Capítulo 14

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Después de desayunar con Macarena, bastante tarde debo admitir, le comento que esta noche planeé mi cena con Saray, porque no quiero que se diga que yo no cumplo mis promesas, la rubia dice que le parece bien y que va a pedirle a Estefanía que venga a su piso a jugar videojuegos ya que le gitana saldrá conmigo, yo le ofrezco que vayamos todas, pero ella dice que no tengo que hacer eso, que vaya y me divierta con Saray.

Justo antes de salir hacia el piso de la rubia donde nos esperan sus amigas, el ascensor se abre y veo a mi hija Fátima frente a mí, su mirada rebota entre la rubia y yo.

"Mamá, Maca, hola ¿ibais de salida?" Pregunta y yo asiento.

"Tengo una cena con una amiga de Macarena," le digo entrando al ascensor con ella y Macarena me sigue, "pero puedes esperarme, serán a lo sumo dos horas hija."

"Woah, va como rápido esta relación que tenéis, una semana y ya vais juntas a cenar con las amigas—."

"Juntas no," dice Macarena, "yo me quedo con la novia de mi amiga a jugar videojuegos en mi piso, puedes acompañarnos si quieres," Maca le ofrece.

"Okay, guay,"Fátima acepta encogiéndose de hombros, "pero os digo que vuestra relación es demasiado extraña," Fátima dice señalándonos a ambas.

"Pero ¿qué dices Fátima? Ninguna relación, ¡nos conocemos hace una semana!" digo tratando de hacer que su idea cambie, pero logro todo lo contrario.

"Precisamente, a eso me refiero," Fátima rueda los ojos y pone toda su atención en la pantalla de su teléfono, durante lo que tarda el ascensor en descender las tres plantas hacia el piso de Macarena. Entonces mi hija me envía una mirada extraña, cuando se da cuenta que la Rubia está alojada en uno de los pisos que tengo en renta. "Y aún niegas vuestra relación mamá, cuando la tienes viviendo en tu piso de alquiler—," Fátima se ríe, "yo que tú la abandonaba, Rubia, si niega lo vuestro con su hija eso es una red flag clarísima," mi hija codea a la Rubia, pero antes que Macarena pueda decir nada para defenderse, es atacada por sus amigas en un abrazo tan enérgico, que parece que llevarán una vida sin verla.

"¿Qué pasa Rubiales?" Estefanía pregunta plantándole un beso en la boca, como lo había visto en el Story de su Instagram y por algún motivo tengo que mirar hacia otro lado para no verla.

"Macarena, Macarena, que nos haces mucha falta en casita Rubia," Saray empieza y también ella le planta un beso en la boca.

Por algún extraño motivo, siento las ganas irrefrenables de interrumpirles y digo lo primero que me viene a la mente sin considerarlo demasiado.

"Bueno ya, las dos, que a la rubia la he visto yo primero," digo entonces interrumpiendo su fiesta de besos y abrazos, halando la rubia por el brazo hasta que está fuera del alcance de sus amigas.

"¿No que no mamá?" Fátima pregunta haciendo que la atención de todas salte hacia ella.

"¡Hostias, si es Fátima Zahir!" Estefanía habla primero y de repente la fiesta de abrazos y besos se traslada hacia mi hija. Me gustaría poder decir que esto no me alivia tanto como en realidad lo hace.

...

La cena con Saray es bastante divertida, la verdad nos toma más de las dos horas que le prometí a mi hija el volver a casa. La gitana resulta ser una persona con la que me veo entablando una amistad de años y al final de la velada ya siento que la conozco de toda la vida.

Después de comer, Saray brinda por nosotras, por la Rubia y por Estefanía, por el azar y por habernos conocido a causa del destino. Luego cuando estamos por llegar al edificio la gitana me cuenta que aquel día en que nos conocimos, ellas empujaron a Macarena a salir de su piso, donde llevaba toda la semana prácticamente encerrada, sin contar los momentos en que salían a buscarle un piso donde vivir.

Sueño o realidad | Vis a VisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora