Cositas Birdflash UwU

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Me sentí más inspirada a hacer una de las sugerencias de GiselaTrejo4 , así que si lloran en esto, culpa mía no es.
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Dick y Wally se encontraban recostados en el sofá, tenían un programa puesto en la televisión, pero realmente, solo era para tener ruido de fondo. Tenían el álbum de fotos en sus manos, iban pasando cada una de las páginas, eran tantos recuerdos que tenían guardados ahí, desde su primera aparición juntos (que más que foto era un recorte del periodico), lo mismo con la inauguración del equipo el 4 de julio, y muchas cosas más.

Llegaron a la parte de las fotos de su primera cita, había sido una cita muy común para como ambos eran, habían ido a un lugar de juegos, similar a una feria, pero en el interior, el pelirrojo sonrió al ver la imagen de ellos dos en la caseta de premios, cambiando los boletos por un oso de peluche gigante.

– ¿Recuerdas este dia? Fue de lo más divertido.

– Lo hago, recuerdo que te querías gastar todo el dinero en la comida del lugar, y la pizza ni siquiera era buena.

– Si, pero me refería más a cuando estábamos en el juego de disparar a los patos, pensaba que te iba ganando pero resulta que tu eras el jugador uno, y yo era el jugador dos… Fue de mis momentos más vergonzosos cuando de tu lado salieron como 150 tickets y del mío solo 30.

– Pero al final no eran tus tickets, o mis tickets, eran nuestros tickets. – Beso sus labios antes de dar vuelta a la siguiente hoja del libro, ahora eran fotos más que nada con sus amigos o en (incómodas) cenas con la familia del otro.

Seguían pasando las hojas, mirando todos los recuerdos que habían ahí, estaba la demasiado rara selfie que Wally se había tomado con Bruce el dia que fue a pedirle la mano de Dick, en la que también aparecían atrás los hermanos del petirrojo listos para cortar la cabeza del chico.

Las fotos de la propuesta de matrimonio, había sido algo muy peculiar, primero quería hacerlo en un muelle, en el amanecer, pero claro, un villano tenia que aparecer justamente, lo que retraso esto, después, pensó que tal vez algo no tan elaborado, estaban simplemente en un parque local, y segundos antes de sacar el anillo, una explocion en el edificio de enfrente interrumpió nuevamente el momento, y ya al final del dia, estaban ambos saliendo de tomar una ducha, cuando de la nada, Wally solo le dice ¨¿Quieres casarte conmigo?¨ y mostrándole el anillo.

– Aun no puedo creer que solo lo hayas dicho como si nada, fue como preguntar si me gustaría cenar comida china o italiana.

– Pero aceptaste, así que mi plan funcionó a la perfección ¿O no?

El menor negó con una sonrisa, que solo se amplió más cuando pasó a las fotos de la boda, eran fotos realmente sencillas, ya que la boda había sido igualmente así, pero por más simples que fueran, tenían un gran significado para ellos dos.

La sonrisa de ambos casi desapareció cuando se dieron cuenta que las fotos que seguían, eran las de el cumpleaños 25 de Wally, no sabían si ya estaban listos para afrontar todo lo que seguía a partir de ahí.

– No tenemos que seguir viendo si no quieres. – El pelirrojo tomó la mano del menor, tanto en señal de apoyo, como para detenerlo de darle vuelta a la página.

– Tenemos que hacerlo, ya han pasado meses y… Si no lo hacemos ahora ¿Cuándo? – Apretó un poco la mano de su esposo, antes de pasar a las fotos.

Las primeras tres fotos que estaban, eran totalmente normales, fotos de Wally con su familia, con sus amigos, y, obviamente, fotos con el pastel de cumpleaños. Después, eran las fotos de los regalos, había varios que aún conservan, como el enorme plato para sopa que Artemisa les había regalado, y unos que no duraron mucho en sus manos, como la tarjeta de regalo para McDonald's que Bruce le dio.

Después, estaban fotos que no querían ver, era una pequeña caja que Dick le había hecho, la secuencia de fotos era, Wally con la caja frente a él, Wally levantando la tapa, Wally gritando, y al final era una foto de la pareja con un ultrasonido que decía “Papá pensó que yo sería suficiente regalo". Eran fotos hermosas, pero igual eran más nostálgicas que nada.

Habían dejado el álbum de lado, para tomar la caja que también habían llevado a la sala con ellos, los ultrasonidos, vieron el primero, era de las 5 semanas, apenas lograban ver algo, pero para ellos era hermoso. El de la semana 9 ya era más fácil de distinguir al pequeño, según había dicho el mayor en la cita “Es como un camarón de Maruchan". El siguiente fue a las 13 semanas, donde el pequeño estaba de brazos y piernas cruzadas, sin parecer tener intenciones de moverse, ambos lo encontraron divertido en ese entonces, ahora mismo estaban luchando mucho para no llorar mirándolos.

La semana 17 había llegado, y con ella, un nuevo ultrasonido, el bebé estaba en la misma posición, manitas y piernas cruzadas, como un pequeño enojon. Dick saco la ultima imagen que había ahí dentro, era de la semana 21, donde la doctora les había informado que algo estaba mal, el bebé no se había movido en estas últimas semanas, pero había latidos fetales, lo que solo significaba una cosa.

– Osteogénesis imperfecta…

– Tipo dos, la más grave de todas

Osteogénesis imperfecta, los huesos del bebé se rompen con demasiada facilidad, y en este caso, pasaba dentro del vientre, por ello no había movimiento.

– ¿De verdad hicimos lo correcto?

– Hicimos lo único que podíamos hacer, si el embarazo seguía adelante, solo era más sufrimiento para el, interrumpirlo fue, queramos o no, la opción más humana para no hacer sufrir a nuestro pequeño.

La doctora les había mostrado sus opciones, y un parto prematuro era lo más aconsejable, después de muchas pláticas, discusiones que terminaron en llanto y más pláticas, era lo que habían decidido. Fue difícil el tener que firmar la orden de no resucitación para el bebé, el tener que firmar las hojas del certificado de muerte antes de siquiera nacer el pequeño, pero sabían que lo peor estaba por venir.

Lo siguiente que Dick sacó de la caja, era la foto más dolorosa, pero de cierta manera, también amorosa de todas. Eran él y Wally en la cama del hospital con su bebé en brazos, a este punto ambos ya estaban con lágrimas bajando de sus ojos, era la primera vez que veían esa foto desde que le pidieron a una enfermera que la tomara, para así nunca olvidar el resto de su pequeño.

– Jamás podré olvidar lo suave que eran sus mejillas, o su poco cabello, estoy seguro que hubiera sido pelirrojo como el tuyo

–  También lo recuerdo, el cómo tomo uno de mis dedos con fuerza, se sintió tan lindo, hasta que…

– Hasta que lo soltó, lo sé...