「𝟟」【𝐃𝐫𝐞𝐚𝐦𝐧𝐚𝐩】

𝓝𝓪𝓻𝓪𝓷𝓳𝓪

La culpa crece dentro de ti tan rápido como se empieza a desvanecer el espesor post orgásmico, y aún así, el cansancio es pesado sobre ti, no quieres pensar en esto tan tarde, no cuando aún no estás completamente despierto y no cuando aún te sientes un poco ido.

Solo quieres cerrar los ojos y pretender que nada de esto paso, pretender en la mañana que no te bajaste con el pensamiento de tu mejor amigo, de todas las personas.

Todo sobre tu polla.

Tal vez deberías pensar esto mejor en la claridad de la mañana y no cuando estás cubierto en sudor y otros tipos de arrepentimientos.

Te sientes estúpido, culpable y un poco caliente todavía.

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No lo piensas mejor en la mañana.

La luz del amanecer sangra a través de las ventanas, naranja, cálida y acogedora.

Y aún cuando tratas de seguir con tu rutina diaria sigues tropezando con los pensamientos confusos que la noche anterior trajo consigo.

Cuando piensas en Sapnap no piensas en un viejo amante, piensas en él como un viejo amigo, alguien en quien confiar, alguien en quien respaldarse, alguien a quien amar. No en esa forma al menos, la que te deja sin aliento, besos y caricias, la forma en la que tú yo del sueño parecía disfrutar tanto.

Pero esto no debería ser un problema, no realmente, no si es tan solo un sueño, los sueños son así, superficiales, caóticos, sin sentido. No debería importar si acabas de tener un sueño erótico sobre tu mejor amigo de hace años, son solo cosas que pasan, y pasan, y pasan, y siguen pasando aparentemente.

Mierda

Así que has tenido estos sueños por años y de la nada, tu inconsciente a decidido que era buena idea ponerle un rostro, no cualquier rostro, sino el de tu mejor amigo, no es como si significaran algo realmente.

No es como si cada uno de tus anteriores sueños hayan sido sobre él, no importa cómo el pensamiento saca una chispa de ti y te hace encajar cada pieza fuera de lugar, como se sentía, como se veía, como definitivamente no era nadie más que Sapnap.

Mierda, mierda.

Con la mente un poco más clara era obvio que esto no valía la pena, no cuando la culpa comía un agujero en tu estómago, y no cuando todo lo que te quedaba es una sábana sucia y un poco más de la añoranza de la que puedes manejar.

Ese conocimiento no evita que sueñes con él la noche siguiente y la siguiente a esa y a esa. No evita que tu mano se deslice lenta e indecisa de tu pecho hacia abajo y abajo.

No te detiene, y claramente no detiene tus sentimientos por Sapnap.