10

509 95 27
                                    

Después de aquella llamada pasaron exactamente -otras- dos semanas.

Dos largas y jodidas semanas dónde la vida de Louis había tenido algunos cambios, por ejemplo, el día después de eso consiguió un mejor trabajo, una semana después fue ascendido por su desempeño.

Cuando se cumplieron dos semanas comenzó con los problemas.

Vamos, seguía siendo un ser humano.

Sí, estaba sintiendo atracción por su nuevo jefe.

Alto, piel blanca, cabello castaño, ojos verdes... El tipo de hombres que le gustaban. Aunque bueno, sabía que esa atracción solo existía porque su jefe tenía el físico parecido a alguien con quién llevaba semanas soñando.

Hablando de Harry, Louis estaba bastante preocupado por él. Tanto así que se colocó un abrigo para salir rumbo a su antigua casa, los nervios pican en la punta de sus dedos y siente una extraña sensación.

Quería fumar.

Suspiró y por inercia su mano bajo hasta la bolsa de su pantalón negro, rastreó un poco sabiendo que ahí no había nada más que las llaves de su auto, se permitió sonreír un poco orgulloso.

Llevaba tiempo sin fumar.

Se lo prometió a Harry, nunca se atrevería a romper aquella promesa que le hizo al amor de su vida. Así que simplemente, subió su camioneta y comenzó a ponerse el cinturón de seguridad.

Avanzó mientras las luces del auto atravesaban la espesa neblina, encendió la calefacción y se acomodó un poco mejor, realmente su apartamento estaba lejos de la casa de Harry.

Él lo escogió así porque sabía que después de todo su fuerza de voluntad era casi nula, así que si se mudaba cerca tarde o temprano acabaría de nuevo entre las sábanas de su ex novio.

Frunció el ceño cuando algo vibró en su bolsillo trasero, se orilló y después rápidamente sacó su teléfono celular, suspiró contestando la llamada.

—¡Lou! —El otro saludó entusiasmado.

—¿Qué mierda quieres?

—¿Estás bien, amor ? —Harry preguntó al otro lado de la línea.

—No, no lo estoy —Gruñe —, solo dime qué necesitas y terminemos con esto de una vez.

Escuchó el suspiro al otro lado de línea, el repitió la acción.

—Lo siento, no quise molestarte y... Será mejor que te deje en paz.

Louis suspiró, por el tono de voz de Harry fue evidente que el rizado se sintió culpable. Pensó que no debió ser tan duro.

—No —Pidió —. Lo siento, no quise hablarte así —Suspiró de nuevo —, ¿Necesitas algo?

Louis terminó cediendo y decidió ser amable, para empezar no sabía porque fue tan hostil.

—¿Aún me amas? —El ojiverde cuestionó después de algunos segundos de profundo silencio.

—¿Qué? —Frunció el ceño confundido.

—Lou, necesito que me contestes y seas honesto. —Rogó —. Hablemos como los amigos que somos.

Louis asintió a pesar de que Harry no podía verlo, se removió un tanto inquieto y chasqueó la lengua.

—Esta bien, lo haré.

—¿Sigues amándome?

Louis se quedó helado, por supuesto que la pregunta le tomó por sopresa, sin embargo no pudo hacer hasta que escuchó un suspiro al otro lado de la línea.

Por supuesto que seguía amando a Harry. Nunca podría dejar de hacerlo.

—Harry-...

—¿Cuando te veré otra vez, amor? —Harry continuó.

—¿Cuando volveré a tenerte entre mis brazos?, ¿Cuando volveré a besarte y mimarte? —Gruñó —. Quiero tenerte aquí, quiero tenerte entre mis brazos y que me digas que aún me amas y que todo estará bien.

Derrepente los ojos de Louis comenzaron a picar, desvió la mirada para enfocarse en otra cosa, sin embargo pronto sintió las lágrimas escurrir por sus mejillas.

—¿Recuerdas por qué empezaste a amarme? ¿Lo recuerdas aún? —Harry retomó la conversación.

Por supuesto que lo hacía.

Lo recordaba muy bien.

Se recordaba a si mismo enamorándose de su mejor amigo. A si mismo sonrojándose por todo.

Por la manera en que su relación había fluido, porque había sido tan hermoso. Había sido tan especial que ambos pasarán noches enteras observando las estrellas y cantando bajo la luna.

Segura recordando los días calurosos en los que peleaban con pistolas de agua en el patio trasero.

Los días que hacían el desayuno.

Las noches que se bañaban juntos.

Las tardes que veían aquellas comedias románticas que tanto odiaba.

Las madrugadas que pasaban viendo películas de terror que Harry odiaba y que Louis solo ponía para estar abrazados y asustar a su novio cuando estuviese desconcentrado.

Las noches que salían de fiesta.

Sus aniversarios.

Las flores, los regalos, lo recordaba todo.

Porque cuando alguno de los dos tenía problemas, ellos solo se acostaban en su cama individual y ahí se decían todo lo que les daba miedo, lo que amaban de ellos, lo que querían en un futuro.

Porque su relación había sido tan hermosa y delicada, como una pequeña rosa que con el más mínimo toque amenazaba con romperse, más no lo hacía.

Se mantenía fuerte a pesar de los años.

No sé rompía, tal vez se fracturaba... Más no sé rompía por completo.

Y fue una verdadera lástima que con los años, Harry y Louis fueran colocando espinas a tal grado de que la rosa ya no existía más y ahora solo habían espinas que se enterraban en ellos cada vez que estaban juntos.

Y las espinas fueron aumentando, pero Harry y Louis seguían juntos, seguían tomados de la mano, seguían amándose como la primera vez.

Hasta que una espina se enterró entre las dos manos y tuvieron que separarse para evitar hacerse más daño.

Pero aún así, no dejaron de amarse.

Louis fue incapaz de contestar, muchos recuerdos corrieron por su mente y eso le hizo no poder contestar.

—Lo sospeché. —Harry suspiró derrotado.

—Harry-...

—¿Sabes? Yo quería proponerte empezar de nuevo, pero ya veo lo que sucede.

—No es como tú crees, Harry. —Aclaró.

—Solo... Dejaré de molestarte y —Suspiró — trataré de enfocarme en mi como debí hacerlo desde un principio.

Louis negó limpiando sus lágrimas.

—¡Harry, yo te sigo amando! Te amo como la primera vez y estoy dispuesto a empezar de nuevo, pero tienes que estar bien, tienes que dejar tus adicciones. —dijo después de algunos segundos —. Tenemos que estar bien.

Y todo quedó en silencio.

Harry había colgado segundos atrás.

Louis maldijo, de nuevo su rizado no había escuchado sus palabras.

No había escuchado que lo seguía amando y también quería volver a intentarlo.

Jodida mierda.

Why'd You Only Call Me When You're High?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora