Laura y Carlos, dos hermanos mellizos; se mudan a una casa en medio del bosque. Lo que no saben es que el bosque tiene alguna propiedad mágica que les hace viajar en el tiempo a una guerra en el bosque...
Al día siguiente, de madrugada, mi hermano apareció en mi habitación (sin avisar). Me despertó, y se puso a hablar de algo de una guerra en el bosque, de un bunker, y de más cosas, pero yo no le escuchaba (¡¡Era muy pronto!!). Entonces, delante de él, me tumbé en mi cama y me dormí; mientras me seguía hablando... MALA IDEA. Me desperté unos minutos más tarde porque mi querido hermano, al darse cuenta de que me había dormido, me empezó a dar golpes en la cabeza con un libro que tenía en la mano. Entonces decidí que era mejor escucharle, por el bien de mi cabeza.
Cuando terminó de contármelo todo, cogí el libro. Buscaba el nombre del autor, sé que suena extraño pero por algún motivo tuve la necesidad de hacerlo. Mi hermano me miraba, sin dar crédito a lo que hacía. Pero para su sorpresa (y mía también) lo encontré: Marcos. (He dicho el nombre con tono normal, no sé a qué te refieres Carlos)
No dejaba de darle vueltas... Marcos... No sabía por qué, pero aquel nombre me transmitía algo... o tal vez estaba demasiado cansada y se me había ido la cabeza; una de dos.
Miré a Carlos, yo pensaba que estaría histérico por el descubrimiento pero no fue así. Me miraba con las cejas levantadas.
- ¿No te parece interesante? -. Pregunté.
- Claro, claro... pero, ¿Cómo es que lo que te parece interesante es el nombre? Acaba de aparecer un diario de guerra en este mismo bosque y tú interesada en el nombre.
No le respondí porque tenía razón, no sabía por qué pero así era, tal cual lo había descrito Carlos: Lo que más me interesaba de todo era el nombre.
Un fugaz destello ene la ventana me sacó de mis pensamientos. Nos asomamos a ver qué ocurría y... lo que vimos nos dejó de piedra. Todo el bosque, ENTERO, estaba incendiado.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Pasaron unos segundos y volvió a haber un destello. Cerré los ojos ante tanta luz, y cuando los abrí, el bosque ya no estaba en llamas; estaba... normal, como antes. Pero era imposible... ¿O no?
