Antáryon

La playa

Estaba amaneciendo cuando Antáryon aun despierto cabalgaba hacia el sur con la pequeña niña dormidita. Al coger por un hermoso sendero lleno de árboles siguiendo el curso de un río llego a una hermosa playa de arena blanca y aguas cristalinas, solo se veía el mar, estaba en una pequeña cala, la playa estaba escondida entre acantilados y parece ser que el único sitio para llegar hasta allí era ese. Se bajo del caballo, bajo a la chica y se echó una siesta bajo los primeros rayos del sol. Cuando despertó al cabo de unas horas escucho risas y vio a la pequeña niña jugando en el agua. Antáryon al verla solo sonrió y la observó hasta que la niña se dio cuenta y decidió acercarse al el. Cuando la niña se sentó en la arena Antáryon saco un poco de comida y le ofreció a la niña, que tímida cogió un poco.
-Por cierto, ¿Cómo te llamas pequeña?- dijo Antáryon
-Me llamo Sefira- dijo la niña
-Bonito nombre, ¿y qué edad tienes Sefira?- preguntó el muchacho
-15 años cumpliré el próximo invierno- dijo Sefira
-Bueno, pues creo que ya eres mayor para que aprendas a utilizar una espada, así que levanta y toma esta- dijo Antáryon ofreciéndole una espada de madera
Sefira lo primero que hizo fue atacar a Antáryon creyendo que tendría fuerzas pero la espada pesaba más de lo que esperaba, el chico le enseño posiciones de defensa y como debe de dar los golpes y estuvieron horas entrenando tanto dentro como fuera del agua hasta que estuvieron cansados y decidieron tumbarse para ver el atardecer.
-Que lugar mas bonito, me encanta el mar- dijo Sefira
-A mi también, nací en un lugar donde el mar era su fuente principal de vida, y ver lugares como este me hacen sentir muy bien- dijo Antáryon
-Eres un gran hombre Antáryon- dijo ella
En ese instante Antáryon se sonrojo y esbozó una sonrisa y dejo la mirada perdida en el atardecer. Instantes después, cuando la luz se fue y llegaba la hora de dormir los dos se tumbaron, uno al lado del otro, Antáryon tenía el brazo debajo de la cabeza de Sefira, y los dos observaban las estrellas sin decir nada.
-Gracias- dijo Sefira abrazándose mas a Antáryon