UCHIHA- [Boruto X OC X Bnha]

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Hace 11 años; Konoha

"¡Mamiiii!" Se podía escuchar a una niña de tres años con cabellos largos rosas y ojos verdes, junto con otra de cabello y ojos azabache que la seguía cansada "¡Mira mira!"

La menor le mostró a la madre, que miraba con curiosidad, lo que tanto la emocionaba.

"¿Oh? ¿un cuervo?"

La niña sostenía una pequeña cría de cuervo, que parecía no saber volar por el momento.

"Creo que se ha caído del nido" exclamó la menor "¿como puedo ayudar?"

Sarada asentía con la cabeza detrás suyo, apoyando a su melliza

"Claro, veamos que podemos hacer." contestó la madre "No podemos dejar a el pobre cuervo solo" sonrió, iluminando las miradas de sus dos hijas.

Mentira.

Hace 10 años, Konoha

"¡No es justo!" Se quejó la pelirrosa mirando a su melliza

"Solo me han invitado a mí tonta, bleh" le sacó la lengua la mencionada

"Aiko, si solo han invitado a Sarada no hay nada que podamos hacer" razonó Sakura

"¿Pero por que no puedo ir?" 

"Porque no eh... teneis tanta confianza como ella y Sarada" intentó razonar

"Oh" Aiko miró al suelo cabizbaja, aceptando a regañadientes la situación para ir corriendo a su habitación

"¿Estará bien?" preguntó Sarada algo arrepentida

"Te llevaré a la fiesta y haremos algo juntas para compensar, no te preocupes" aseguró la madre

Se encontró con Ino en la fiesta y se olvidó.

Hace 9 años, Konoha

Aiko se encontraba en una piedra en el bosque tarareando un par de canciones para distraerse.

Había vuelto  a discutir con su familia. Sarada insistía en que quería conocer a Sasuke, y no le gustó que Aiko realmente no tuviera interés en el encuentro

"¡Eres una insensible! ¿Por qué no quieres que vea a papá?"

"Solo he dicho que podría estar ocupado..."

"¡Seguro que no vuelve por tu culpa! ¡Porque eres rara!"

'¿No soy tan rara verdad?' pensó mientras lanzaba un kunai de su madre a un árbol, dándole a el centro de una diana pintada sobre el tronco.

Nunca has sido normal.

Hace 7 años, la base

Un trabajador le terminó de acomodar la peluca a el último de los niños, preparándolos antes de comenzar el espectáculo en un bar clandestino de la aldea de la niebla.

En este caso, las cuatro niñas de siete años comenzaron a bailar y cantar las canciones que sabían de memoria, ya que les habían hecho repetirlas cientos de veces.

Al terminar el show el público, principalmente formado por borrachos a partir de los 35 años, aplaudió mientras nos lanzaban piropos. Nos dejaron volver a la sala del camerino, donde nos mantuvimos en absoluto silencio hasta que la puerta fue abierta por uno de los guardias.

Detrás suyo vimos horrorizadas entrar a un hombre de pasados los cincuenta, que se quedó buscándo entre el grupo con la mirada, hasta que paró y señaló a la niña a mi lado, una chica albina de unos nueve años.