El departamento de Douma estaba en una buena zona de la ciudad, pero afortunadamente para Kotoha estaba muy lejos de ella casa de ese señor que se hacía llamar su marido, era bastante grande a pesar de ser para solo una persona, y además estaba bien equipado...aunque no crean que es por Douma, generalmente es su amiga Kanae la que lo obliga a hacer las compras para no morir de hambre o vivir nada más de comida instantánea, y ahora debería agradecerle por eso ya que gracias a ella es que ahora esa bella mujer de ojos verdes había podido comer algo bueno para calmarse y poder dormir a su bebé luego de amamantarlo sola en el cuarto.
Luego de haber asegurado de que su bebé estaría bien entre las almohadas que había en la cama para que no hubiera riesgo de que se moviera y se cayera por el borde, Kotoha volvió al comedor del dueño de aquella casa, quien la esperaba comiendo de la avena que había en la nevera, aunque al verla la dejó sobre la mesa y sonriéndole a la de ojos verdes le permitió sentarse a su lado, cosa que ella hizo luego de inclinar la cabeza en señal de respeto hacia él aunque eso no fuera necesario.
Se quedaron un rato un rato, con Douma mirando hacia la azabache mientras que esta solo mantenía la vista pegada al piso, tal vez pensando en algo, tal vez simplemente aún estaba algo asustada por su situación, después de todo, el mayor fácilmente podría tratar de adivinar lo que le había ocurrido a esa jovencita: estaba escapando de alguien que le había hecho daño, y no debía de ser un genio para saberlo, ya que su mejilla estaba algo roja y uno de sus ojos tenía un ligero tono de morado que indicaban claramente que había sido agredida, y considerando todo, de seguro había sido el padre de su bebé el que había hecho esto y por eso lo llevaba consigo.
Le daba cierto grado de pena, después de todo se notaba que era alguien joven que debía de tener poco más de veinte años, no debería estar escapando de alguien que se atreve a golpear a la madre de su hijo, sino que debería estar haciendo algo así como terminando de estudiar alguna carrera universitaria o algo por el estilo, y no pasando por la situación en la que la había encontrado en una noche tan fría como era esa.
–Douma-sama...gracias por ayudarme...a mí y a mi bebé–dijo Kotoha por fin atreviéndose a hablar y mirar hacia el mayor con una expresión dulce y tranquila.
–No hay por qué, pero...quería durmieras a tu bebé antes de hablarte–dijo Douma apoyando un brazo en la mesa–¿estabas huyendo de tu marido, no?
–Hmph...-la menor asintió con pena-pero sé que cuando se dé cuenta va a buscarme, y no quisiera causarle problemas manteniéndome aquí, Douma-sama...–dijo Kotoha llevando una mano a su pecho–por eso le prometo que cuando sea de día me iré, no se preocupe por eso
–...el que te mantengas aquí no me causa problemas, un verdadero problema sería que te fueras con alguien que te ha golpeado suelto, eso sí me preocuparía–dijo Douma haciendo un ademán.
–No lo entiende, mi marido y mi suegra, ellos dos son...malos...no sé de qué serían capaces, ellos...ellos me dan miedo...–dijo Kotoha casi en un susurro–no quisiera que usted saliera lastimado por mi culpa ahora que me ha ayudado...
–Hey, escucha...–Douma puso sus manos sobre los hombros de la menor–tengo un amigo abogado, puedo llamarlo y que te ayude a que esos dos se alejen de ti y tu hijo, para que no te vuelvan a hacer daño, pero para eso necesito que te mantengas aquí–dijo con total intensión de convencerla de que se quedara.
–Douma-sama, se lo agradezco, pero si ellos lo atacaran yo no podría perdonarme—
–Sé cuidarme la espalda, bella señorita, pero noto que usted no sabe hacerlo, por lo que le pido totalmente enserio que por favor se quede aquí para que esté a salvo no solo usted, sino su bebé–dijo Douma mientras sonreía para tranquilizarla-debe de querer protegerlo si se atrevió a salir de ese lugar con él
–Quiero a Inosuke más que nada...quiero que tenga una vida feliz y no entre golpes...–dijo Kotoha de forma totalmente sincera.
–En ese caso, acepte mi ayuda, ¿sí? Si lo hace le aseguro que no tendrá que volverse a preocupar porque su esposo o su suegra la maltraten, ¿está bien?–dijo Douma esperando sinceramente que la de ojos verdes aceptara.
Kotoha se quedó callada y volvió a mirar hacia abajo ante ese ofreciendo, sabía que sería tonto rechazarlo, pero enserio le preocupaba que la única persona que había demostrado querer ayudarla en muchos años saliera lastimada solo por tratar de ayudarla, pero si era verdad lo que decía el hombre frente a ella, era la oportunidad de oro para no tener que preocuparse de que su bebé pasara por malos ratos con esa mala familia paterna que le había tocado...
Debía de arriesgarse al menos ahora que tenía la oportunidad de tomar una decisión...
–Yo...está bien...me quedaré aquí–dijo Kotoha levantando la vista hacia el de ojos multicolores, mostrando en sus propios ojos un brillo de agradecimiento.
El de cabellos rubios sonrió ante la decisión que había tomado la azabache y solo pudo abrazarla cuando estuvo seguro de que no se iría a la mañana siguiente arriesgándose a que la encontraran y volviera a ese infierno en donde sabía que podían matarla en cualquier mal golpe que pudiera darle ese hombre que no vio la tan hermosa mujer que tenía como esposa.
No sabía exactamente la razón por la cual había decidido ayudar a una completa desconocida que hace pocas horas había aparecido enfrente de su tienda, solo sabía que la quería proteger de cualquier cosa que pudiera pasarle y de cualquier persona que pudiera hacerle daño, era lo único que podía pensar, en no verla llorar nunca y sí, no tenía sentido que sintiera todo eso tan rápido por Kotoha, era como si la hubiera conocido en otra circunstancia donde la hubiera lastimado, se hubiera arrepentido luego y por ello ahora estaba totalmente decidido a protegerla de todo lo que pudiera lastimarla.
Pero sea cual sea el motivo que lo estaba impulsándolo a protegerla...lo agradecía totalmente...
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Siendo tú, me permitiría el sentir amor •💙•♥•💚• Douma X Kotoha 💚•♥•💙•
FanficHay personas que no creen en el amor ni tampoco lo sienten...pero en algunas ocasiones solo hay que esperar a que la persona correcta llegue a su vida y ese pensamiento dará un gran giro, un giro que les llenará su vida de luces y color... Oh, bueno...