Machista

Alfa

¿Porqué todo es distinto para ellos? ¿Porqué yo estoy obligado a obedecer mientras ellos son libres de hacer lo que quieran con nosotros? ¿Porqué no tengo derecho a quejarme cuando algo me disgusta pero ellos pueden desquitarse con nosotros incluso por algo que ni siquiera provocamos? Mi opinión no cuenta, mi cuerpo no es mas que otro objeto con el que pueden adornar su habitación y mis sentimientos son un trapo mas para limpiar los lugares con suciedad.

Mi trabajo y mi esfuerzo son dos cosas que se llevan bien de la mano pero que se vuelven algo sin importancia cuando los demás descubren que ese trabajo viene de un Omega, el esfuerzo se vuelve algo mediocre y es muy posible que termines perdiendo el trabajo porque "un Omega como tu debería estar limpiando pisos y consintiendo a un Alfa en vez de trabajar en algo en lo que por naturaleza es inútil".

Pero hay un trabajo en el que nunca recibes un pero o una mala cara.

Entrando en el mundo de la prostitución o algún otro nombre mas elegante pero que termina siendo lo mismo.

El sueldo se gana de lo que te pague tu jefe además de lo que recibes de los clientes, efectivamente el dinero termina por ser el menor de los problemas.

-Pues, es lindo - solo podía mirarlo con asco, mi madre sujetaba la parte de atrás de mi cuello con fuerza, tal vez para que no escapara o intentará algo estúpido, la mano del hombre sujeto mi mentón y me hizo mover mi cara de un lado a otro inspeccionado la imagen que daba mi perfil - aunque algunos golpes si son algo notables.

-No es nada que algo de maquillaje no pueda cubrir - contestó de esa típica forma amable, esas marcas habían sido provocadas por su culpa después de todo.

-¿Cuál es su edad? - mi madre soltó una pequeña risa.

-¿Eso importa?

Claro que no importa, ¿Qué cosa que tenga relación conmigo lo hace? El hombre primero se negó a pesar de que su cara mostraba toda aprobación a mi solicitud de empleo, pero, otra vez, soy un Omega, nada puede ser tan sencillo a pesar de que el sitio al que me dirija fuera la casa del diablo.

-Bien, pero, debo probar la mercancía primero, saber si me sirve y si es capas de complacer a mis clientes - mi madre acepto gustosa y ante la clara impaciencia del hombre se levantó de su asiento.

-Se un buen niño - no conteste a su murmullo pero eso no le importó, simplemente se levantó sin pensarse dos veces el salir para dejarme a solas con ese hombre.

Me sentía asqueado, y el echo de mirar la definición de viejo pervertido en persona no me ayudaba, me ordenó que me desvistiera y así lo hice, cada paso se sentía como si estuviera caminando a la punta del precipicio, me hizo sentarme en su regazo y así fue como todo inicio.

Su áspera cara se pego a mi cuello y su nariz empezó a inhalar de una manera para nada suave el recorrido de mi cuello a detrás de mi oreja donde terminó por lamer para dejar su cereza en el pastel.

Sus manos sudorosas recorrían mi cuerpo impregnándolo de ese olor amargo, quería llorar pero el estaba demasiado ocupado como para percatarse.

Una píldora azul para ayudar a su amigo a levantarse por completo y para mi no hay mas, tal vez no lo recuerdo porque yo lo quiero así o quizás caí inconsciente por todas esas horribles emociones que me llegaron de golpe por el asco y el miedo, y no, no se si estar feliz o asustado, ni siquiera soy capaz de recordar si se hizo uso de condones en el proceso.

Cuando desperté estaba en mi casa, el desorden abundaba, era claro que ese pequeño demonio se había metido a mi habitación en mi ausencia, el cuerpo me dolía y al quitar la cobija de enzima me percate de esas nuevas marcas en mis muslos y brazos, solo desvíe mi mirada a otro sitio para que esos escenarios que mi mente creaba para darle contexto a esas heridas no empezarán a crearse.

-Prefiero ir a la escuela - murmure sin mucha energía.

En ambos sitios me acostaría con desconocidos por dinero pero, había una clara diferencia en hacerlo con chicos de mi edad o al menos dos o tres años mayores, que hacerlo con señores mayores y aparte borrachos.

No había sido obligado a despertar, eso significaba que las cosas habían salido bien, al menos eso era para la persona que se quedaría con todas mis ganancias.

Y pensar que a no tanta distancia hay unos estúpidos Alfas que consiguen todo lo que quieren con alzar un poco la voz y poner caras enfadadas.