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Después de salir de la alcaldía Momo e Izuku subieron a un auto que los llevó al tren en el que viajarían al capitolio pero antes de subirse fueron interceptados por una multitud.

-Si se puede! Si se puede!-

La multitud era encabezada por Eri e Inko que aún con lágrimas en los ojos animaban al Peliverde detrás de ellas Ochako Uraraka y Tsuyu Asui que también gritaron con todas sus fuerzas pero no dejaron que se acercaran al Peliverde y este fue subido junto a Momo al tren rápidamente y así como se cerraron sus puertas este partió.

-Dentro del Tren-

-Bien chicos aquí descansarán mientras llega su mentor, asimilen todo! nos vemos..-

Y así como entro así salió la mujer de vestido rojo.

Ambos estaban sentados en sillones diferentes pero estaban a la par en un silencio incómodo ninguno de los dos se miraba, ambos perdidos en sus propios pensamientos, ella tenía un enorme arrepentimiento por como se portó en el pasado y pensaba en cómo remediarlo y el... bueno su lado nerd floreció y estaba pensando en lo ganadores que había tenido el distrito 12 pensando que solo había una persona viva que pudiera entrenarlos.

-Yo... lo siento-Momo dijo por lo bajo pero fue suficiente para que Izuku escuchara

Aunque el no dijo nada, estaba enojado eso si pero no quitaba el hecho que iba a tener que colaborar con ella.

-Porque lo sientes?-

-Por todo lo que hice en el pasado yo era...-pero no la dejo terminar.

-No, digo porque lo sientes? Yo ya lo olvidé has lo mismo y solo háblame para lo necesario-

Con un tono seco y algo cortante el Peliverde hablo y eso hizo que la Chica se sintiera más mal consigo misma el único amigo que alguna vez tuvo ya no estaba ahí para ella.

-Entiendo-cabizbaja dijo y en ese momento la puerta corrediza se abrió.

Del otro lado de la puerta salió un hombre de pelo largo y negro sus ropas eran del mismo color usaba una bufanda de color blanco su rostro era cansado con ojeras y una larga barba.

-Vaya... nuestros dos voluntarios los felicito, probablemente vayan a morir por su estúpida decisión-

-Supongo que usted es nuestro entrenador-dijo Momo

-Por desgracia-el hombre se acercó a la mesa donde habían varias botellas de licor-Donde esta el hielo?-dijo señalando la mesa pero ninguno de los dos contestó.

-Agh alcohol sin hielo no sabe, pero es alcohol-se sirvió en un vaso y lo dejo en la mesa llevándose la botella con el y dándole un trago directo de la boquilla de la botella.

-Y bien por donde empezamos?-hablo nuevamente Momo cuando el mayor se sentó frente a ellos.

-Diablos chica si que tienes prisa-

-Por supuesto se supone que tienes que entrenarnos durante esta semana dinos tienes un consejo? Alguna pequeña trampa para los juegos?-un poco ensimismada Momo empezó a murmurar mientras ambos hombre se le quedaban viendo pero más el Peliverde que con curiosidad veía ese gesto.

-Wow tranquila mocosa tienes toda una semana para eso-dándole otro trago a su bebida.

-Ya me cansé de esto!-Momo intentó lanzarse contra el hombre pero las vendas que traía en el cuello se tensaron y sostuvieron a la chica al mismo tiempo que sus ojos cambiaban de color.

-Les voy a dar un consejo! Nada de lo que yo haga les hará ganar y también admitan la probabilidad de su inminente muerte-

-Entonces que mierda haces aquí?-enojado hablo por primera vez el Peliverde.

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