Estoy enamorado de un cuento de hadas
I'm in love with a fairytaleAunque duela
Even though it hurtsPorque no me importa si pierdo la cabeza
'Cause I don't care if I lose my mindya estoy maldito
I'm already cursed____________________________
Los días pasaron más rápido de lo que hubiese deseado. Sabía que no terminaría bien, pero me gustan los retos, me gusta el peligro y me gustabas tú, Nahoya.
Mi hermano me lo advirtió. Él sabía que yo estaba tras de ti pero no me detuvo, aunque sus palabras calaron en mi mente.
«Sabes que no terminará en nada bueno, como sea lo vas a lastimar»
No era una completa mentira, yo no estaba dispuesto a dejar mi vida de crimen atrás porque ya era parte de mí, ya estaba muy hondo, sin escape, me definía y marcaba mi presente, pasado y futuro. Te confesé que hubiera dejado todo eso, pero la vida no de trata del hubiera.
Eres un ser libre con un espíritu implacable, eso me atrajo. De tu risa escandalosa y nada disimulada salían insultos que ni yo conocía, tan altanero y desafiante, peculiar.
Tú y yo no éramos nada compatibles, pero había una buena combinación en puntos clave, dónde nos unimos. Pequeños atajos que tomé para ganarme tu confianza y tu corazón, a mi modo.
«Estoy aquí, te escucharé cuando lo necesites, así sea todo el tiempo»
Te conté cada uno de mis secretos, te dije mis miedos, me quedé al descubierto, expuesto y esperando tu rechazo, que no llegó. No recibí un discurso o sermón, ni lástima. Me diste un abrazo y unas lentas caricias. Un consuelo a tu estilo, al cuál acudía en cada oportunidad.
«Tengo planeado estudiar gastronomía y abrir un restaurante con mi hermano. Ya no seguiré en esta vida de delincuente, quiero estabilidad. Deberías intentarlo también»
Hablabas del mañana con calma, llevabas sueños y anhelos, no merecías menos, quizá no me merecías a mí. Brillante como el Sol, tus hebras naranjas eran mis favoritas, el naranja era símbolo de cálido, yo soy morado o vino, más oscuro y frío. Un contraste perfecto.
«Deja de llamarme por apodos cursis, dime Nahoya o si quieres dime Naho, por favor»
No me atreví a decir tu nombre jamás, era como mancharlo, no estaba bien si no me iba a quedar. Era mejor si no me escuchabas, mi voz podría borrarse fácilmente.
Quería quedarme ahí, en los primeros encuentros de media noche, dónde no había nadie. Cuando nos escondíamos, cuándo fuimos felices. Me enamoré y fue la mejor experiencia que he tenido, más fue mi dicha al ser de ti.
No te quejaste de mi comportamiento, de lo que hacía o decía, lo aceptabas porque te asustaba preguntar qué éramos, estabas confundido, no quería que padecieras, realmente quería algo más pero ¿te quedarías?
«A mí también me gustas, Ran. Mucho»
Festejamos con Champán y un recorrido por la ciudad, con una vista de las estrellas en el amplio cielo. Abriendo paso a lo que cuentan en las novelas.
Debí dejarte cuando aún había tiempo, pero tomar el camino fácil no era para mí.
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