Capítulo 1

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Estoy saliendo de la universidad camino a comer algo, desde hace unas horas que me siento observada pero no le doy mucha importancia, este es un camino muy concurrido diariamente.

Al llegar a la cafetería pido algo de comer y me pongo a estudiar en mi poco tiempo libre. Una media hora después recojo mis cosas y voy camino al trabajo.

Al llegar me encuentro a mi jefa Amelia y como de costumbre la saludo y empiezo a atender a la gente que llega a la cafetería.
Entonces veo como la puerta se abre y entra Irene y se acerca a mi con una sonrisa en los labios

-¿Adivina que? - dijo ella con entusiasmo

-¿Que? - cuestioné yo en el mismo tono que ella, aunque sabía que no sería nada interesante

-¡Se transfirió alguien nuevo a la universidad!- comentó emocionada con la noticia que me había dado

-y eso es bueno ¿Por?

-¿Cómo que porque? Seguro que es guapo, además seguro tendrá miles de chicas detrás de el

Irene es una muy buena amiga la verdad, algo insistente pero al mismo tiempo la mejor amiga que he tenido hasta ahora, es una chica sencilla pero a la vez tiene lo suyo, un cuerpo envidiable para muchas su larga cabellera negra y sus ojos marrones que traen a todo el mundo loco, ni siquiera sé cómo no se da cuenta la verdad.

Volví a responderle Con cara de fastidio

-Sinceramente no me importa mucho la verdad, seguro que ni siquiera notamos que está- comenté con obviedad-Ahora querida amiga podrías irte para que pueda trabajar por favor?

-Está bien amargada ya me voy- giró sus ojos y salio de nuevo por la puerta por la que había entrado



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Voy camino a casa luego de un largo día, entre el trabajo y la universidad estoy agotada.
Falta al menos una cuadra y media para llegar cuando me doy cuenta de algo, más bien Alguien. Al darme la vuelta me di cuenta que un hombre me estaba siguiendo, rápidamente lo enfrenté

-¿¡Quien eres!?-exclamé un tanto nerviosa -¿¡Porqué me estás siguiendo!?

El hombre me miró con una sonrisa torcida y respondió
-¿A caso no ves como estás vestida cariño?

Su comentario me llenó de rabia pero traté de controlarme, no quería armar una escena en medio de la calle

-Verte así me dan ganas de hacerte llorar y no de tristeza-dijo aguantando las ganas de reírse

-¡Déjame en paz! - Exclamé cuando empezó a acercarse -¡Alejate acosador! -grité hecha furia

-¿Que pasa linda? ¿No te gustaría conocer mi habitación? -comentó con una sonrisa en los labios

Al ver que siguió acercándose lo golpeé en la cara con fuerza y me moví hacia atrás para que no me alcanzara, lo que no sirvió de mucho ya que se abalanzó hacia mi con furia y me devolvió el golpe

-¿¡Como te atreves zorra!?

Al ver que no tenía oportunidad de irme por la paz decidí poner en práctica lo que había aprendido meses atrás y mientras el se acercaba me lancé hacia el y lo saqué con toda mi fuerza haciendo que cayera al suelo.

Seguí golpeándolo y lanzándole patadas hasta que un chico se acercó hacia nosotros, era mucho más alto que yo cabellera negra y larga ojos marrones y llevaba un cigarrillo en la mano.
Al llegar a mí me quedé mirándolo sin saber exactamente qué hacía y de pronto el empezó a golpearlo también.

Me quedé pasmada mirando como lo golpeaba y una vez el hombre estuvo inconsciente se separó de él y volvió a entrar al bar donde parecía que estaba antes de encontrarme.

Ni siquiera preguntó mi nombre o me dejó agradecerle por su ayuda, que aunque no la necesitaba apreciaba su intención así que entré al bar para encontrarlo pero no lo ví, había demasiada gente y no logré encontrarlo.

Pasada media hora o talvez más salí de ese bar sin señales de aquel chico y seguí mi camino a casa pensando en lo que me acababa de pasar en tan poco tiempo








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Al llegar a casa me quité todo lo que traía puesto me dí una ducha caliente lavé mi corto pelo rizado y cuando terminé de todo dispuesta a dormir pero no pude porque una vez me acerqué a mi cama mi tía Camille entró a la habitación y por su cara supe que entró dispuesta a pelear conmigo.

-¿Se puede saber porque llegaste tan tarde?- declaró quedándose frente a mi con una mirada retadora

-Ocurrió algo cuando salía del trabajo y me retrasé, lo siento- sinceramente no tenía ganas de una conversación pero no podía sacarla de mi cuarto.

-Tu sabes porqué lo digo, sabes bien que hay gente muy loca en la calle a estas horas, no me gustaría que te pasara algo mientras vuelves del trabajo ¿Te imaginas que seas tu una de esas pobres niñas que salen en las noticias? Ay no dios mío- comentó con una mirada llena de preocupación.

-Tranquila tía lo de hoy fue un pequeño retraso pero te aseguro que se cuidarme bien, pero aún así trataré de no retrasarme ¿Va?- comenté tratando de calmarla.

Ella pareció más tranquila con lo que le dije y simplemente me miró y dijo

-Voy a tomarte la palabra pero en serio, cuídate mucho por las calles pequeña y avísame cada que te retrases porque como no me avises tendremos problemas señorita ¿Quedó claro?

-Está bien, buenas noches tía te quiero-

-Buenas noches pequeña- y con eso salió de mi cuarto.

La verdad es que normalmente le cuento las cosas y está tranquila pero últimamente está más sobreprotectora y más intensa con el asunto de que llegue temprano a casa, aún sabiendo que soy mayor de edad pero no me quejo, me alegro que se preocupe por mi aunque aveces sea algo exagerada, supongo que está triste porque estoy cerca de mudarme sola aunque a ella todavía no le agrada mucho la idea ya que según ella correría mucho peligro viviendo sola, según me ha dicho cree que quemaría el lugar en tres días tratando de mantenerme, pero ella debe entender que necesito mi propio piso y libertad, entiendo que quiera cuidarme pero creo que merezco algo de espacio, la amo pero ella sabe que necesito hacer esto, es un gran paso para mí y ambas sabemos que pasaré más tiempo con ella que en mi casa pero aún así se sentiría bien tener un espacio propio dónde quedarme.

Después de un rato ví como las luces de su habitación se apagaban y me pude ir a dormir.

Me acosté en mi cama pensando en lo que acababa de pasar y en todo lo que le contaría a Irene al día siguiente.

Todavía sentía curiosidad de saber su nombre o porqué quiso ayudarme aunque supongo que el destino no lo quiso así.

Entonces recordé lo que Irene me dijo y supe que mañana sería un mal día todo el mundo estaría atento a esa persona nueva que seguro sería como los otros imbéciles de la universidad.

Luego de un rato pude dormirme pensando en cada cosa que había pasado y en lo que podría pasar el día de mañana.

Pero no esperaba todo lo que pasaría después de ese encuentro con aquel chico del bar.

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Nota de la autora:
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Es mi primera historia, así que cualquier comentario para mejorar la historia ayudaría mucho, espero les guste y disfruten de la lectura.

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