꒰ ♡ Baby - Sonamy

Compras.

[ Sonic ]

Siempre estoy un poco inquieto. Puede sonar egoísta u horrible, pero las pocas veces que me eh sentido listo para enfrentar una tragedia o bueno, no sé si sea la palabra adecuada para llamarlo así. A lo que es esta situación.

Bueno; el caso es que la última vez que estuve listo fue la vez que recién me enteré que Amy estaba embarazada. El tiempo en el que ambos lo habíamos estado planificado.

A veces me resultaba imposible y poco creíble que estaba a nada de formar mi familia, y la otra cosa muy importante: Iba a tener gemelos, una cosa que aún me sentaba frente a la mesa y me ponía a asimilar si esto era real.

Las felicitaciones no se hicieron esperar. Esa misma tarde Amy les compartió la noticia a sus amigas. Y de sus amigas (Rouge, Cream, Blaze) les contaron a los chicos.

(....)

Pensamos que ya era hora de salir a comprar ropa y cosas para los bebés.

Si se lo preguntan; si, actualmente me siento más calmado, después de tomar ocho tés de valeriana.

Tomados de la mano, decidimos entrar al centro comercial, llegando al área de ropa para bebé.

En mis veintitantos años de vida, había entrado al pasillo de cosas para bebé, siempre lo ignoraba al pasar por ahí. Hoy es la primera vez que paso por aquí, se siente extraño.

—¿Y tú cómo sabes la talla de los niños? —le pregunté a Amy quien miraba las tandas de ropa de un canasto.

—Eso es porque los bebés al nacer tienen la misma talla.

Tomé una prenda de un mameluco, este era solo como dos veces la palma de mi mano o una.

—¿En serio un bebé cabe aquí? ¿No es...muy pequeño?

—¡Ay, que ese es lindo! ¡Me lo llevo!

Y me lo arrebató de la manos. Se lo lleva al carrito.

Gemelos....
Carajo, aún no me lo podía creer del todo. Suspiré y seguí detrás de Amy.

Apropósito. Su estómago ha crecido mucho, ahora tiene que usar playeras que parecen de Eggman. Igual de anchas, cosa que me suele dar gracia si la miro por mucho tiempo.

Después de un rato. Ella me dijo que escogería la ropa de los bebés. Se fue por la idea de comprar ropa azul para el niño y rosa para la niña. Aunque realmente eso no me interesaba, en cuanto a los colores. Yo solo estaba preocupado porque esperaba que llegaran a caber bien ahí. En esa cosa tan diminuta.

Me dirigí al área de comida. Heché al carrito variedad de frutas y verduras, pregunté a Amy si quería algo más para ella. Y cómo no, a esta mujer todo se le antoja, entonces le compré un paquete de yogurt de fresa, panqueques de chocolate, galletas, y una que otra fritura.

Nos dirigimos a pagar la cuenta. Esta vez sí tuve que pagar mucho más que otras veces anteriores. Pero todo sea por Amy.

Deposité las bolsas en el maletero del auto, le abrí la puerta a Amy.

Me subí y comenzé a andar el auto. Amy llevaba en sus piernas la bolsa de papel con los biberones y dos gorritos de lana.

—¿Te parecen bonitos? No pude resistirme a cómpralos.

Sonreí y le asentí. Se veía muy contenta.

—¿Cómo te sientes Amy?

—¿Por qué?

—Ya sabes. Ahora que sabes que llevas dos bebés dentro de ti. Y dentro de poco conoceremos a nuestros bebés.

—Ah, me siento muy contenta. Aunque no puedo evitar sentirme nerviosa a la vez.

Con la izquierda tomé el volante, y con la otra tomé su mano. La acaricié su mano con mi pulgar. Ella se giró a verme y sonrió.

De pronto ella se puso sería y parpadeó.

—¿Qué pasa? —pregunté alterado, deteniendo el carro.

—¡Sonic, acaban de dar sus primeras pataditas!