𝗎𝗇𝗎𝗌⠀⠀!̲!̲

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por vvhitedress

por vvhitedress

Limpió con suavidad el cañón plateado y sucio de su Colt Phyton de 4.5 milímetros después de días sin hacerlo. La pólvora se había quedado pegada al borde y eso la ensuciaba y la hacía ver más vieja de lo que en realidad era, cosa que no era de su agrado.
⠀⠀El mango de cuero de color pardo estaba algo desgastado, como las finas manos que lo sostenían, ahora llenas de pequeños hilos deshilachados que se habían soltado por completo. Se sacudió antes de seguir con lo que estaba haciendo.

⠀⠀Con un gesto limpio y seco, abrió la recámara de su revólver y cerrando uno de sus ojos color ámbar, miró por el agujero con parsimonia. Dentro había tres balas; no hacía falta ninguna más para conseguir lo que se proponía.

⠀⠀Su pelo rubio le caía sobre los hombros como finas cortinas doradas, aunque lo retiró con delicadeza poniéndolo detrás de su oreja porque llegaba a molestarle. Quería cortarlo y acabaría haciéndolo pronto, más por comodidad que por gusto.
Suspiró una vez terminó con el arma y la dejó
con suavidad sobre la madera de pino raída de la mesilla.

⠀⠀Se había instalado en un motel de mala muerte cuando salió de la ciudad y condujo angustiada con un Golf Mk1 robado y a punto de colapsar por una de las carreteras secundarias menos transitadas.
Había dado con éste casi de milagro tras estar dos días conduciendo, y durmiendo en los asientos mugrosos de atrás del viejo coche, cuando la gasolina estaba llegando a su límite. Se dijo a sí misma que había tenido suerte; no estaba dispuesta a seguir durmiendo incómoda una noche más.
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⠀⠀Había comenzado su búsqueda hará aproximadamente tres meses, y aún no había ningún indicio de haber encontrado el paradero preciso de su hermano. Lo único que sabía es que éste se había involucrado en las acciones de la mafia en su antigua ciudad —la tasa de criminalidad había aumentado su porcentaje en un 40% en los últimos dos años— y ahora estaba pagando por ello.

⠀⠀No lo creía muerto; tenía una sensación en el pecho algo molesta que, de alguna extraña manera, decía que su hermano gemelo seguía vivo. Era una especie de conexión mucho más allá de lo físico. Era mental.

⠀⠀Soltó el aire que mantenía en sus pulmones y relajó el cuerpo durante unos instantes antes de volver a ponerse alerta. Pasó la mano suavemente por la colcha amarillenta de la cama
y se miró al espejo resquebrajado que había apoyado en la pared de una forma extremadamente cutre.

⠀⠀Sabía que debía salir de ahí lo antes posible si quería continuar buscando la pista perdida de su hermano; las mismas personas que se lo habían llevado estaban detrás de ella para silenciarla de por vida; ahora mismo llevaba una diana gigante colgada en la espalda, siendo un blanco fácil, y aunque le moleste admitirlo, era débil comparada con aquella organización.

⠀⠀Había comenzado a investigar acerca de ellos cuando las desapariciones se hicieron más frecuentes, no solo en su ciudad, en el resto del país. Era como una ola masiva de odio.

⠀⠀Recordó cómo al volver a casa aquel día, encontró la puerta abierta con la cerradura forzada, no necesitó siquiera sacar las llaves del bolso.
Había encontrado la casa revuelta, los cajones sacados de sus muebles y tirados en el suelo con una gran cantidad de papeles y ropa esparcidos por todos los lados. Los cuadros estaban girados, otros rotos; solo uno estaba totalmente intacto.

⠀⠀Lloró toda la noche, lo recuerda perfectamente. Tenía la nariz roja y los ojos hinchados, del mismo color carmesí, los labios le escocían de lamentarse. Gritó, lloro, golpeó todo lo que le cruzaba por delante. Esa noche descargó toda la ira acumulada que guardaba desde hace mucho tiempo.

⠀⠀⠀Y se dio cuenta.
⠀⠀⠀Su hermano no había desaparecido. A su hermano se lo habían llevado cruelmente. Al igual que a otras muchas personas, le daba igual si eran culpables o inocentes, o si ya habían tenido problemas con la mafia. Ellos se los llevaron.

⠀⠀Tras días investigando e inundada por la rabia y frustración, descubrió que aquella mafia se hacían llamar "Fatuis", lo que traducido del latín al castellano, significaba "tontos".
Se mostró extrañada y se preguntó porqué una organización tan poderosa y despiadada había decidido establecer ese nombre como etiqueta de presentación; no hacía justicia a como realmente eran.

⠀⠀Volvió a la realidad y suspiró cansada. Había preparado todas sus pertenencias para salir de aquel lugar en aproximadamente una hora para dirigirse a otra ciudad contigua a la suya. Tal vez trataría de sonsacar información en las comisarías locales sobre los casos de desapariciones, esperando tener algo de suerte.

⠀⠀Se levantó de la cama y caminó por la habitación en círculos, mirando las paredes con papel desgastado. Observó con cautela hacia afuera corriendo la cortina unos centímetros.
Algunos coches se habían ido y habían dejado su plaza libre en el parking del motel, sin embargo había llegado una camioneta grande de color rojo desgastado que la noche anterior no estaba, de hecho, era el único vehículo actualmente fuera.

⠀⠀No la había oído llegar, no porque durmiera excelentemente, sino porque a pesar de tener una cama medianamente cómoda, prefería dormir en la bañera, no por gusto ni comodidad, si no por seguridad.
Había aprendido a formar una figura en relieve con algunas mantas y sábanas de sobra que se hacían pasar por ella. Si alguien lo destapaba, activaba un pequeño hilo de pescar ingeniosamente atado que, desde el cabecero de la cama hasta el baño por debajo de la puerta, activaba una hoja de papel enrollada de forma alargada que le acariciaba el rostro, despertándola. Entonces así sabría que la habían encontrado.

⠀⠀Esa misma noche se había preparado una sábana y había dormido en la bañera como tenía previsto. Realmente era asqueroso dormir ahí; estaba lleno de telarañas y manchas de dudosa proveniencia, pero prefería su seguridad antes que la comodidad.
Se acomodó e intentó dormir sobre la dura y fría superficie de la tina, pero le era imposible; al final del día, la rubia siempre acababa recordando los momentos con su hermano, y una lágrima recorría su mejilla como ácido.
Entonces, con un hilo de voz lanzaba al aire:
—Voy a encontrarte, Aether.

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