Mónica
Después de todo lo que ha pasado, todo lo que hicimos fue en el pasado y no tenía por qué definirnos, a pesar de que sabía que era mi turno de pagar por mis pecados y lo peor era que no se comparaba en absoluto con lo que los otros hicieron, después de escucharme probablemente ya no querrán ayudarme a escapar si alguna vez podrán salir de aquí con vida no dudarán en dejarme. Algunos ruidos familiares me distrajeron de mis pensamientos, y el sonido de los pasos confirmó que él había vuelto.
—Te traje a un amigo, para hacerte compañía— dice el misterioso hombre mientras arroja a otra persona a una habitación de a lado.
—¿Qué es esto? Una maldita colección —dice André desde su habitación.
—Se puede decir que si, como sea, nos quedamos con Eliza la última vez, y ahora es el turno de Mónica —dice el hombre misterioso mientras abre la puerta de mi habitación.
—Genial, volvamos a esta mierda. Porque este tipo perfecto es el Dios que nos juzga por lo que hicimos —dice André dándose la vuelta.
—Me encanta tu sentido del humor André, teniendo en cuenta que todavía no decido qué hacer contigo, pero de todas formas hoy Mónica nos dirá que paso el día del viaje del equipo de baloncesto —dice el hombre misterioso mientras se acerca hacia mí.
—¿El día del viaje escolar...? —pregunto con voz temblorosa.
—Así es, quiero que digas todo en detalle, sin esconder nada de lo que ocurrió de regreso de ese viaje—responde el hombre misterioso.
—Ese día que volvíamos del torneo nacional de baloncesto, íbamos en el bus cantando las típicas canciones de viaje, pero a mitad de camino el chofer no vio la peligrosa curva y el bus se cayó por el barranco dando vueltas, alcancé a salvarme gracias al cinturón de seguridad y porque yo no estaba del lado de la ventana, pero el conductor y un compañero de nuestro equipo murieron, otros dos resultaron gravemente heridos en los brazos y las piernas —explico con un nudo en la garganta.
—¿Qué pasó después, Mónica? —me pregunta el hombre misterioso.
—Bajamos todos del autobús y sacamos a los dos muertos, sacamos todo lo que traíamos con nosotros, y revisamos si teníamos señal con los celulares, pero estábamos en un punto muerto y no había señal por ningún lado, así que encendimos una fogata para llamar la atención de alguien, gritamos hasta que nos doliera la garganta —respondo recordando todo lo que paso.—La entrenadora trató de explorar la zona, pero el bosque era muy espeso y era muy fácil perderse, así que sin éxito, racionamos la comida que trajimos de lo que sobró del almuerzo para 3 días —agrego.
—¡¿Dónde estoy, sácame de aquí?! —grita el joven desde la otra habitación.
—Buena manera de interrumpir nuestra sesión, ¡cállate ahora si no vas a tomar su lugar! —El hombre misterioso grita enojado por la interrupción.
—No te preocupes novato, después de esto serás el siguiente —dice André desde la otra habitación.
—Será mejor que le hagas caso si no quieres perder una parte de tu cuerpo demasiado rápido —responde Eliza observando sus muslos sin el resto de sus piernas.
—Gracias por explicarle todo, ahora sigamos —dice el hombre misterioso mirándome fijamente.
—Paso el primer día y no había señal de que viniera alguien a rescatarnos, probablemente pasaban autos desde arriba, pero ninguno se paró y no se tomaron la molestia de revisar porque ahí estaba ese trozo de barandilla despegado del resto, pasó el siguiente día y todos empezamos a estresarnos al estar aislados con la incertidumbre... de si vendría alguien a rescatarnos —explico tratando de contener las lágrimas
—Siguió el siguiente y aunque tapamos los cuerpos con unas mantas, se empezaba a sentir el olor de descomposición. Entonces la entrenadora destapó los cuerpos para que tuviéramos algo para comer, aunque no fue suficiente y una de las chicas se infectó con la comida, creo que no todas las partes estaban bien cocinadas, estaba muy mal y teníamos hambre, entonces la mataron para comérsela, cortando las partes estropeadas para que nadie más muriera... —digo entre sollozos.
—Te comiste a mi hija, la mataste como un animal y te la comiste como una salvaje —responde el hombre misterioso.
—Pensamos que moriríamos allí, no vino nadie y... —respondo sin dejar de llorar.
—Sobreviviste al igual que el resto, pero lo que hiciste fue imperdonable y salvaje como un animal. Incluso puedo confesarte que estaba planeando dejarte al último, para disfrutar mejor de tu castigo; sin embargo, capture antes de lo esperado logre capturar a Erick, pero ahora no te salvarás a Mónica, ahora pagarás por lo que hiciste —dice el hombre misterioso mientras comienza a deformarme la cara con un cuchillo.
Sin fuerzas para gritar, solo pude quedarme quieta frente al cuchillo de un padre furioso que no dejaba de cortarme la cara una y otra vez, pero en mi mente me sentía como Arleth cuando estaba tirada en el suelo, antes de que le aplastaran el cráneo con una piedra para que pudieran matarla y comerla. Estaba impotente ante la crueldad de mis actos que me llevaron hasta aquí y que solo podía aceptar antes de caer inconsciente...
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La cabina telefónica
Mystery / ThrillerUna serie de desapariciones han conmocionado a la población londinense, ya que dichas desapariciones ocurrieron con personas que no parecen tener nada en común a simple vista, lo único similar en estos casos es que la última vez que los vieron fue c...