Shinichi, un Capitán General del Imperio del Norte encargados de proteger la paz del Imperio, un miembro de alta importancia y figura de respeto. Por otra parte... Kaito, un peligroso ladrón fantasma capaz de burlar a todo un pelotón de soldados imp...
"El Capitán General conoce la identidad del Líder Rebelde"
Shinichi Kudo el proclamado Capitán General del Imperio, se decía que con su espada y su gran habilidad podía detener a todo un ejército completo sin apoyo, que una sola de sus palabras podía poner de rodillas a todo el que se le enfrente y que su belleza era comparable al de un reluciente diamante. Claro todos esas son exageraciones.
Shinichi no era nada más que un joven de 20 años, si bien si era un muchacho sobresaliente en cuanto a inteligencia y habilidad en combate, no era tanto como la habilidad de derrotar a dicho ejercito; el era más como un soldado inactivo que actuaba tras bambalinas, creando el plan de ataque y defensa para asegurar una victoria y solo pelea cuando es realmente necesario. En cuanto a su belleza, el mismo ni estaba seguro de cómo calificarse, tenía una piel blanca y suave, su cabello era de un negro brillozo y sus ojos azules adornando ese rostro de facciones delicadas. Tal vez no era el más hermoso del planeta pero el se consideraba al menos gozar de algo de belleza.
Al ser el Capitán General, era una de las figuras más importantes y respetadas en todo el Imperio. No era extrañó que el Emperador lo convocase a reuniones privadas para todo tipo de asuntos que estén bajo su criterio.
Pero esa noche, lo extraño fue ser convocado a las 3 de las noches. Cuando el ya estaba en sus aposentos durmiendo pacíficamente, alguien toca a su puerta unas cuantas veces lo suficientemente fuerte para despertarlo pero no tanto como para molestar a los demás. Shinichi rara vez dormía con profundidad, por lo que al primer golpe el despertó notando la tenue luz narajonsa de una vela tras la puerta.
"General Kudo" murmuró el mayordomo.
Tras colocarse perezosamente una vata negra, abrió la puerta.
"¿Si?" Cuestionó mostrando una expresión carente de emociones, algo que heló la sangre del mayordomo por el miedo.
"P.p.p.p... Perdón por m.m.molestarlo tan tarde pero..." tartamudeo a duras penas.
"¿Pero?" Volvió a cuestionar alzando una ceja.
Sudor frío corrió por la frente del mayordomo y después de un trago de saliva pronunció.
"Su alteza el Emperador me mando a decirle que espera poder hablar con usted ahora en su estudio"
Su ceja se alzó más y sus labios se abrieron en una pequeña abertura, de donde se escuchó un suave y ronco "¿Ah?".
'¿Su alteza?... ¿Quiere verme justo ahora?' Pensó, frunció sus labios y cejas.
El mayordomo que seguía frente a el, se quedó quieto con la cabeza gacha mirando como danzaba la llama de la vela en sus temblorosas manos mientras esperaba pacientemente una respuesta.
Shinichi froto su cuello y soltó un suspiro.
"Ve y dile a Su alteza que estaré ahí en un rato ".
El mayordomo se inclinó en afirmación y regreso por el mismo camino, desapareció entre ese largo corredor del castillo.
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