CAPITULO VI

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Rachel.

Me levanto, entro al baño y me organizo poniéndome unos pantalones negros con un esqueleto del mismo color y mis botas de combate.

Entro a la habitación de los mellizos abriendo las persianas despertándolos.

Es hora de levantarse-les digo mientras ellos se frotan los ojos por la luz que entra.

Se levantan y les agarro las manos y bajamos a la primera planta en busca del comedor en el cual nos sentamos a desayunar lo que preparo Keira.

-Para dónde vas- me pregunta milenka mientras se mete una fresa en la boca.

-Tengo que ir a trabajar-miro el reloj- y es el primer día y ya voy a llegar tarde.

Termino de desayunar apurada, subo rápido a cepillarme, me pongo el bolso y agarro las llaves del auto.

Vuelvo al comedor y me acercó a darle un beso en la frente a cada uno.

-Regresare el la noche-les digo- pórtense bien, no quiero quejas de ninguno de los dos.

No responden, simplemente asienten mientras corro hacia la salida y abordo la camioneta.

Enciendo el estéreo dejando que need to know de doja cat me acompañe mientras canto de vez en cuando.

Logro adentrarme al tráfico de Londres mientras sigo conduciendo y en algún punto me desvío hacia uno de los puestos más cuidados del comando.

Me detengo ante las puertas de acero y muestro mi identificación.

La puerta se habré y aceleró hasta llegar a el estacionamiento en el cual parqueo y me bajo de la camioneta.

No negare que me siento demasiado nerviosa dado ha que después de tres años vuelvo a pisar la FEMF, aparte no quitemos el hecho de que la última vez que estuve aquí las cosas no fueron muy agradables que digamos.

Entro al edificio de juntas y entro al ascensor que me deja en el último piso.

Salgo de él y camino hacia la última puerta, cuando estoy por tomar la manija desisto.

«Mierda, no puedo hacer esto».

Aunque se perfectamente que ya voy tarde me tomo unos segundos para asimilar todas las emociones que me abarcan al recordar todas las cosas que viví en estás paredes.

Después de varios segundos vuelvo a tomar la manija y la abro entrando sin pensarlo dos veces antes de que la cobardía me gane y me largue de aquí.

Entro al lugar reparando la cara de todos los que me miran asombrados hasta que mis ojos se encuentran con los del ministro.

Su gesto de asombro cambia a uno completo de furia al darse cuenta lo que significa el hecho de que yo me encuentre aquí.

Antes de poder reaccionar mis amigas se levantan y me rodean con un abrazo grupal después de lanzar un grito eufórico.

Apenas logran rodearme antes de que el regaño de Christhoper retumbe en la sala.

-!Esta no es la hora del recreo como para que andén perdiendo el tiempo¡, vuelvan a sus puestos-termina de decir antes de regresar su mirada a mi-¿Y tú qué haces aquí?, se supone que te eche del comando hace años por tración, no tienes nada que hacer aquí-me dice.

Me deja quieta sin saber que decir o que hacer.

Antes que pueda responder algo, el capitán alakser intervino defendiéndome.

-Con todo respeto ministro morgan-empieza el capitán-no me parece correcta la forma en que se dirige a mi superior-suelta las palabras que terminan como que desquiciar ya que la ira que desprende se le nota.

Secret |•Chrischel•|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora