•05• Not Fine • ksj x jjk

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—¿Viste a esos maricones en la tarde? Parecía que iban a coger ahí mismo en el puto pasillo del supermercado. Esa mierda debería ser ilegal, no deberían poder comprar en el mismo horario en que van los niños inocentes que tienen que ver a tipos anormales como esos. 

Jungkook tomó un largo trago de su cerveza sin dejar de mirar a su hermano, Ethan. No quería hacerlo, por supuesto que no, pero había viajado muchos kilómetros para ver a su familia y aunque los había extrañado no podía dejar de sentir un sabor realmente amargo en su boca ante ese monólogo de mierda. 

¿Recordaba a esos dos tipos siendo libremente felices mientras hacían sus compras? Si, lo recordaba, recordaba exactamente como se veían tranquilos, como se sonreían con cariño y complicidad mientras hacían algo tan sencillo como salir de compras.

—Te digo hermano, si tuviera que pasar un día con tipos como esos me daría un tiro. Lo digo en serio. 

Jungkook quería salir de ese lugar, pero antes quería tirarle la cerveza en la cabeza a su hermano y dejar de escuchar la mierda que estaba diciendo, pero al contrario de eso se puso de pie y en el camino se terminó lo que quedaba de su botella. Se metió a la cocina y la tiró en el basurero. El ladrido de un perro le hizo mirar hacia la ventana que daba hacia la calle, parecía provenir desde el mismo ante jardín de los Jeon por lo que Jungkook se acercó a la ventana y corrió la cortina, solo asomó sus ojos y cuando observó al perro que estaba ladrando hacia la ventana él pegó un salto. 

Era un perro negro con marrón, enorme, pero se veía joven, como un cachorro gigante. Sin siquiera pensarlo abrió la puerta de salida y rodeó la casa para ver de más cerca al perro. 

Cuando llegó hasta él de inmediato dejó de ladrar, Jungkook se arrodilló en el pasto y esperó. 

Sabía que esa era la mejor manera de darle confianza a un perro que no lo conocía y mientras esperaba miró a su alrededor, ¿De donde había salido el can? No recordaba haber visto a animales en el pasaje en donde sus padres vivían hace más de veinticinco años, pero tampoco podía estar seguro ya que sólo llevaba un par de días en la ciudad. 

El perro finalmente se acercó y se dejó acariciar, Jungkook sonrió feliz y estiró su mano para rascar detrás de la oreja, el perrito parecía relajado y se echó al rato entre sus piernas. Jungkook no dejó de acariciarlo distraídamente ahora mientras veía el atardecer entre medio de las casas y árboles. 

—¿Duende? 

Jungkook miró hasta la reja de la casa y se quedó varios segundos viendo al hombre que estaba parado a pocos metros de él. 

—¿Seokjin? —de golpe Jungkook se puso de pie y caminó hasta la reja. 

—No sabía si eras tú… Estás cambiado. 

—No sé si he cambiado tanto, en cambio tú sí que te ves diferente. 

—Es el pelo —Seokjin apuntó su cabeza —después del servicio militar me lo teñí y dejé crecer. 

—Cierto, el servicio militar. 

—Si —Seokjin metió las manos en su abrigo y se meció levemente —hace frío, ¿Que haces aquí? 

—Oh, es que había un perro ladrando y salí a verlo y he estado jugando con él. 

—¿Un perro? 

—Si —Jungkook se giró para mostrar al can pero no había rastro alguno de él.

—Te saludé porque me resultó curioso que estuvieras agachado mirando hacia la nada, pensé que te había dado alguna crisis de ausencia o algo así. 

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⏰ Última actualización: Mar 17, 2022 ⏰

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