-Antes muerta que sencilla, mi madre siempre decía que para complacer un hombre debes llenar su estomago... Yo prefiero enterrarlo en mi cama.
-novela con alto contenido explicito, escenas de violencia, lenguaje vulgar, leer bajo su cuidado-
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Perse estaba cerrando con llave cada apertura de la casa mientras que detrás de ella, Venus iba colocando sal gruesa. En varias tribus les habían dejado en claro que en cada luna llena trabaran todo y colocaran sal gruesa o lavanda molida para impedir que seres oscuros liberados de la noche entren, o salgan...
—Venus —Su voz tranquila era tan suave y relajante, su hermana volteo desde la cocina a verla —Tu piensas, que. ¿Capaz si fuimos capaces de asesinar esas personas?
Esta río —¿Por que preguntas algo así? Ambas sabemos a la perfección que no es así.
—Lo se pero, por que en cada luna llena tenemos que encerrarnos.
Por unos minutos la mayor fue al lado de Perse para sentarse mientras veían como el sol iba desapareciendo —Mamá siempre a dicho, es por seguridad nuestra, no es que seamos algo —Ambas se quedaron abrazadas varios minutos —Mejor ve a planear que ponerte mañana, Alice quiere que salgamos del instituto y vayamos con ella.
No quería cambiar de tema, a demostrado por años ser la fuerte, terca y obstinada de la familia que cuando quería llorar o hacer rabietas se encerraba en su pieza, estaba siendo iluminada por un pequeño velador dejando que las lagrimas salgan por si solas. Cercana a los 18 aun seguía siendo una niña que tuvo que madurar a la fuerza, subió a la cama agarrando un peluche de gato que tenía.
Estaba recostado en la rama escuchando los latidos del corazón de la castaña, de alguna forma no quería verle llorar. Era frustrante para el rubio querer usar su don con ella para tranquilizarla de alguna manera pero era inútil. Proserpina era una persona tan impredecible que eso mismo causo que el se fijara en ella desde el primer momento.
Aunque Alice sabía lo que iba a suceder, fue feliz los años que estuvo con Jasper pero sabía que si dejaba el camino libre el podría ser el mismo con aquella humana.
Recordaba que lo primero que hicieron cuando llegaron a Forks fue acompañar a las chicas a comprar ropa, Emmett y Edward eran un par de niñatos que se tiraban almohadones entre ellos mientras veían nuevas cortinas, el shopping no era tan grande como en las otras ciudades pero podían conseguir lo necesario. Jasper solo se apoyo en la baranda del segundo piso analizando a los humanos que caminaban entusiasmados, pero el sonido de unos molestos tacos lograban ponerlo nervioso.
Levanto la cabeza malhumorado para encontrarse del camino del frente a una chica castaña de cabello corto hasta debajo de los hombros, llevando un sweater negro grande y una pollera tartan rojiza acompañada de unas botas de cuero con un poco de tacón, ese ruido que tanto odiaba. Quería asesinarla ahí mismo por el simple echo de verla molesta, como si pudiera leer sus pensamientos la castaña se volteo.
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