El cielo estaba lleno de estrellas, el viento era cálido y fresco a la vez, como una noche de verano cualquiera.
Alaia y su mejor amiga Layla estaban tumbadas en la misma hamaca, una que estaba en el patio delantero de la casa de Alaia. Después de tanto silencio, Layla suelta:
– Que mierda todo.
– ¿El qué? – Le pregunta Alaia.
– ¿No lo ves? El curso está a punto de empezar, y la verdad no quiero que se acabe el verano. – Reprocha Layla.
– Ay, no seas tan dramática, ¡Por fin seremos chicas de último curso! – Le dice Alaia emocionada.
– Alaia, cuando oigo que mañana empezamos las clases solo me imagino exámenes, exámenes y más exámenes; si eso es ser una chica de último curso, pues vaya mierda.
– Bueno, cambiemos de tema, ¿Qué te vas a poner para mañana?
– ¿Es que lo has olvidado? – Le pregunta Layla mirándola con una ceja hacia arriba. – En este nuevo curso habrán uniformes, una razón más para odiar segundo de bachillerato.
– ¿QUÉ? ¿UNIFORMES? ¿A QUIÉN SE LE OCURRE? – Grita Alaia enfadada.
Layla procede a reírse ya que Alaia estaba actuando como una loca, y esta le dice:
– No hace ni puta gracia Layla, los uniformes dan cringe.
Alaia se toma muy enserio la moda, se lo toma tan enserio, que odia los uniformes. A ella con solo oír la palabra le entran ganas de vomitar, la vestimenta de cada persona a Alaia le parece importante. Ella piensa que la ropa no es solo lo que tapa tu cuerpo, sino tus gustos y tu forma de ser; Para Alaia, como vas vestido te describe.
– Dime porfavor que es una broma, Layla. – Le dice Alaia aún sin poder creérselo.
– Enserio que no, es lo que han dicho. – Le responde Layla.
– Encima nos harán ir con falda, que asco.
– Ya ves. Bueno, ya son más de las nueve y mañana hay clase... – Dice Layla mirando su hora en el móvil. – Mi madre me matará si ve que no llegué a casa. – Añade ella mientras se levanta de la hamaca y se frota los ojos que antes estaban dormidos.
– Vale, chao Lay. – Le dice Alaia despidiéndose.
– ¡Chao! – Le dice Layla.
Toca entrar a casa, y Alaia ve a su madre poniendo los platos para cenar.
– ¡Alaia, la cena está lista! – Le grita Bianca, la madre de Alaia, cuando oye que ya ha entrado. – Justo os iba a avisar, pensé que Layla cenaría con nosotros. – Añade ella.
–No, mañana hay clases, dice que su madre se enfadaría si se queda más tiempo aquí. – Le explica Alaia.
– Ah, okey, pues entonces llama a tu hermano que baje a cenar, la mesa está puesta.
– ¿Papá no vendrá a cenar esta noche tampoco?
– No, cogió turno extra.
– Oh, está bien. – Responde Alaia mientras sube las escaleras para ir a la habitación de su hermano.
Alaia a su hermano mellizo... Hugo... Le quiere y le odia, un hermano como cualquier otro.
A Alaia le preguntan siempre que qué se siente tener un hermano mellizo, si es más como tener un hermano pequeño o un hermano mayor, y ella siempre les responde que es un poco de los dos; cuando quiere hermano pequeño y cuando quiere hermano mayor.
– Hugo, la cena ya está. – Le dice Alaia.
– Vale, ya bajo. – Le dice él estando en calzoncillos con su móvil en la cama.
Entre Alaia y Hugo hay confianza, nunca se han cortado cuando se ven en ropa interior ni cuando se ven desnudos, no es que se vean desnudos siempre pero... Joder, son hermanos.
– Mamá, dice Hugo que ya baja.
– ¡Muy bien! Pues empecemos a cenar. – Dice Bianca emocionada ya sentada en la mesa esperando a Alaia y a Hugo. – ¿Estás nerviosa por el primer día de instituto, Alaia? – Le pregunta ella mientras se sirve la ensalada.
– Pues sinceramente, sí; quiero mantener mis sobresalientes que saqué en primero de bachiller, no quiero tener ninguna distracción. – Le dice Alaia bebiendo su vaso de agua.
– Espero que así sea.
– ¿Qué hay para cenar? – Pregunta Hugo entrando al comedor mientras deja ver parte de su delgado torso porque se está poniendo su camiseta sin mangas.
– Patatas fritas con salmón y ensalada. – Le dice Bianca.
– ¡Qué pintaza! – Exclama Hugo al oírlo mientras se sienta. – Oye mamá, mi novia y yo vamos a salir mañana, ¿me dejarías algo de dinero? – Le pregunta Hugo.
– Empiezan las clases, Hugo; mejor aprovecha el día de mañana para repasar. – Le contesta ella.
– Esperen.... ¿Hugo tiene novia y nadie me ha dicho nada?– Pregunta Alaia sorprendida. – ¿Ya lo sabe papá? – Vuelve a preguntar ella.
Hugo hace una mueca de que lamenta haberlo contado delante de su hermana, como si no quisiera que lo supiese.
Cuando se da cuenta de que ya lo sabe, finalmente le dice a Alaia:
– Sí... Se lo conté hace unas semanas a papá y a mamá...
– ¡Y yo la última en enterarme de todo como siempre! – Exclama Alaia en plan Drama Queen.
– Es que Alaia... Verás... – Le dice Hugo intentando explicarle el por qué no se lo había contado.
Pero justo cuando Hugo intenta explicárselo, suena una vibración del iPhone de Alaia, indicando que tiene una notificación.
– Esperen, tengo que ir al salón a ver de quién es, ahora vuelvo. – Dice Alaia cuando oye la notificación de su móvil.
Era Layla. – ¿Qué querrá? A lo mejor se le quedó algo. – Se pregunta Alaia en su mente.
– ¡Coge la llamada, Alaia! – Le dice Layla en un mensaje.
Layla la llama y Alaia le contesta la llamada y le pregunta:
– ¿Qué pasa? Estoy cenando...
– ¿Es que no te has enterado? – Le pregunta Layla.
– Como siempre la última en enterarse de todo... – Se dice Alaia mentalmente. – ¿Enterarme de qué? – Le pregunta ella a Layla.
– ¡Nathan Woods estará en nuestro instituto este año! ¡Concretamente en nuestra clase!
– ¿Nathan Woods? ¿Quién coño es ese mequetrefe? – Le pregunta Alaia extrañada.
– Hola?? ¡Nathan Woods! ¡El modelo! – Le dice Hugo desde el comedor.
– Búscalo en Instagram, ¡vas a flipar! – Le dice Layla.
Alaia cuelga a Layla y se dirige a Instagram.
Gracias a la biografía, Alaia pudo ver que su nombre completo era Nathaniel Woods.
Tenía la piel muy blanquiza, el cabello negro muy oscuro y unos ojos azules muy claros. Era alto y esbelto; y en sus fotos, solía esconder sus músculos y abdominales bajo sudaderas extravagantes de marcas caras de colores pasteles y claros (como Giorgo Armani, o Louis Vuitton).
Para Alaia, era un chico muy atractivo, de esos que siempre quieres conocer algo más de ellos. Y en cuanto a su descripción psicológica, se notaba que era un chico muy sociable, pero a la vez muy reservado.
– Nathan Woods... ¿Un modelo guapo y adinerado en nuestra clase? – Se pregunta Alaia susurrando mientras mira la cuenta de Nathan. – Lo de concentrarme y no irme de las notas de primero de bachillerato como que no podrá ser... – Añade ella.
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Detrás de ti © [En curso]
Ficção Adolescente🏆Libro ganador al concurso VB (Versus of Books) de la primera edición de la Cuenta/Blog Personal de Instagram @ohyourfault. Alaia Gil no cree en el amor, empieza segundo de bachillerato y se pasa como siempre los días encerrada en su habitación pa...