"La belleza de los pétalos del árbol de cerezo no se comparan con la belleza de la gran artista a la que estas destinada a ser.
Todas las tardes al pasar por ese imponente árbol de cerezos escuchando las melodías que quieres contar con tu violín, e...
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Le conoció por primera vez en primavera, cuando los primeros pétalos de cerezo florecían.
Donde inevitablemente su amor también florecería entre melodías y bailes que reflejarían lo que sus corazones sentían.
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La música retumbaba por todo el salón de baile, el calor comenzaba apoderarse de su cuerpo al igual que el dolor y el cansancio, pero no podía parar. La pirueta que realizaba debía terminar impecable pues el puesto para la siguiente coreografía sería suyo aunque tuviera que romperse las piernas por ello.
Mientras tanto, salones más adelante la delicada melodía salia del salón de música, las notas, el fluir de sus manos y su mente iban en sincronía con el sonido que del instrumento de cuerdas salía. Sus manos fluían a través del instrumento dejando que su corazón llevara el ritmo.
Ambos jóvenes poseían pasión y ambición por lo que hacían, ambos tenían sus objetivos claros desde que pisaron por primera vez esa escuela, desde que pisaron por primera vez el escenario, desde la primera en que quisieron ser el número uno.
El final de la melodía de la ceniza se acercaba así como el final del baile del peli verde. Así como el final del primer día de la vida que conocían para dar paso a la primavera y con ella nuevos retos, metas y obstáculos. Con ella un nuevo renacer.
La música llego a su clímax dando con ella el fin de los movimientos del peli verde terminado en una postura impecable, su pecho subía y baja de manera irregular tratando de normalizar su respiración a como era antes, sus pies rogaban descanso, su mente y corazón pedía seguir hasta cumplir su objetivo.Las manos de la ceniza dolían pues había sostenido demasiado fuerte su instrumento al estar interpretando su pieza, respiro profundamente calmando su entusiasmado corazón, su mente orgullosa de haber interpretado una melodía sin equivocarse y su corazón derritiéndose de pasión.
Una vez tranquilos respiraron profundo calmando y sincronizando su alma, mente y corazón. El sol aun se encontraba en lo alto del cielo, la brisa solaba moviendo las copas de los arboles dejando que la brisa fresca envolviera con su calidez y frialdad a toda aquella persona que se encontrara en ella. Ambos jóvenes miraron por las ventanas de sus respectivas aulas mirando el paisaje frente a ellos. ¿Era especial?¿Magnifico?¿Algo común? Que importaba, sea bello o no, se encontraban en paz.
Y entonces los primeros capullos de flores de cerezo comenzaron a aparecer.
