Estrella de la mañana

Parte 5

Odio... sentimiento que corrompe

Uno, dos, tres, cuatro y cinco días tuvieron que pasar para que Perséfone despertara, Lucifer estuvo todas las noches cuidando sus sueños y esperando ansioso el momento en el que abriera los ojos y lo mirara una vez más, los doctores aún no sabían con exactitud porque seguía sin despertar pero no se preocupaban pues sus signos vitales estaban bien y no había ningún problema en su sistema

-¿Algo nuevo?-pregunto Maze

-Nada aún, me preocupa que no despierte más-respondió

Mazikeen puso una mano en su hombro, ambos pensaban en lo mismo pero no se atrevían a decirlo, sabían que era la teoría más acertada que podían tener, ya que, si los doctores no encontraban ningún mal entonces esto tenía que ver con una autoridad mucho mayor.

Sentía demasiada pesadez en el cuerpo y me costaba mucho trabajo abrir los ojos, lo intentaba pero no lo conseguía, escuché la voz de mi padre muy lejos y creo que también la de Maze, no sé qué me está pasando pues lo último que recuerdo es a ver estado en la playa llorando y pidiéndole a Dios que me escuchara, después de eso no recuerdo nada y no me explico porque mi cuerpo no me responde en estos momentos

-Te dejare despertar-dijo una extraña voz

No se de quien es esa voz, no se de donde proviene, no puedo ver nada pero por alguna razón no siento ningún miedo o inseguridad

-Cuando despiertes debes convencer a tu padre de llevarte al infierno de regreso-siguió

Se quien es, es bastante obvio, nunca lo había escuchado, no se como sea su apariencia física en realidad pero podría jurara que es él, "el todo poderoso" me está hablando o más bien ordenando algo

-Perséfone Estrella de la Mañana es hora de volver-término

En ese momento logré abrir los ojos y sentí una gran necesidad de tomar grandes bocanadas de aire, me sentía asfixiada, cuando mi respiración se normalizó y pude calmarme me di cuenta que papá y Maze estaban ahí mirándome, el me abrazo con mucha fuerza y me pidió perdón por no a verme dado la atención que YO como su HIJA necesitaba, no correspondí su abrazo mucho menos lo mire

-Quiero irme a casa ya-dije sin más

-Perséfone...-hablo papá

-Quiero irme ya!-exclame-Odio este lugar, odio a los humanos, y te odio a ti!-grite

Por primera vez en toda mi vida vi dolor en su rostro, nunca había visto ese sentimiento en él ni siquiera sabía si lo conocía pero ahora me doy cuenta que si, a Mazikeen no la mire ni un segundo, cuando los doctores aparecieron me dijeron que me darían el alta para que me fuera a mi "casa", cuando llegue al departamento todos los amigos de mi papá estaban ahí y a la única persona que me alegro ver fue al tío Amenadiel y nada más, todos me sonreían pero yo solo los miraba con desagrado desde la entrada, crucé mis brazos intentando darme un poco de fuerza a mi misma para resistir este incómodo y estúpido momento

-Trajimos pizza!-dijo Ella

-Que asco, voy a cambiarme-dije en tono frío

-Perséfone!-lo escuche decir

Esta molesto lo se pero yo también lo estoy, no es justo que me hiciera a un lado y luego viniera arrepentido con el rostro "triste" para después traerme a convivir con las personas por las cuales me estuvo cambiando o remplazando, como lo quieran llamar, no es justo y no tengo porque soportarlo, entre a mi supuesta habitación y busque la ropa que traía puesta el día que llegue a este maldito lugar, me cambie y deje todo lo demás a un lado, no necesitaré nada de esto en el infierno, salí de la habitación y volví a la sala ya lista para irme y estar tranquila como antes

-Es hora de irme-dije firme

-Te extrañaré mucho pequeña-dijo mi tío

Se acercó a abrazarme y al separarnos mire a mi padre, él dejó su bebida en la mesa y camino hacia el elevador

-Vamos a la playa-me miró

-Los acompañó-dijo Maze

Los tres entramos al elevador y cuando las puertas se iban cerrando pude ver a mi tío Amenadiel sonriéndome, salimos del lugar y subimos al auto de papá, no tardamos mucho en llegar a la playa, al llegar, caminamos por la arena hasta estar cerca de la orilla del agua y estando ahí me permití contemplar el agua y los sonidos de las olas por unos minutos, sentí la brisa del aire fresco acariciando mi rostro y fue una sensación increíble que por un momento me hizo olvidar que esa sería la última vez que vería algo así

-Debo ofrecerte una disculpa por no haber sido un padre responsable estos días-comentó

-Tranquilo ya no tendrás que preocuparte por ser responsable conmigo-respondí-Te dejare en paz-

Lo vi apretar los ojos y agarrar el puente de su nariz, esta molesto por las cosas que digo y por como lo digo pero no me importa, ya no, aparte la mirada y volví a concentrarme en el agua, Maze se puso junto a mi pero no dijo nada, ni siquiera me miró

-Bien, es hora entonces-lo escuche decir

-Iré con ella, también quiero volver a casa-dijo Maze

Nos sorprendió a ambos, pero papá asintió aceptando la petición de Mazikeen, de un segundo a otro lo mire y ya estaba mostrando sus alas, camino hacia nosotras y abrazo primero a Mazikeen, después me miró y sin decir nada me envolvió en sus brazos y beso mi frente, no lo pude evitar, unas cuantas lagrimas bajaron por mis mejillas pero las limpie rápidamente y me abstuve de verme débil, cerré los ojos unos segundos y... y no se como explicar lo qué pasó después.

Caí al suelo boca abajo y mi rostro chocó con el suelo y la tierra que había ahí, abrí los ojos y me puse de pie, sentí un pequeño mareo pero pasó pronto y al mirar a mi alrededor vi a Mazikeen sentada en el suelo sobando los laterales de su cabeza, a mi padre recargado en un árbol con los ojos cerrados y una mano en su estómago, mire hacia otro lado y me di cuenta que estamos en una carretera rodeada por un bosque y en una de las orillas está un gran cartel, me acerque un poco y pude leer lo que decía con más claridad

"Bienvenidos a GREENDALE"

Abrí los ojos más de lo común confundida por lo que leía, ¿que es Greendale?, no se donde estoy pero en el mismo cartel hay una flecha señalando que se puede llegar al pueblo de Greendale siguiendo la carretera que está a mis espaldas, mire hacia atrás y Mazikeen seguía sentada en el suelo y papá recargado en el árbol, todo esto es muy extraño, más adelante del cartel, en la otra dirección de la carretera pude ver un cartel un poco más pequeño

"RIVERDALE, 10 kilómetros"

Pero que... ¿donde estamos?.