【04】

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Capítulo 04

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Había pasado unas horas tras la ida del arquero. Stephen se había quedado en su cuarto, intentando avanzar con su proyecto, pero su cabeza no parecía concentrarse.

Habían muchas preguntas rondando por su cerebro, explicaciones que buscaban un sentido completo. Porque los tritones eran criaturas mitológicas, seres que nunca han existido, y nunca existirán, ¿no?

¿Por qué estaba dudando de cosas que la ciencia ha demostrado? Aunque, siendo sinceros, ya no sabía que pensar.

Miró la pila de libros que estaba encima de la mesilla, y arriba del todo se encontraba el papel en donde Clint le apuntó su número de teléfono.

Habían quedado otro día para aclarar lo que iban a hacer, pues no estaban tan seguros de si ir o no. Si bien al principio estuvo algo emocionado, cuanto más lo pensaba, más se le quitaba las ganas de hacerlo.

Debían tomar una decisión pronto, pues las vacaciones de navidad se acercaban.

Algo enfadado por no poder concentrarse, cogió el papel, y apuntó en su móvil el número, ya luego se encargaría de mandarle un mensaje. Mandó el teléfono hasta la otra punta de la habitación con la esperanza de que pudiera trabajar tranquilo. Por suerte, no se rompió.

Abrió el documento en donde estaba trabajando, y leyó lo último que puso en un intento de recordar y retomar el ritmo.

"¿Por qué esto se me está complicando tanto?" Pensó, suspirando mientras cerraba el portátil y lo dejaba en la mesilla.

Se levantó y fue a la cocina con la intención de prepararse una taza de té. Puso la tetera, y encendió la televisión, solo para escuchar algo de fondo.

Justo cuando la tetera avisó de que la bebida ya estaba hecha, su móvil vibró.

¿Estás libre?— Wong

Tao pregunta si quieres pasarte por la librería.— Wong

No le pareció mala idea, de seguro aprovecharía mejor el tiempo allí.

En media hora estoy por allí.—Stephen

Se cambió a algo más cómodo, y antes de nada, se tomó esa taza de té que previamente había preparado.

Cogió la mochila que tenía algunos libros y el portátil dentro, y cerró con llaves el apartamento.

Al entrar a la biblioteca, vio como su amigo estaba ayudando a la dueña a organizar lo último que le había llegado.

Se saludaron, y casi al instante, fue llevado por Wong hasta una de las mesas, en donde siguieron con la tesis bajo las recomendaciones de la profesora.

Stephen notó como Tao le miraba preocupado por alguna razón que él no terminaba de comprender. ¿Qué se había perdido? No tenía idea.

Aún así la mujer no comentó nada durante la sesión que tuvieron, y no fue hasta que Wong se despidió para dirigirse a su apartamento, que ella por fin habló con él.

— Has estado distraído en esta sesión, Stephen.— Estaba preocupada, el joven lo pudo notar.— ¿Qué pasó?

— No he dormido bien.— Técnicamente no era una mentira. La profesora le miró consternada con esos ojos que parecían poder leerle perfectamente.

Aún así, Tao no comentó nada más, y simplemente lo dejó ir.

.-||-.

La noche ya había caído, y Stephen no se había decidido si ir a dormir, o en vez de eso ponerse a leer algo.

Mañana tendría clases, siendo química la primera de todas. Recordó que aún debía terminar la extensa ficha de trabajo que el profesor le mandó, así que para aprovechar el tiempo, siguió con esos cálculos.

Cuando miró el reloj, se dio cuenta que ya era de madrugada, las dos para ser exactos.

¿Cómo pasaba tan rápido el tiempo?

Era consiente de que debería dormir por lo menos unas pocas ahora, porque sino le sería imposible rendir el día, da igual cuantas tazas de café se tomase.

Se tumbó en la cama, pensando si esa noche sería como las anteriores.

Estuvo 20 minutos mirando a la nada, hasta que pudo dormir.

.-||-.

— Perdón.— Escuchó la voz detrás suya, pero esa vez, no tenía la misma alegría que antes.

Stephen miró a sus alrededores, otra vez era el vacío.

— Siento todos los problemas que he causado. A ti, y a tu amigo rubio.— Y aunque fuera en parte verdad por la falta de descanso que había estado teniendo, el universitario quería decirle que le había salvado la vida, que si no fuera por él, estaría muerto.

Se frustró al no poder pronunciar las palabras. ¿¡Por qué mierdas nunca podía hablar en ese sitio!?

El tritón suspiró.— Pensé que utilizar mi magia con ustedes no tendría efectos secundarios. Lo siento.

¿A qué se viene ese cambio de actitud?

— Las cosas serán mejor así.— Prometió.

Se estaba despertando. Oh no, mierda, ¡No quería despertarse ahora! ¡No sin hablar con él antes!

Demasiado tarde, ya podía sentir la luz mañanera en su cara.

Restregando sus manos con sus ojos, Stephen no pudo evitar hacerse mil y un preguntas que, desgraciadamente, no tenían respuesta.

Por ahora.

A lo mejor era hora de hablar con Clint. ¿También habrá recibido esa visita?

¿Por qué se preocupaba tanto por alguien que ni siquiera conocía bien? ¿Es culpa de esa sensación de que algo malo va a pasar?

.-||-.

Tao parece preocupada, y ese estado de ánimo no me trae buenas vibras.

Alt.Ashk

Keep Singing...「𝑺𝑻𝑹𝑨𝑵𝑮𝑬𝑰𝑹𝑶𝑵」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora