「𝟟」【𝐃𝐫𝐞𝐚𝐦𝐧𝐚𝐩】

𝓥𝓲𝓸𝓵𝓮𝓽𝓪

Por supuesto Sapnap está detrás de la puerta, acostado en su cama, despreocupado, tiene todo el derecho de estarlo, aún cuando estás con los nervios de punta, apunto de estallar en una forma desastrosa y francamente desagradable.

Quieres gritarle "mis sueños te pertenecen" , tuyos, tuyos y de nadie más, pero no estas seguro de que te entienda, no te puedes entender ni a ti mismo, tachas eso, tal vez " parece que te quiero follar desde hace años", mierda, eso definitivamente es peor, aun así sigue siendo un poco mas entendible (y un poco más honesto), no dices nada de eso, o nada en absoluto.

Avanzas a tropezones, el solo te da una mirada inquisitiva, no tienes tiempo para suposiciones.

En el tiempo que les tomaría entablar una conversación, expresar tus sentimientos, conseguir una respuesta sincera, podrías simplemente hacerlo tuyo.

No dices nada.

Mejor lo besas.

Directamente y sin espacio para pensarlo demasiado, sabes lo que quieres, lo has sabido por un tiempo ya, así que te enfocas en conseguirlo.

En tu mente, crees que eres alguien imponente, poderoso, en la realidad, no eres nadie, no eres abrasador, no eres invencible, así que cuando lo besas, sabes que, si él así lo quisiera, podría quitarte de su camino tan fácil como empujarte o simplemente decirte.

Porque él es fuerte, y todas esas cosas que tanto te gustan. 

Él podría apartarte, porque tú no eres realmente esa clase de persona, de las que toman sin consideración, esa clase de monstruo. No ayuda que te sientas débil, asustado y tembloroso.

No lo hace, no lo hace, no lo hace.

No te aparta.

Él te besa.

No estás seguro de a quién deberías culpar por el desenlace de esta historia.

Está, claro, los sueños húmedos de los que no podrías deshacerte incluso si quisieras, pero ahí está la trampa, no quieres, nunca lo quisiste.

Podría ser simplemente Sapnap, con la forma en la que luce siempre, más ahora cuando parece tan inmerso en ti que parece algo perdido sin necesidad de estupefacientes.

O nada en absoluto, has aprendido que nada tiene realmente sentido, no lo tiene los sueños cambiantes, no lo tiene las personas volátiles y no lo tiene los sentimientos, las relaciones, ni siquiera las etiquetas o las promesas.

Así que lo besas.

Y el beso solo toma un impulso verdadero cuando estás completamente seguro que no va a cambiar de parecer en algún momento próximo.

Es intenso en la forma correcta, es fácil perder el aliento de acá para allá, tomas todo lo que puedes alcanzar y aún así no se siente como si fuera suficiente.

Este sueño, mejor dicho, esta realidad, aun cuando es mucho más fantasiosa, no termina con un beso, no quisiste llevar la cuenta de cuántos, con miedo a que sea demasiado fácil de mantener, muy poco de algo que necesitas tan terriblemente.

En cambio esta realidad, este sueño en carne y hueso, termina con chupetones, mordidas y moretones, violeta, maravilloso e indispensable, que se aferran como una marca de lo sucedido, lo que es real, y recíproco.

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Sapnap se vuelve tu pareja, tuyo, poco después de eso.

Nunca averiguas realmente quién era esa otra persona, demasiado distraído estando completamente enamorado, supones, no importa, no realmente.

Eventualmente salen libremente, tienen citas, cumplen todas esas pequeñas promesas que te regaló.

Hacen más promesas.

El mundo sigue girando, los días pasan.

Los sueños nunca se terminan, multicolor, predecibles e imparables, en su lugar cada mañana él está a tu lado para recrearlos lo más precisamente posible.

Te sientes feliz, amado y un poco caliente todavía.