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Todos nos hemos enamorado alguna vez... Nos han rechazado o correspondido, nos han traicionado o nosotros hemos traicionado.
Quizás en esa relación el o ella cometió un error que arruinó dicha relación o a lo me...
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26/03/1989 10:27 a.m.
Era un día fresco, los cerezos estaban floreciendo, el viento era muy refrescante, la poca nieve que había se estaba derritiendo debido a que el invierno estaba llegando a su fin y el inicio de la primavera iniciaba, así como está historia...
Aquella primavera del 89, en una paletería el hilo rojo del destino se encargaría de darles el primer encuentro a dos niños de tan solo unos 8 años que no sabían que en sus meñiques ya poseían su hilo rojo del destino y mucho menos que estaban conectados por el siendo así almas gemelas.
Dos niños estaban apuntó de agarrar la última caja de paletas de sabor fresa y mora, ambos agarraron la caja al unismo así tocándose las manos para rápidamente quitarlas y verse el uno al otro.
Tu... Ibas a agarrar esa caja ¿cierto?-mencionó una dulce niña pelinegra ojos color ámbar-
Ammm... Si, si lo iba hacer, pero parece que tú también-agregó el niño rubio ojos violeta-
Oh...-ambos niños se quedaron unos minutos callados viendo la última caja de paletas, en breves momentos se miraban de reojo, pero rápidamente volvían a ver la caja al conectar sus miradas-Bueno pues agarra la caja.
¿Ah?-el niño vio boquiabierto a la dulce pelinegra quien le miraba con una sonrisa tierna-N-no agarrarla tú...
-la pelinegra solo lo vio unos breves momentos para luego reír-Que tal si compramos ambos la caja y luego agarramos mitad y mitad de las paletas ¿qué dices?
¿Mmm? me parece bien-respondió el rubio para así ambos agarrar la caja de paletas he ir a la caja registradora así ambos poniendo mitad de dinero, una vez afuera de dicha paletería la pelinegra hablo-
Bien agarramos la mitad de las paletas ¿de acuerdo?-dijo la pelinegra con una sonrisa de oreja a oreja-
Ah claro... Mmmm... Oye ¿no te molesta si solo agarra la mitad de las paletas de sabor mora?-dijo un tanto tímido el rubio- es que son mis sabor favorito. -
Oh claro que no yo prefiero las de fresa-agregó la pelinegra para darle al chico las 20 paletas sabor mora- ten, toma esas son las tuyas.
Muchas gracias -el rubio tomo las paletas de mora para regalarle una sonrisa a la pelinegra-
¡¡De nada!!, bueno adiós!! -la niña se fue corriendo sin dejarle decir nada al rubio, el solo vio como ella se alejaba hasta llegar con un niño pelinegro y así ambos pelinegros irse juntos mientras aquel rubio se quedaba pensando en esa hermosa y dulce pelinegra a su vez preguntándose de cuál era su nombre, porque fue tan amable con un desconocido y si la volvería a ver. -
