Déjalo salir

Es lo mejor

Jason estaba hundido, pues solo quería pasar el examen de medicina; mientras que Roger le dio la respuesta a tal desesperación. 

—Conozco una manera.

—¿En serio? Por favor, dímela, es mi tercer intento y si repruebo... mis padres ya no me reconocerán.

Un largo suspiro atravesó el ambiente. Realmente le costaba decirle a Jason sobre eso, él era su amigo.

—En el sótano de la vieja biblioteca del pueblo hay una computadora, te dará todo el conocimiento que necesites, sin embargo...— no terminó de decir cuando Jason ya se encontraba sacudiendo su mano enérgicamente en señal de agradecimiento.

—De verdad, no sabes cuanto aprecio esto, muchas gracias— pronunció mientras lagrimas de felicidad comenzaban a rodar por sus ojos, sabía que Roger podría ayudarlo, él nunca se equivocaba. En ese momento, el chico de mirada profunda le detuvo.

—Sin embargo, hay dos condiciones para que funcione; primero, debes hacer la búsqueda el domingo a las 12:00 a.m.; segundo, no debes volver a hacer una búsqueda después de esta.

Jason se encontraba un poco confundido por la advertencia, de todas formas, no vaciló en asentir, darle un abrazo a Roger y correr del lugar directo a su casa.

Un extrañado Jason se encontraba mirando sus pasos en el camino, no entendía porque debía usar solo una vez aquel atajo, por el contrario, no había problema con usar esa computadora una vez al menos, así que sus pasos se convirtieron en pequeños saltos de felicidad, finalmente pasaría su examen, así que esperó pacientemente el domingo.

No sabemos exactamente cómo, pero Jason logró colarse hasta el sótano aquella noche de domingo y tal cómo dijo su amigo, una computadora yacía ahí esperándole. Pulsó el botón de encendido y la pantalla se iluminó casi al instante, esperó a que el viejo equipo cargara y para su sorpresa, el equipo estaba listo para usarse en menos de 20 segundos. En el monitor apareció en automático un buscador que desconocía completamente, aunque este ya estaba listo para usarse. Rápidamente tecleó "Respuestas del examen de ingreso a medicina de la universidad nacional UF", dio enter y en ese mismo momento consiguió el examen completo... sin embargo, no solo ocurrió eso; al mismo tiempo comenzó a temblar todo su cuerpo, la cabeza le daba vueltas y...todo se volvió negro. Abrió los ojos y miro el reloj en su muñeca, eran las 4 de la mañana, aún tenía tiempo de salir de ahí antes de que abriesen. Se levantó casi de un brinco, apagó la computadora y salió nerviosamente de ahí.

A los días llegó el día del examen, Jason se sentía vació, como si no tuviera información alguna de lo que había estudiado, no aquel domingo, sino lo que había estudiado desde hacia años. Era tan preocupante como para ponerte a llorar antes de que comenzara.

Un profesor dejó la hoja para las respuestas en su mesa junto al cuadernillo de preguntas, acto seguido el sonido de un silbatazo llenó el salón, era el momento de de comenzar. Leyó la primer pregunta y antes de siquiera ver las respuestas, esta vino instantáneamente a su cabeza; lo mismo pasó con la segunda, la tercera y cada una de las preguntas de todo el cuadernillo. Pasados 40 minutos se dio aviso del final de la primera parte, en cambio, Jason ya había terminado absolutamente todo, pero claramente decidió esperar media hora para no levantar sospechas y marcó un par de preguntas mal a propósito.

Pasado un mes los resultados del examen fueron publicados y como era de esperarse, Jason no solo había pasado, sino que obtuvo la puntuación más alta. Tales resultados dejaron perplejo a Jason, no podía creer que tal poder fuese gracias a un vistazo a aquella computadora, así que en ese mismo instante un pensamiento pasó por su cabeza, "y ¿si uso de nuevo el encanto de esa computadora? podría devorar tanta información como para convertirme en un médico reconocido mundialmente."

La noche del sábado llegó y junto a ella Jason, que volvió a escabullirse en la biblioteca, pero no esperaba que en esta ocasión un viejo estuviese sentado junto a la puerta del sótano. Estaba dormido el hombre, así que Jason trató de entrar haciendo el menor ruido posible. Abrió la puerta y un leve rechinido se escuchó.

—Yo no lo haría de nuevo, muchacho, Roger siempre me pide que les advierta cuando vuelvan a venir, en ti esta si entras de nuevo, ya estoy muy viejo como para levantarme a detenerte— dijo para después callar y volver a cerrar los ojos.

No tenía idea de cómo podía conocer a Roger ese hombre, él era relativamente nuevo. No importaba nada ahora, Jason entró de todos modos.

Esperó a que la computadora cargara y que el buscador apareciera nuevamente iluminando así todo el sótano. Escribió "libro de anatomía humana de Latarjet", la información del libro brotó ante sus ojos, esta vez fue diferente, no se sintió mal, sino que era como si cada frase entrará en su cerebro a la fuerza; más búsquedas relacionadas aparecían y continuaban metiéndose en su cabeza. Todavía no volvía a experimentar la sensación de la última vez, nada se ponía en negro o se desmayaba, una extraña fuerza no le permitía caer, lo obligaba a seguir consiente. El monitor ya no solo tenía búsquedas relacionadas, sino que ahora tenía una explosión con cientos de pestañas abiertas; videos de YouTube, artículos científicos, redes sociales, la Deep web, sitios de compras de absolutamente todo tipo de productos y servicios.

En algún punto se percató de que sus piernas sí respondían, así que se dirigió a la puerta y pesadamente salió del lugar, con la cabeza a punto de explotar.

—Ahí va otro más— declaró el anciano con los ojos cerrados.

Se detuvo justo en el puente que atravesaba el río, acto seguido se lanzó sin más desde el. Cayó entre las rocas, dándole así una muerte instantánea.

Roger emergió de entre la obscuridad para ver mejor aquella escena.

—Se lo advertí, nadie puede aguantar la perversión humana que se encuentra en internet, es por ello que todo el acceso y conocimiento absoluto de ella estos grados, los lleva al mismo destino que tal vez... es lo mejor.