir uno de seguridad, fue la peor noche que tuve en toda mi vida, al menos, hasta ese punto, ya que eso solo era el principio de mi locura.

Dolor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora