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Mini historia.
Channie y Min, son mejores amigos desde la infancia, y ahora que están en la Universidad comienzan a aceptar sentimientos que han ido creciendo con el pasar de los años.
El alma de esta historia son una mezcla de lo que m...
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—Vayamos a mi habitación... ¿tú quieres?.-
-Sí...
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Chan tomó del suelo las camisas de ambos y camino detrás de Minho, que sostenía su mano.
Abrió la puerta de su habitación y se apoyo en está dejando pasar al mayor. Este se giró en cuanto entró y lo atrajo hacia él de la cintura.
Minho caminó empujandole hasta que llegaron a cama, soltaron el beso y unieron sus frentes jadeando.
—¿Estás seguro de esto? Ninguno de los dos tiene experiencia, podría ser un desastre. -
—Yo estoy seguro, tú decides.-
Le dice mientras acariciaba su mejilla, dejando besos cortos.
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Minho respiro profundo y no contesto, en lugar de eso lleva sus manos al cierre del pantalón de mayor, y este profundiza más el beso mientras siente su cierre bajar y su erección libre, sin dejar de besarle sus manos hicieron lo mismo con el pantalón del castaño, separandose solo para girarlo y recostarlo lentamente sobre la cama.
Las manos de ambos viajaban desesperadas por la piel ajena acariciando y apretando, sus miembros se rosaban entre sí, provocando gemidos entre el ardiante beso.
—Por Dios Channie... aaaaaahhh debo prepararme.-
—Yo cuidaré de ti, solo dime donde tienes lubricante.-
—Cajon derecho.-
Chan se separa y Minho jadea al verlo completamente desnudo frente a él.
Se cubre la cara avergonzado, seguro de que vendrá en cualquier momento solo por los besos, caricias y la expectativa de sentir a Chan en él.
—Eres perfecto.-
El menor quita sus manos de su cara y ve a Chan frente a él observando cada detalle de su cuerpo.
—Maldición Chan me harás venir, por favor tocame.-
El mayor se acerca obediente y vierte un poco de lubricante en sus manos, tomando con una de ellas el endurecido y goteante miembro del castaño, acariciando lentamente, mientras con la otra masajea debajo de sus nalgas.
—Channie, no podré resistirme.- Este gruño, sentía que se correría de ver como provocaba que se arqueara la espalda del menor.
Entonces le abrió las piernas y acercándose lo más posible tomando su miembro y uniendolo al del castaño, acariciandolos juntos.