Semen

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El joven médico y su compañero atlético lleno de esperma, Shawn, yacía en el piso. El doctor Evans sintió la boca de Shawn besando su polla a través de su fino algodón blanco.

Su presemen comenzó a empapar a través del material y en la ansiosa boca de Shawn, quién alcanzó la cinturilla de la ropa interior del doctor y la deslizó hacia abajo sobre la cabeza de la polla dura y húmeda y metió la cinturilla de elástico debajo de las bolas del médico.

Sin pausa, Shawn tomó la vara del doctor en su boca. Estaba demasiado caliente para más juegos previos. Shawn quería semen. Él quería sentir al doctor dispararse en su boca.

Shawn sintió que la polla del doctor entraba y salía de su garganta. Finalmente, el doctor gritó, pues se estaba corriendo. Shawn sacó la polla de su garganta y apretó los labios alrededor de la corona de su verga palpitante. Él quería probar el esperma del doctor y hacer que le llene la boca. Una ráfaga de semen disparó en su boca seguida por otra y otra. Había tanta crema líquida caliente que se vertía en la boca de Shawn, que no podía tragar lo suficientemente rápido y mucho de ella salió de su boca y goteó por sus mejillas y barbilla.

Todo el cuerpo del médico sufrió un espasmo cuando le dio a Shawn una nueva carga de semen. El doctor abrió los ojos y observó al chico chupando sus jugos. Él amó ver a un hombre beber su esperma.

Cuando ambos se derrumbaron en el suelo, totalmente agotados, el médico se inclinó y le dio una palmada amistosa en el culo ya enrojecido de Shawn.

—Creo que será mejor que vengas más a menudo para un chequeo, Shawn.

—Claro, doctor— Shawn dijo con una sonrisa en los labios y el semen caliente goteando por su barbilla y cayendo sobre su pecho y estómago.

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