𝐌𝐚𝐬 𝐩𝐫𝐞𝐠𝐮𝐧𝐭𝐚𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐫𝐞𝐬𝐩𝐮𝐞𝐬𝐭𝐚𝐬

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Todo estaba oscuro, solo había una leve luz tenue en aquel lugar, a mi alrededor todo se encontraba borroso y a lo lejos podia escuchar algunos sonidos de disparos, mire mis manos y noté sangre sobre ellas, me preguntaba de quién era y después de mirar mi cuerpo lo supe, era mía, me habían herido, al parecer era una herida de bala, mi cabeza dolía, me sentía cansado pero aún podía moverme lo suficiente como para voltear la mirada y poder observar a aquel tipo de saco negro, tirado en el suelo, me moví lo más que pude tratando de ver lo que le pasaba
-Oye idiota, levántate- repetía entre quejidos, me sentía aún más cansado
De pronto, pude notar como aquel tipo estaba helado, pálido, y cubierto de sangre
-Oye, ¡reacciona! ¡Dazai!- grite con desesperación, esperando a que él respondiera con una voz suave y digiera algo como -Chuuya, te quejas demasiado ¿lo sabias?- pero no hubo una sola respuesta, entonces lo supe, él estaba muerto.
-¡Dijiste que te quedarías a mi lado!, lo prometiste, dijiste que no te irías y aún así te fuiste, maldición ¡¿por que me haces esto?!- decía esto en mi mente una y otra vez y de pronto caí al suelo, estaba más cansado, mucho más cansado
-Murió porque no lo protegiste- una voz extraña sonó en la habitación pero mi cansancio hacía que la escuchara algo lejana
-Eres débil chuuya, lo sabes ¿no?- esta vez la voz se escuchó más claro y yo me preguntaba quién era aquella persona que me decía esto. Era yo.
-Debiste morir tu en su lugar, debiste protegerlo, ¡dijiste que eras fuerte y aún así él murió!- ahora la voz se escuchaba aún más fuerte de lo normal y mi cabeza comenzaba a doler más
-Chuuya....¿porque no hiciste nada para ayudarme?- mire hacia un lado, el cadaver de dazai estaba hablando, me miraba fijamente con esos ojos negros sin luz, y comencé a sentir un escalofrío en todo mi cuerpo
-Yo...lo siento- respondí con una voz cansada, comenzaba a agotarme, me desangraba
-¿Lo sientes?- aquella voz de nuevo se escuchó en la habitación
-Oh chuuya... ¿me odias tanto como para dejarme morir?- La voz de dazai me seguía hablando y yo comenzaba a confundirme, algo en mi quería llorar, ¿llorar de culpa? Llorar porque tal vez él había muerto y yo no había podido salvarlo....él siempre me ayudaba y ahora estaba muerto y no pude hacer nada para evitarlo
-No...no te odio- respondí entre quejidos y con la voz quebrada, realmente quería llorar, algo en mi quería llorar
-¡No me mientas!- la voz de dazai se hizo más fuerte, se levantó y se posicionó sobre mi cuerpo, empezaba a sentir miedo, él estaba tomándome fuerte e incluso me seguía mirando con esos ojos negros, tan oscuros, tan vacíos, tan...muertos
-¡No me mientas chuuya, Mírame ahora estoy muerto porque no pudiste ser lo suficientemente fuerte como para salvarme, porque siempre tengo que ser yo el que te salve!?- Seguía apretándome con fuerza, no podía soportarlo
-Oh chuuya, mírate, eres patético, ¿no lo crees ?- la voz de nuevo resonaba en la habitación, dazai no me dejaba mover, estaba aparentando con demasiada fuerza todo mi cuerpo y aún así alcanze a girar mi cabeza y mirar hacia mi lado. Era yo, estaba parado frente a mi, cubierto de sangre.

Me desperté, estaba en cuarto, todo había sido un mal sueño, un sueño que se sintió tan real que incluso me hizo sudar, estaba empapado en sudor y algo confundido.
-carajo...- dije para mi mismo mientras tocaba mi frente para limpiarme el sudor
Me levante de la cama, aún confundido pero lo suficientemente cuerdo para ir a hacerme el desayuno, por un momento olvide que aquel tipo había dormido en mi casa y me sentía tan exhausto a pesar de haber dormido lo suficiente, que no tenía ni la más mínima intención de soportarlo
-Si me molesta, lo golpeo- me dije a mi mismo al salir de la habitación
-Valla chuuya, pensé que jamás despertarías- dijo dazai mientras estaba en la cocina
- de cualquier forma no importa, toma, te hice el desayuno- espero aquel sujeto con una sonrisa en el rostro
El desayuno estaba quemado, y por la casa había humo, no me sorprendió para nada, era algo que esperaba de él ciertamente, pero aún así tenía ganas de golpearlo en la cara y hacerlo limpiar todo esto
-Se supone que me coma esto....esta quemado...- musite para mi mismo
-No gracias, yo me haré mi desayuno- Dije con mi voz cansada mientras me dirigía a la cocina y trataba de no explotar en ira por ver todo el desastre que había dejado aquel idiota
-Que grosero chuuya, pero si está quemado así que yo también comeré de lo que hagas- menciono dazai mientras hacía una nueva y tiraba aquel desayuno quemado
-ten paciencia chuuya, ten paciencia- musite de nuevo para mi mismo

Después de desayunar me dirigí a mi cuarto y me cambié. Aún estaba exhausto pero tenía un trabajo y tenía que hacerlo fuera lo que fuera, pero no estaba seguro de que tanto soportaría al idiota de dazai el día de hoy.
Trataba de no mirarlo directamente, aún no podía olvidar aquel sueño que había tenido y cada que miraba el rostro de dazai solo podía recordar su cara mirándome fijamente con aquellos oscuros ojos mientras me gritaba, trataba de olvidarlo cada que podía, necesitaba enfocarme en el caso y en las pistas que teníamos. Nos dirigíamos a la casa de Arabella, había investigado un poco sobre aquel tipo, William Donaldson, y quería hacerle algunas preguntas más, pero cuando estábamos a punto de doblar la esquina para poder llegar a aquel lugar, pude notar a la joven, Arabella, hablando con un chico, pude notar que tenía el pelo rubio y era algo, 1.80, casi pude deducir que sería su altura, era igual al que aquella mujer del bar nos había descrito, y si estaba en lo correcto ese podría ser William Donaldson, solo me podía preguntar que estaba haciendo con Arabella, tal vez estaba buscando a Elizabeth, tal vez él estaba preocupado por ella. Pero de un momento a otro solo pude notar como aquel chico rubio se movía como si estuviera angustiado y podía notar como le reclamaba algo a aquella chica, Arabella, no podía escuchar del todo lo que decían, estaba lejos para saberlo, parecían estar discutiendo o al menos el chico lo parecía, Arabella por su parte parecía estar más calmada, de pronto solo pude notar como ella tomaba la mano de aquel tipo y este lograba calmarse, se recargó un momento en el hombro de Arabella y después de marcho.
Esto solo me hizo tener más preguntas sobre qué relación tenían Arabella y aquel chico William.

El día que te fuisteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora