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Llegamos al Daisy Mart a toda velocidad

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Llegamos al Daisy Mart a toda velocidad

—Ahhh... Qué estás haciendo? — preguntó Mei nerviosa —Mamá no es para tanto — le dije pero ella no me escuchó y se bajó del carro

—Jojojo! Qué loco — dijo Tyler al ver a Mei —Hola nerd — me saludó Tyler ¿Nervioso?

Mamá llegó al mostrador de la tienda y señaló a Devon—Tú! — exclamó e hizo qué Devon se hiciera para atrás —Qué le hiciste a mi Mei-Mei?! — reclamó mamá

—A... quién? — preguntó Devon confundido —Meilin Lee, justo aquí — Tyler señaló a Mei y yo le di una palmada en la mano para qué la bajara

—Debería reportarte a la policía. Qué edad tienes?! 30? — mamá interrogaba al pobre de Devon —Ammm... cumplí 17 — respondió nervioso

—Ah.. oíste, oíste. Eso es lo qué pasa cuándo no usas bloqueador y te drogas. Es una niña dulce e inocente y tú decidiste aprovecharte de ella — dijo mamá recomponiéndose y sacando unas hojas

Vi qué Mei entró en pánico mientras ambas corríamos a dirección de Devon y mamá la cuál depositó los dibujos de Devon en forma de tritón sobre el mostrador y todos sus amigos los vieron

Pude ver la cara de terror mezclada con vergüenza de Mei pero antes de hacer algo mamá interrumpió —Eñ Daisy Mart a perdido a un leal cliente — anunció mientras ponía sus manos en los hombres de cada una y nos dirigió a la salida

Mei estaba atónita aún cuándo nos subimos al carro —Qué suerte qué yo estaba aquí, ese degenerado no te volverá a acercar, a ninguna de las dos — dijo mamá

—Díganme, hay alguna otra cosa qué deba saber niñas? — nos preguntó mamá y con la sonrisa más forzada negué y Mei copió mi acción.

Estaba sentada en la orilla de la cama de Mei mientras ella le gritaba a su almohada y se reprochaba por haber dibujado eso

—Porqué dibujaste esas cosas! Esas horribles cosas sexis! — se decía Mei a si misma

—Mami~ de verdad lo siento ~ lloriqueaba Mei —_____~ mi hermana favorita ~ soy una decepción ~ me decía Mei abrazándome y yo le daba palmaditas en la cabeza

Vi cómo Mei arrancaba sus páginas de su cuaderno para después finalizar tirándolo por completo —Qué no se vuelva a ocurrir — se dijo a si misma en el espejo

—No deberías de decir eso, hiciste algo qué te gustó — mencioné mientras ella se acostaba en la cama —Pero ella lo vió — dijo Mei

—Por eso debes ser más cautelosa — le dije —La siguiente vez qué hagas algo "inapropiado" sólo llámame para ayudarte a ocultarlo — bromeé mientras salía del cuarto

—Gracias ______ y claro qué te llamaré — me dijo mientras yo proseguí a salir del cuarto y Mei apagó la luz.

La escena del templó en llamas con una luz roja iluminando el lugar y las estatuas de los pandas con expresiones frías estaban frente a mí

Mire a los integrantes de 4-Town convertidos en nubes pero no eran para nada adorables

Julian me veía con una cara de desprecio y una secuencia de imágenes muy bizarras se presentaron a gran velocidad.
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—Ya basta! — grité despertándome de un sólo —_____! Mei-Mei! Despertaron? — nos llamó mi mamá y yo todavía estaba adormilada y con los ojos cerrados

—Oye Mei, me dejas entrar al baño, no te voy a ver — le dije detrás de ella con los ojos cerrados todavía

—mmm... está bien — dijo ella mientras bostezaba frente al espejo y de pronto calló —Qué pasa Mei? — pregunté viendo al espejo

—Ahhhh!/AHHHHH! — gritamos yo y Mei —Qué es esto?! — pregunté histérica mientras miraba todo el pelage que me rodeaba y me miraba en el espejo

Mei y yo éramos dos Pandas rojos muy grandes y panzones y apestosos por cierto y de pronto escuchamos un toque

—Niñas, están bien, qué están haciendo? Les duele algo — decía mamá mientras tocaba la puerta del baño —Tienen fiebre! Escalofríos! Náuseas! Estreñimiento? — mencionaba mamá

—No! — negué —será eso — mencionó mamá —Acaso la flor roja abrió sus pétalos? — preguntó mamá —¿Qué? No! — dije —Tal vez... — me corregí

Mei intentó salir por la ventana mientras qué yo la empujaba —Tu puedes! — la empujaba pero no cabía y mi pie se atascó en el servicio

Nosotras nos metimos a la bañera y cerramos la cortina —Todo va a estar bien — dijo mamá entrando al cuarto —porqué no dejas de mentir y te largas! — grité molesta y me tapé la boca al instante

—Disculpa. — dijo mamá —Amm... mami perdóname estamos todas rojas y huele muy feo! — lloriquee —Si mamá, soy un horrible monstruo rojo! — lloró Mei —Cállate ya no hables — Mei se abofeteó a si misma

—Niñas se qué se sienten molestas pero juntas vamos a enfrentarlo — dijo mamá —Traje ibuprofeno, vitamina B, agua caliente y toallas! — dijo mamá

—Ajá qué lindo, ponlas en el lavado — dije y mamá quería explicarnos lo qué nos pasaba y sobre cómo nos convertíamos en mujeres y nuestro cuerpo iban a cambiar mientras se acercaba peligrosamente a la cortina

Cuándo la abrió no nos observó ya qué el sonido de la alarma llamó su atención; su avena se había quemado lo qué nos dió tiempo a mi y a Mei de salir del baño y correr a nuestro cuartos

—Ya cálmate, mañana cuándo despierte estaré normal — me dije mientras me recostaba en mi cama pero las patas de está se rompían haciendo qué la cama se bajará

Comencé a respirar hondo y tratar de calmarme —1, 2, 3 — contaba mientras respiraba y mi cola desaparecía

Me levanté y me vi en el espejo y traté de relajarme tomé un peluche de mi cama y lo apreté con mis brazos contra mi pecho y seguí respirando

De pronto el panda desapareció y era mi yo de siempre pero con la diferencia de qué mi cabello ahora era rojo —Ya cálmate, eres ______ Lee y esto no te detendrá porqué eres una adulta madura — me dije tratando de mantener la calma

Mamá nos fue a dejar a la escuela lo cuál me pareció increíble ya qué no sabía lo qué pasaría si veía a Julian en el autobús, Mei llevaba un gorro rojo y yo llevaba uno azul cielo

—Se qué es raro para ustedes pero les prometo qué no van a notar nada de nada — dijo mamá —Gracias madre — le dije seria —Sus almuerzos, les puse algo extra y también te para los cólicos — dijo mamá

—Estás hierbas relajan- — mamá hizo una rara expresión con las manos —Gracias mamá ya nos vamos! — la interrumpió Mei mientras salíamos del Auto

Vimos a mamá en el auto con una expresión preocupada pero sólo alzamos los pulgares para qué se calmará y ella encendió el auto y se marchó mientras qué nosotros nos adentrábamos a la escuela
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Turning RedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora